Mediante la propaganda de «protestas pacíficas, los agentes (externos e internos) que tratan de impulsar el golpe de Estado en Nicaragua, han querido enmascarar sus actos que luego desembocan en confrontación violenta y delictiva. El objetivo: procurar implantar una idea de confrontación entre un cuerpo policial «opresivo» y unas protestas «pacíficas», cuando en verdad ha […]
Mediante la propaganda de «protestas pacíficas, los agentes (externos e internos) que tratan de impulsar el golpe de Estado en Nicaragua, han querido enmascarar sus actos que luego desembocan en confrontación violenta y delictiva. El objetivo: procurar implantar una idea de confrontación entre un cuerpo policial «opresivo» y unas protestas «pacíficas», cuando en verdad ha sido un artilugio sacado de los métodos de Gene Sharp y, del que se han aprovechado para destruir, incendiar, saquear, bloquear, asesinar. Es una de las tantas tácticas de la guerra híbrida, que sigue el guion del ya citado Sharp, la cual reza: convencer de que no se tiene intención de agredir, que todo es «pacífico». Sobre esta base se desliza una afirmación, encubierta con una mentira y una negación. La intención: ostentar un pacifismo que no se tiene y no interesa. Hay imágenes muy claras de cómo, ellos mismos, cargan armas y disparan, para luego torcer los hechos. Parafraseando a Silvio Rodríguez: montadito para escena. Es, lo que se denomina, calentamiento de calle, con el objetivo de activar un levantamiento que, en el caso de Nicaragua, no se avista, debido a que la población, sabe perfectamente, donde está la razón.
Como no han podido contender al FSLN mediante las elecciones, peor todavía, como no pudieron activar una guerra armada convencional, fabricando «rearmados» en las montañas nicaragüenses (hicieron múltiples intentos de instalar la idea de que se estaban armando personas con fines políticos en diversos lugares de Nicaragua y todo era falso), recurrieron a la guerra híbrida. La venían preparando. Ellos mismos han afirmado que los destrozos que han causado en el país, es el fruto de la preparación de jóvenes enviados al exterior a «formarse políticamente», cuando en verdad, fueron cooptados por ONG que reciben financiamiento imperial/colonial con un historial comprobado de desestabilización e injerencia en nuestros países, específicamente en aquellos que no se someten a las doctrinas y dictados imperiales. Nicaragua, tiene una extensa historia que contar con relación a ello.
Cuando decimos guerra híbrida, la aludimos en todo el sentido de la palabra. En primer lugar al tipo de guerra que se le denomina de cuarta y quinta generación. No obstante, esa hibridez la referimos también a que estos agentes han echado mano del «todo vale» para tratar de consumar el golpe. Han salido a luz frases vertidas por estos señores, tales como: «no importan los muertos, el objetivo es derrocarlo», «vamos a ir a quemar a esos…». Esto como parte de una guerra frontal, fratricida, desmedida, con violencia en gran medida militarizada (Se han valido de grupos armados, los que no pudieron posicionar en las montañas, tal como lo decíamos en líneas anteriores, los han trasladado a estos eventos). Tal situación es posible observarla en muchas de las muertes (policías incluidos), a lo que debemos agregar el uso de armas y bombas hechizas, morteros incendiarios, material inflamable, armas blancas, perpetración vandálica, obstruir la circulación de la ciudadanía, sabotaje, intimidación, aterrorizar a barrios y pueblos completos, llamados a consumar hechos fuera del orden, así como la propagación de mentiras vertidas por medios de comunicación nacionales e internacionales y, lo que Cathy O’Neil, llama armas de destrucción matemática, refiriéndose a los algoritmos del Big Data y, desde luego, vinculados a las fake news, la postverdad en las redes sociales virtuales, las que, el propio Observatorio Internacional de Seguridad, concibe con el mismo poder que un machete o una bala . Han alternado tácticas irregulares propias de una insurgencia con capacidad militar o paramilitar y empleo de la virtualidad. Han instalado una realidad trucada, copiada y pegada. La denominada realidad virtual han tratado de imponerla a los hechos. A esto se denomina: panóptico digital.
De esta forma han logrado someter a grupos de personas, creyendo que actúan de forma libre, espontánea y «autoconvocadas» cuando en realidad hay agentes que están explotando su libertad, es lo que Byung-Chul Han, llama psicopoder. Este mismo autor explica que, las redes sociales virtuales permiten, a quien las gestiona y alimenta, crear un comportamiento prerreflexivo, en las personas que las usan.
Con todo ello han sumergido a Nicaragua en un ciclo fatal que considerábamos superado. Nos referimos al ciclo de la violencia en todas sus expresiones. No obstante, lo que han conseguido es, debilitar, no sólo la imagen del país, sino, causar dolor y tristeza a tantas familias y, desde luego, detener el desarrollo humano que se venía experimentando, el cual era paradigmático en toda la región y, también han conseguido entorpecer el camino que se ha venido abriendo hacia la recuperación de la paz, por medio del diálogo. Estos agentes, actúan sabiendo y, con la mentalidad de que el ciclo fatal de la confrontación (violencia) es causante del empobrecimiento de nuestros países, lo que, en términos geopolíticos es ventajoso para la dominación que puedan ejercer los poderes coloniales/imperiales (agentes externos), y, el que estos agentes internos puedan ejercer sobre la población vulnerable, en términos de aprovechamiento, usufructo, sometimiento. Teóricamente hablando, la confrontación-violencia-odio han sido eventos trágicos y paralizadores en nuestros países y ha traído consigo:
1. La colonialidad. Esto alude a la pervivencia de las viejas prácticas coloniales/imperiales, aunque sea bajo nuevas formas y modalidades, instalando un sistema patriarcal/capitalista/excluyente/ depredador en el que las instituciones van a actuar en contra de los ciudadanos y no a favor de la promoción y el fomento de sus capacidades políticas, económicas, sociales y de pensamiento. Con el Gobierno Sandinista, ha sucedido lo contrario, pues las instituciones han estado al servicio de la población, es más, se han creado instituciones, como el Ministerio de Economía Familiar, (vandalizado recientemente) con el propósito de servir a los pequeños productores, campesinos, cooperativas, pequeños negocios familiares, los que significan en nuestra economía más del 50% del PIB y el 70% de la generación de empleo. Asimismo, el Ministerio de Educación, no sólo produce sus propios textos, con carácter e identidad nacional, sino que incorpora prácticas de fomento del pensamiento creativo desde los primeros grados.
2. Históricamente la confrontación-violencia-odio, la han utilizado las elites, para promover exclusión de segmentos altamente productivos dentro de nuestros países tal es el caso de las mujeres y los pequeños productores. Sin embargo, estos han sido sujetos vitales dentro de los programas y políticas públicas del Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional de Nicaragua.
3. Asimismo, la confrontación-violencia-odio ha sido base para sostener las falacias del desarrollismo promulgado por el capitalismo periférico dependiente, el cual ha sido generador de pobreza y violencia. Con el Gobierno del FSLN el Desarrollo ha sido, no sólo dinámico y justo, sino redistributivo, lo que se patentiza en, al menos, 16 hospitales construidos en estos años, miles de escuelas reformadas, llevar la luz eléctrica a sectores recónditos, miles de kilómetros de carreteras reconstruidas, establecimiento de la merienda escolar en todos los centros, entre tantas otras pruebas de la redistribución, así como cortar de un tajo, cualquier intención de privatización de los bienes públicos y Derechos Sociales, como sí sucedió durante los gobiernos neoliberales.
Hay muchos más vectores inicuos que son resultados de la confrontación-violencia-odio en la historia de nuestro país, los que, durante el Gobierno Sandinista han sido frenados. Esto es, precisamente lo que estos agentes pretenden interrumpir. De ahí su oposición al Diálogo. Podemos constatarlo de la siguiente manera:
-Todas las condiciones que han venido solicitando para el Diálogo Nacional el Gobierno las ha venido cumpliendo y, cuando esto sucede, suben la escalada de violencia, asesinan a más gente, por medio de sus propios personajes para luego imputar al Gobierno, siguiendo el mismo guion de las guarimbas venezolanas. Decimos esto porque hay cantidad de videos en los que se escucha y ve con claridad, cómo los disparos salen de ellos mismos, en una especie de montaje, para luego decir que son «paramilitares». Ya dijimos que se valen de todo, dentro de su tónica de guerra híbrida.
Ahora bien, indicábamos que dentro de sus tácticas está también tratar de bloquear el diálogo. Por ejemplo, solicitaron que la CIDH preparara un informe, se cumplió, no obstante, siguieron los tranques, la violencia, los saqueos, las quemas de edificios públicos. Solicitaron se cumplieran las condiciones del informe de la CIDH. Se cumplió, firmando entre la OEA, la CIDH y el Gobierno, un acuerdo de asistencia técnica para apoyar la investigación de los hechos de violencia, lo cual debía destrabar el Diálogo. Esto no les bastó, lo que hicieron fue arreciar la violencia, el ataque a medios, y con ello las muertes, la destrucción y tener una excusa para procurar eliminar todo espacio para que el Diálogo fructifique. Continúan utilizando la mentira, el horror, el fascismo, la destrucción, como forma de hacer política, demostrando con ello su incapacidad, indolencia y malignidad extrema. Han entrado en una concepción de la política tramitada por medio de la barbarie. Consideran como único apotegma: o ellos o el caos, ante semejante brutalización, el FSLN y el pueblo responde con serenidad determinante con la confianza de alcanzar la Paz con Justicia, Dignidad, a la que no está dispuesto a renunciar .
* Carlos Midence es Embajador de Nicaragua en España, representante permanente ante la OMT e IBE. TV. Académico, Escritor e Intelectual comprometido, Premio Internacional Sial Pigmalión de Pensamiento y Ensayo.
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