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Francia: carta a militantes del NPA

Olivier Besancenot no será candidato en las próximas elecciones presidenciales

Fuentes: Viento Sur

 [La noticia de la decisión de Olivier Besancenot de no ser candidato presidencial del NPA en las elecciones del 2012 hará probablemente mucho ruido en Francia y quizás alguno llegue aquí. Sin duda, tendrá consecuencias importantes y problemáticas para el NPA a corto plazo; a medio plazo, está por ver. El NPA sale de un […]

 [La noticia de la decisión de Olivier Besancenot de no ser candidato presidencial del NPA en las elecciones del 2012 hará probablemente mucho ruido en Francia y quizás alguno llegue aquí. Sin duda, tendrá consecuencias importantes y problemáticas para el NPA a corto plazo; a medio plazo, está por ver.
El NPA sale de un Congreso que ha mostrado una crisis importante; en nuestra web hay varios textos que informan sobre ella y la analizan. Sin duda, el «candidato Besancenot», al que las encuestas han continuado dando estimaciones de voto significativas, en torno al 6-7%, era un salvavidas fiable en medio de la tormenta. Ahora el NPA debe mostrar que sabe nadar solo. Vamos a verlo.
En todo caso, la carta de Olivier Besancenot a su partido, que publicamos a continuación, es digna de un militante revolucionario de su extraordinaria calidad política y moral. El «candidato Besancenot» no ha abducido al «militante Besancenot». En estos tiempos de miserable política profesionalizada es un hecho ejemplar del que sus camaradas y amigos podemos sentirnos orgullosos. M. R.]

«No perded de vista que los hombres que os seguirán mejor son los que elegiréis entre vosotros, viviendo vuestra propia vida, sufriendo los mismos males. Desconfiad tanto de los ambiciosos como de los advenedizos; tanto los unos como los otros no consideran más que su propio interés y acaban siempre por considerarse indispensables… Preferid a quienes no pretendan vuestros votos; el verdadero mérito es modesto y corresponde a los electores conocer a sus hombres y no a éstos presentarse «
Llamamiento del Comité Central de la Guardia Nacional de la Comuna de París, 25 de marzo de 1871

Compañeros y compañeras

 No seré el candidato del Nuevo Partido Anticapitalista en las elecciones presidenciales de 2012. Se trata de una decisión política que asumo. Y si deseo hoy pasar el relevo a un o una de nuestros compañeros o compañeras, no renuncio a implicarme en todas las luchas, sino todo lo contrario. Reivindico para el NPA, la posibilidad de ponerse en marcha sobre nuevas bases, conformes con el proyecto de emancipación con el que, más que nunca, me comprometo.

Antes de nada, querría aprovechar esta carta para dar las gracias a todos y todas los que, en el NPA -y antes en la LCR-, han participado activamente en el trabajo colectivo que ha necesitado la tarea de portavocía estos diez últimos años. A todos los compañeros de las secciones locales que han pegado carteles, distribuido panfletos, organizado los mítines (y que, siempre, me han acogido con los abrazos abiertos), a quienes recogieron firmas en 2002, y luego en 2007, así como a los camaradas de la dirección que han trabajado los argumentos, la orientación, la comunicación, la protección… a todos me gustaría daros las gracias. Este trabajo de equipo me ha enseñado y me ha aportado enormemente a lo largo de esta particular experiencia militante que es la portavocía.

Por mi parte, he procurado sudar la camiseta para dar a conocer a un público amplio nuestras ideas y nuestras convicciones. Y esta camiseta cuento con sudarla también mañana para defender nuestro programa, nuestra acción y nuestra voz. Los militantes del NPA y, más en general, todos y todas las que luchan por cambiar el mundo podrán contar con mi compromiso.

Se trata pues de una decisión política asumida, y sin gran sorpresa. Hace ya algunos años, había advertido de que no pretendía coger un abono para las elecciones presidenciales, porque no aspiraba a ser el eterno candidato de la extrema izquierda. Desde hace muchos meses, formo también parte de quienes ponen en guardia a nuestro partido contra los riesgos políticos de la personalización a ultranza. Una cosa es que las ideas se encarnan puntualmente, en un contexto social y político determinado, o que haya que delegar la tarea militante de la representación pública, por un mandato preciso y limitado en el tiempo. Otra cosa es jugar con las ambigüedades del sistema político y mediático para sustituir a la acción militante real en el seno de la lucha de clases.
Militamos diariamente, en nuestras empresas, en las luchas, en las elecciones, por defender la perspectiva de una sociedad por fin libre de la alienación, de la explotación y de la opresión. La liberación respecto a las servidumbres contemporáneas implica obligatoriamente una ruptura con el sistema actual. Esta ruptura presupone una implicación popular creciente en la vida política. En la medida de lo posible, esta ruptura debe realizarse aquí y ahora, sin dejarla para el mañana y sus prometedoras efervescencias revolucionarias. Esto significa que aquí y ahora, llamamos, sin descanso y conscientemente, a todas las personas anónimas a apropiarse de su destino.

Por eso llamamos sistemáticamente a las clases populares a hacer irrupción en la escena política rompiendo las murallas levantadas por los políticos con el objetivo de mantenernos a distancia de la arena, de donde se juegan nuestras vidas. Allí donde intervenimos, llevamos este mensaje original y subversivo: en los barrios populares, las empresas, los institutos, las facultades, en los mercados, en las manifestaciones, durante las elecciones. Este mensaje «todo terreno» que es la marca de fábrica de nuestro partido, no debemos empañarlo en nombre de ningún «reflejo» electoral.

Supimos dar la sorpresa cuando la LCR tuvo la audacia de presentar a un joven trabajador, un cartero, a las elecciones presidenciales de 2002. Continuamos sorprendiendo presentando hoy otras personas anónimas en esas ocasiones; ello subrayará tanto más lo que somos realmente: una herramienta colectiva y diversa. Es un acto progresista esforzarnos por continuar demostrando que no tenemos necesidad de los políticos para expresarnos, comprender y proponer. Por el contrario, tranquilizarse pensando en «jugar a lo seguro» sería ceder a instintos «conservadores» perniciosos que hay que alejar de nosotros. Nosotros no consideramos la actividad política como los demás partidos.

Sería también, a mi parecer, una contradicción insostenible: por un lado, denunciamos un sistema en el que la política se ha convertido en un valor mercantil, y por otro, comenzaríamos involuntariamente a integrarnos en el decorado político tradicional incrustando nuestro movimiento y nuestras ideas en la casilla «candidato ritual a la elección presidencial» de nuestro televisor. Es correr el riesgo, a medio plazo, de transformarnos en una caricatura de nosotros mismos, incluso en coartada del sistema.

Como a vosotros y vosotras, esta visión me es personalmente insoportable. No quiero tener el sentimiento de formar parte del personal político tradicional a los ojos del gran público, que en nuestra medida influenciamos desde hace algunos años. El hecho de llevar una actividad profesional en Correos -actividad que jamás he abandonado- no es, a largo plazo, un suero suficientemente poderoso como para contrarrestar la dinámica consensual que impone la competencia electoral y mediática repetida. El joven trabajador que salió al asalto de la política en 2002 se convirtió inevitablemente, en 2007, en alguien que «hace política mientras sigue trabajando» y probablemente alguien que «sencillamente, hace política» en 2012. Soy militante, quiero seguir siéndolo. Liberarme de esta contradicción es la mejor garantía, para mí, de continuar llevando el combate del NPA en el espacio público, pero de forma diferente.

También os pido ser solidarios con esta decisión, comprendiéndola como la voluntad de que el NPA pueda al fin reencontrarse. Reencontrarse no en un nombre familiar, sino en una identidad colectivamente reapropiada. Que pueda desplegarse sobre bases más conscientes y más constantes. Más conscientes de la necesidad de defender un proyecto revolucionario, internacionalista, vivo y abierto, que le mantenga a distancia del sistema actual. Más constantes en su acción global cotidiana, interviniendo sin cesar en las empresas, los barrios, la juventud y animando activamente las redes de resistencia del movimiento social-sindical, antirracista, ecologista, feminista…. Las elecciones presidenciales tendrán lugar en un año. Esto nos deja el tiempo preciso para preparar y hacer de 2012 una etapa importante en esta refundación.

Estoy dispuesto, desde ahora, a implicarme al 100% para que nuestro partido, el NPA, pueda efectivamente presentarse en las próximas presidenciales y a apoyar todo lo que pueda a nuestro candidato o candidata durante la campaña. Porque hay que continuar dirigiéndonos a millones de personas y no encerrarse en una burbuja. Los momentos de reflujo que el movimiento obrero atraviesa en Francia no deben ocultar el carácter inestable de la situación política ligada a la crisis global que atraviesa al capitalismo desde hace tres años.

Las revoluciones árabes lo prueban: los vientos de la historia son cambiantes y pueden girar rápidamente.

Saludos revolucionarios

Olivier

Traducción: Alberto Nadal para VIENTO SUR

Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=3892