Después de 80 años desde la firma de los Pactos Lateranenses entre Pio XI y Mussolini (11 de febrero 1929), en la completa crisis del sistema neoliberal, siguen existiendo las connivencias entre estado autoritario y vaticano, corazón concreto del Concordato. Decenios de legitimación institucional del fascismo se atan al revisionismo de Ratzinger sobre Pio XI […]
Después de 80 años desde la firma de los Pactos Lateranenses entre Pio XI y Mussolini (11 de febrero 1929), en la completa crisis del sistema neoliberal, siguen existiendo las connivencias entre estado autoritario y vaticano, corazón concreto del Concordato. Decenios de legitimación institucional del fascismo se atan al revisionismo de Ratzinger sobre Pio XI e Pio XII, cómplices del fascismo, del nazismo y de la deportación y eliminación de los » diversos».
Estipulados por la defensa de los recíprocos privilegios, los Pactos Lateranenses y su versión actualizada del 84 son potentes instrumentos de control. En nombre de esos pactos la religión católica y sus símbolos siguen difundiéndose, alimentando la lógica de la lucha entre civilizaciones y un clima en el que autodeterminación, laicidad, ateismo y libertad de pensamiento son estigmatizados y a menudo punidos comos actos de terrorismo cultural.
La manifestación NO VAT – revindicando Autodeterminación, Laicidad, Antifascismo, Liberación, Ciudadanía – tiene el objetivo de denunciar el proyecto de hegemonía del Vaticano y su funcionalidad para un sistema sexista, fascista y racista, además del rol del Vaticano en la gestión de la crisis neoliberal. En tiempos de crisis económica, a la progresiva destrucción de un estado social que, cuanto menos teóricamente, ofrecía garantías a todas y todos, la iglesia hace eco con «soluciones» de caridad discriminatorias y familistas.
Al mismo tiempo los cortes a la instrucción y a la sanidad publica siguen garantizando un permanente flujo de dinero en la cajas de las escuelas y de las universidades confesionales y de los hospitales católicos. La destrucción de la escuela publica denunciada por la «onda estudiantil» del otoño 2008, no tiene solo la finalidad de colocar los recursos económicos en otras lugares, sino también tiene la finalidad – mucho mas grave a lo largo del tiempo – de sustraer a las nuevas generaciones los instrumentos de conocimiento, de crecimiento de sentido critico y, consecuentemente, de los instrumentos para entender los mecanismos del poder.
En Italia las asociaciones católicas engordan sus carteras con intervenciones sociales y gestión directa de algunos CIE (Centros de identificación y expulsión) y CARA (Centros de acogida para el asilo político). De esa forma avalan la gestión securitaria del fenómeno de la emigración y controlan un ejercito de reserva de trabajadores y trabajadoras de otros países. A mismo tiempo se acaparan la gestión de las emergencia internacionales para multiplicar el business : sida, campos de prófugos, ayudas humanitarias.
En el piano ideológico, las jerarquías vaticanas defienden y refuerzan la subordinación patriarcal de un sexo a otro, combatiendo el concepto de gender que deconstruye la «naturalidad» de los roles entre mujeres y hombres y impulsan esta guerra ideológica con sus constantes intromisiones en la política no solamente estadal sino también de los organismos internacionales (ONU, Unión Europea).
El papado del integralista Ratzinger, al través del control sobre el nacimiento y la muerte, pretende gestionar y redisciplinar los cuerpos y las formas de vida; los anatemas vaticanos contra todas instancias de autodeterminación son paralelamente seguidos por una multiplicación de ordenanzas y prohibiciones por parte de alcaldes-policiales. La familita de la publicidad televisiva es, de esta forma, impuesta por el estado y por la iglesia como modelo único de respetabilidad y quien no corresponde al modelo se vuelve indecoroso/a.
Después de ochenta años desde los Pactos Lateranenses, estado y jerarquías vaticanas miran a neutralizar el conflicto social estigmatizando y criminalizando las «diversidades», construyendo nuevas marginalidades, nuevos desechos, o sea subjetividades que deben ser expulsadas a fuera del sentido común y de la categoría del normal, a las que dar la «culpa» de la inseguridad. Sabemos bien lo que se esconde detrás de estas campañas de odio: el miedo de perder privilegios y poder.
Pero sus miedos no queremos pagarlas nosotros/as! Levantamos la cabeza. Decimos con determinación que no tenemos miedo de dar miedo.
Denunciamos la connivencias entre estado y iglesia el la gestión de las políticas sucuritarias, racistas, transfobicas, lesbofobas, homófobas y misóginas y volvemos a la plaza el 14 de febrero 2009, con la manifestación NO VAT por:
• la autodeterminación y la libertad de elección responsable en casa aspecto y fase de la vida;
• la instrucción publica y laica y la abolición de la hora de religión;
• un sistema sanitario publico y laico;
• un estado social que responda a las necesidades de los varios sujetos;
• los derechos y la completa ciudadanía de lesbianas, transgeneros, gay y inmigrantes;
• la eliminación de las leyes ideológicas dictadas por el Vaticano y la cancelación de la ley 40 sobre la procreación médicamente asistida;
• la abolición del Concordato y de los privilegios que de este derivan (exención de la tasa del ICI, 8 por 1000 del valor las declaración de renta al Vaticano).