La noche del viernes, el presidente Daniel Ortega Saavedra saludó la llegada de la temporada lluviosa e inauguró el ciclo agrícola 2013-14, asegurando a los casi 6 millones de nicaragüenses que para su gobierno es prioritario garantizar la seguridad alimentaria en el país, a través de la expansión del cultivo de alimentos, el combate a […]
La noche del viernes, el presidente Daniel Ortega Saavedra saludó la llegada de la temporada lluviosa e inauguró el ciclo agrícola 2013-14, asegurando a los casi 6 millones de nicaragüenses que para su gobierno es prioritario garantizar la seguridad alimentaria en el país, a través de la expansión del cultivo de alimentos, el combate a la pobreza, la adaptación al cambio climático, así como la implementación de programas de atención y fomento.
eunido con todo su gabinete de gobierno, Ortega anunció la siembra de unas 290 mil hectáreas (1 hectarea = 1.418 manzanas) de frijol rojo y una producción estimada de unos 5.2 millones de quintales, lo cual no sólo representa la cobertura total de la demanda nacional, sino que va a garantizar un excedente de 2.5 millones de quintales, de los cuales 1.3 millones se destinarán para la exportación.
También se sembrarán 14 mil manzanas de frijol negro, es decir 345 mil quintales que ya tienen un mercado seguro en Venezuela.
«En primer lugar producimos para la alimentación del pueblo nicaragüense, buscando como pagar un precio justo a los productores y que el intermediario comercializador también aplique un precio justo al consumidor, sin efectar el movimiento natural del mercado con la especulación, que consideramos un delito contra la población», dijo el mandatario nicaragüense.
Durante los últimos 6 años, el gobierno sandinista ha reactivado el rol estratégico y las infraestructuras de la Empresa nicaragüense de alimentos básico, Enabas, que habían sido abandonadas y desmanteladas durante los 16 años de gobiernos neoliberales (1990-2006), combatiendo la especulación, acercándose a los pequeños y medianos productores y garantizando la alimentación con equidad, igualdad y justicia en la distribución de los alimentos básicos.
Durante el actual ciclo agrícola se sembrarán 368 mil hectáreas de maíz blanco y una producción de 12.1 millones de quintales, garantizando de esa manera la demanda nacional. En el rubro del arroz, Nicaragua sembrará 103 mil hectáreas y producirá 6.1 millones de quintales, lo cual equivale al 80.5% de la demanda nacional.
«Cuando llegamos en 2007, Nicaragua producía solamente el 45% del consumo nacional de arroz y en sólo 6 años hemos llegado hasta el 80.5%. Es decir que logramos bajar las importaciones de arroz del 55% al 19.5% de la demanda nacional, y esto es bueno para el país», aseguró Ortega.
Según el mandatario nicaragüense, lo mejor para un país es ser autosuficiente en la producción de alimentos, aunque el costo de producción sea un poco más alto. «Es una razón de seguridad alimentaria. No debemos depender del producto que viene de otros países, sino seguir luchando por la seguridad y la autosuficiencia alimentaria», agregó.
Ortega también detalló la siembra de 27 mil hectáreas de sorgo industrial (1.6 millones de quintales), 24 mil de sorgo millón (870 mil quintales) y 15.5 mil hectáreas de hortalizas y vegetales, entre otros.
Agroindustria y pobreza
Hasta el momento, Nicaragua ha demostrado que pese a la preocupante expansión de los productos de la agroindustria y los monocultivos para la producción de agrocombustibles (77 mil hectáreas de caña de azúcar, 20 mil de palma africana y 6 mil hectáreas de eucaliptos), el país está logrando garantizar su soberanía alimentaria y bajar los altos índices de pobreza heredados del pasado.
En un país donde el 94% de los productores de alimentos son pequeños y medianos y producen el 80% del maíz, del frijol y del arroz y el 90% de la fruta y vegetales, durante el período 2005-2010 la pobreza se ha reducido del 55 al 20% (FAO 2012) y la pobreza extrema del 17.2 al 8.2% (FIDEG/BM).
En 2012, la FAO reconoció a Nicaragua como el único país que logró reducir la malnutrición en la región. Este mes, recibirá una distinción por la lucha contra la pobreza y por registrar las cifras más positivas, en América Latina y el Caribe, en cuanto a la mejoría de la desnutrición infantil.
Pese a estos importantes resultados, la expansión de los monocultivos de parte de unos pocos colosos agroindustriales, no sólo en Nicaragua sino a nivel regional, pone en el tapete un debate urgente e improrrogable sobre un modelo de producción que ha demostrado ser depredador, acaparador de territorios y excluyente y represor contra las poblaciones.
Financiamiento y programas sociales
Finalizando su intervención y después de haber presentado las expectativas en cuanto a la producción di otros rubros, incluyendo a la bovina, avícola, porcina y pesquera, Ortega hizo énfasis en los diferentes programas de ayuda y financiamiento impulsados por su gobierno.
Para todo el ciclo agrícola 2013-14 se necesitará de un financiamiento de unos 616 millones de dólares (15.4 mil millones de córdobas), de los cuales 544 millones ya están asegurados por fondos públicos y privados (415 millones por instituciones financieras privadas, 31 millones por el Banco estatal Produzcamos, 41 millones la Asociación de Microfinancieras y 58 millones por las Cooperativas de ahorro y créditos).
Ortega señaló también la presencia de los programas de atención y fomento, como el Bono Productivo Alimentario, que tienen que ver «con la inserción de nuevas familias en la actividad productiva, sobre todo las que están en extrema pobreza».
Además, un plan especial de acompañamiento a los pequeños productores de granos básicos (Crissol), el Programa solidario «Patio Saludable, la Reconversión sostenible de ganadería, el Programa nacional de cacao, el Servicio sanitario, fitosanitario y de inocuidad de alimentos, así como el Programa nacional de marango, la asistencia técnica a 63 mil pequeños y medianos productores en 129 municipios del país.
«Estos temas de los que estoy hablando son los temas de la vida real. Hay que hablar de los temas de la vida real, porque tenemos que resolver estos problemas de la vida real, alcanzar las metas, para mejorar las condiciones de la vida real de las familias nicaragüenses», concluyó.
Fuente: http://nicaraguaymasespanol.