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Nicaragua: Hace 25 años, la insurrección popular sandinista

Fuentes: Correspondencia de Prensa

El 19 de julio de 1979, hace 25 años, una insurrección popular derrocó la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua, una de las más largas y sangrientas que conoció América Latina. Liderados por el Frente Sandinista de Liberación Nacional miles de nicaraguenses salieron a las calles a festejar el fin de una guerra civil que […]

El 19 de julio de 1979, hace 25 años, una insurrección popular derrocó la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua, una de las más largas y sangrientas que conoció América Latina.

Liderados por el Frente Sandinista de Liberación Nacional miles de nicaraguenses salieron a las calles a festejar el fin de una guerra civil que dejó más de 40 mil muertos, y las arcas del tesoro nacional saqueadas por Somoza. Retomando la herencia de Augusto César Sandino, el general de hombres libres que combatió la invasión militar estadounidense en la década del treinta y que fuera asesinado por otro Somoza, los jóvenes sandinistas despertaron la alegría de miles de pobres.

Mientras en América Latina una larga noche de dictaduras estremecía el continente, en Nicaragua comenzaba una revolución política muy original. No se fusiló a los militares torturadores, no se suprimieron los partidos políticos de la oposición, ni sus medios de prensa, y dos sacerdotes jesuitas asumieron como ministros de cultura y educación.

Una Cruzada Nacional de Alfabetización logró reducir el analfabetismo del 53 al 12 por ciento en menos de un año; se eliminó la poliomelitis y el dengue; se impulsó una reforma agraria repartiendo tierras entre los campesinos más pobres, y en 1984 se convocaron las primeras elecciones democráticas de la historia del país, que ganaron los sandinistas.

Estados Unidos no podía tolerar la caída de Somoza, de quien alguna vez, el presidente Franklin Delano Roosvelt dijera «es una hijo de puta, pero es nuestro». Ronald Reagan tuvo a los sandinistas entre ceja y ceja. Desvió fondos de su Congreso para formar un ejército que luchara contra la revolución y provocó la muerte de más de 40 mil nicaraguenses, instigó actos de sabotaje que provocaron daños superiores a 17 mil millones de dólares, equivalentes a 50 años de exportaciones, y su amenaza de invadir Nicaragua se convirtió en una pesadilla.

En 1990 los sueños se hicieron trizas. Agobiado por una guerra interminable, el pueblo que había derrocado a Somoza votó a la oposición y destronó a los sandinistas.Nicaragua dejó de ser un país alegre. Hoy sólo es superado por Haití en niveles de pobreza; los campesinos que obtuvieron tierras las perdieron, casi la mitad de los niños no va la escuela, y el último presidente, Arnoldo Alemán, amasó millones de dólares y está condenado a 20 años de prisión.

Un 19 de julio de 1979 los bellos guardabarrancos desplegaron sus alas y trinaron en Nicaragua. Algunos dicen que siguen aleteando en las selvas chiapanecas junto a otros sueños éticos, que el fantasma de Augusto Cesar Sandino sigue rondando y que los hermanos Mejía Godoy no se olvidaron de cantar.

Pedro Brieger es periodista y ensayista argentino. Analista internacional sobre Medio Oriente. Participó en las campañas de solidaridad con la revolución sandinista. Escribió ¿Adonde va Nicaragua? Mención «Casa de las Américas», 1989, Dialéctica, Buenos Aires.