Victor de la Fuente es periodista, exiliado en París en el tiempo de la dictadura de Pinochet y trabajó durante 15 años en Radio Francia Internacional (RFI). Retornado a Chile funda y dirige la edición chilena del » Mundo Diplomático » Coordinador de Attac-Chile, es uno de los organizadores del Foro Social Chileno. Vengo de […]
Victor de la Fuente es periodista, exiliado en París en el tiempo de la dictadura de Pinochet y trabajó durante 15 años en Radio Francia Internacional (RFI). Retornado a Chile funda y dirige la edición chilena del » Mundo Diplomático » Coordinador de Attac-Chile, es uno de los organizadores del Foro Social Chileno.
Vengo de Chile, un país que fue el laboratorio de muchos proyectos políticos.
Hace 35 años, Salvador Allende, a la cabeza de una vasta alianza, la Unidad Popular, fue elegido presidente de Chile democráticamente por el pueblo. El intento de llegar al socialismo por la vía pacífica fue una experiencia inolvidable.
Durante esos años, el pueblo chileno recuperó su dignidad y sus esperanzas.
Bajo el gobierno de Allende se nacionalizó el cobre que en aquella época estaba en manos de las empresas norteamericanas, lo que representaba el 80% de las exportaciones. Se desarrollaron importantes transformaciones económicas, culturales y sociales que no fueron toleradas por el imperialismo norteamericano ni tampoco por las clases dominantes que boicotearon el proceso y terminaron por cometer un golpe de Estado que puso fin a una revolución democrática que encarnaba los más bellos sueños de los ciudadanos.
Otro proyecto muy diferente, fue también experimentado en Chile. Lo que la dictadura de Pinochet implantó en 1973 fue el sistema neoliberal, el debilitamiento del Estado y la aplicación del capitalismo más salvaje.
La dictadura no sólamente liquidó un magnífico proyecto, sino que también aplicó en Chile, por la primera vez de manera sistemática, las teorías de Milton Friedman, aquellas de la » Escuela de Chicago » (lo que se llamó » Los Chicagos boys «) que más tarde fueron también aplicadas por Margaret Thatcher y que finalmente se difundieron en el mundo entero con la mundialización neoliberal.
En Chile, dada la brutalidad de la dictadura que logró destruir la vida democrática, liquidar los partidos políticos y los sindicatos, anular completamente toda la oposición, las fuerzas más reaccionarias implantaron las privatizaciones no sólamente de las empresas del Estado que aterrizaron en las manos de un pequeño grupo ligado a la dictadura, sino que también privatizaron la educación, los sistemas de salud y de pensiones, eliminando todo criterio de solidaridad y agravando profundamente las diferencias entre ricos y pobres.
Lo más grave es que al final de la dictadura los gobiernos de transición -centristas, ligados fundamentalmente a la social democracia- continuaron aplicando el mismo modelo económico.
Hoy día, Chile es un ejemplo de neo-liberalismo. Se habla mucho de su estabilidad económica pero se olvida decir que Chile se encuentra entre los países que sufren las mayores diferencias en materia de distribución del ingreso. Es el segundo país con mayor desigualdad de América Latina después de Brasil. El 20% más rico de la población dispone de más del 57% del ingreso nacional mientras que el 20% de los más pobres perciben menos del 4%.
La educación y la salud ya no son derechos de la gente sino privilegios reservados a aquellos que pueden comprarlos.
Chile es el único país del mundo en que las multinacionales no pagan el » royalty » por los recursos no renovables. Es también el único país donde la mayoría de las compañías mineras multinacionales no pagan impuestos.
La deuda externa ha aumentado desde 1991, al inicio de los gobiernos de la Concertación hasta hoy día, de 21 mil millones a casi 45 mil millones de dólares.
La sobre explotación de los recursos naturales degrada profundamente el eco sistema tanto en la tierra como en el aire o el océano. En Chile no existe proyecto nacional de dsarrollo económico.
La orientación y la organización de nuestra economía quedan a la deriva de las decisiones del mercado internacional y de los grandes poderes internacionales.
Chile fue el primer país latinoamericano que firmó un tratado de libre comercio con los Estados Unidos aceptando prácticamente todos los puntos impuestos por los Estados Unidos : el gobierno chileno no ha querido llevar adelante las negociaciones en el marco de un primer acuerdo entre los países del Cono Sur y de América Latina que hubiesen podido negociar juntos y en mejores condiciones con los Estados Unidos.
Chile esta designado hoy día como un ejemplo neoliberal, de la misma manera que lo fue hace algunos años el gobierno de Carlos Menem en Argentina, que terminó por hundir su país en una terrible crisis de la cual apenas comienza a emerger.
América Latina, después de haber atravezado un largo período de dictaduras, y luego de frágiles democracias que aplicaron a fondo el modo liberal, comienza hoy día a mostrar nuevos signos de esperanza.
Desde la óptica de los gobiernos, una tendencia progresista se consolidó teniendo como base Luis Ignacio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kishner en Argentina, Hugo Chávez en Venezuela y recientemente Tabaré Vázquez en Uruguay, gobernantes que además lograron establecer alianzas -a distintos niveles- con otros gobiernos de la región.
Es necesario hablar de los enormes progresos democráticos y sociales que se han logrado en Venezuela. La Revolución bolivariana, que respetando los derechos y las libertades, ha profundizado la democracia, transformándola en una democracia participativa y al mismo tiempo, ha reinstaurado los principios de independencia nacional y de solidaridad continental, afrontando con valentía las políticas del imperialismo norteamericano.
Los movimientos sociales han experimentado también avances significativos en América Latina. En Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú, los gobiernos corruptos fueron destituidos.
En Bolivia y Perú se impidió la privatización del agua. Los pueblos originarios también se han movilizado con fuerza en Ecuador. Los » Sin Tierras » en Brasil, los cesantes (piqueteros) en Argentina, para no citar más que algunos ejemplos.
Los movimientos sociales en América Latina han profundizado sus acciones y coordinaciones y el Foro Social Mundial de Porto Alegre ha considerablemente contribuido a la creación de redes y contactos y ha permitido avanzar en la búsqueda de alternativas y movilizaciones.
En Chile, navegando contra la corriente, Attac con otras fuerzas altermundialistas, asociativas y sociales, realizó un gran Foro Social y una manifestación que reunió más de 60.000 personas, es decir, la más importante concentración que se haya efectuado después de la caída de la dictadura.
Sin embargo, tanto en Chile como en América Latina, nos encontramos pero muy, muy lejos de escapar al modelo neoliberal y al control que ejerce el imperio de los Estados Unidos prácticamente en todos los planos. Nos queda un enorme trabajo que cumplir.
Desde América Latina nosotros seguimos con mucho interés la construcción de Europa en el plano geopolítico y estratégico, como un contrapeso al imperio de los Estados Unidos, el más grande y peligroso que jamás haya existido en la historia de la humanidad.
Sabemos que no es fácil y es por eso que compartimos la idea de que no se trata de construir una Europa cualquiera. Pensamos que se puede forjar una Europa política, social, democrática, abierta y solidaria, que coloque en primer plano al ser humano y no la economía.
Una Europa que amplíe los derechos ciudadanos y que instaure un Tratado social.
Compartimos completamente con ustedes esta importante campaña de explicación y de crítica de la constitución neoliberal. Justamente, porque nosotros queremos una Europa social, democrática y solidaria donde el NO sea portador de todas las esperanzas.
Frente a la ola neoliberal, en Chile nosotros decimos : Todavía creemos en los sueños.
Otro mundo es posible y otra Europa también. Posible y necesaria para los europeos, pero también para nosotros, los pueblos del Sur.
Gracias
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Asunto:
Victor de la Fuente (discurso)
De:
ulises urriola
Fecha:
Sun, 10 Apr 2005 01:00:18 +0200 (CEST)
Para:
» Otra Europa es posible y necesaria para los europeos, pero también para nosotros, los pueblos del Sur «
Intervención de Victor de la Fuente de ATTAC-Chile en un acto realizado en Nantes (Francia – 12/03/2005)
Victor de la Fuente es periodista, exiliado en París en el tiempo de la dictadura de Pinochet y trabajó durante 15 años en Radio Francia Internacional (RFI). Retornado a Chile funda y dirige la edición chilena del » Mundo Diplomático » Coordinador de Attac-Chile, es uno de los organizadores del Foro Social Chileno.
Vengo de Chile, un país que fue el laboratorio de muchos proyectos políticos.
Hace 35 años, Salvador Allende, a la cabeza de una vasta alianza, la Unidad Popular, fue elegido presidente de Chile democráticamente por el pueblo. El intento de llegar al socialismo por la vía pacífica fue una experiencia inolvidable.
Durante esos años, el pueblo chileno recuperó su dignidad y sus esperanzas.
Bajo el gobierno de Allende se nacionalizó el cobre que en aquella época estaba en manos de las empresas norteamericanas, lo que representaba el 80% de las exportaciones. Se desarrollaron importantes transformaciones económicas, culturales y sociales que no fueron toleradas por el imperialismo norteamericano ni tampoco por las clases dominantes que boicotearon el proceso y terminaron por cometer un golpe de Estado que puso fin a una revolución democrática que encarnaba los más bellos sueños de los ciudadanos.
Otro proyecto muy diferente, fue también experimentado en Chile. Lo que la dictadura de Pinochet implantó en 1973 fue el sistema neoliberal, el debilitamiento del Estado y la aplicación del capitalismo más salvaje.
La dictadura no sólamente liquidó un magnífico proyecto, sino que también aplicó en Chile, por la primera vez de manera sistemática, las teorías de Milton Friedman, aquellas de la » Escuela de Chicago » (lo que se llamó » Los Chicagos boys «) que más tarde fueron también aplicadas por Margaret Thatcher y que finalmente se difundieron en el mundo entero con la mundialización neoliberal.
En Chile, dada la brutalidad de la dictadura que logró destruir la vida democrática, liquidar los partidos políticos y los sindicatos, anular completamente toda la oposición, las fuerzas más reaccionarias implantaron las privatizaciones no sólamente de las empresas del Estado que aterrizaron en las manos de un pequeño grupo ligado a la dictadura, sino que también privatizaron la educación, los sistemas de salud y de pensiones, eliminando todo criterio de solidaridad y agravando profundamente las diferencias entre ricos y pobres.
Lo más grave es que al final de la dictadura los gobiernos de transición -centristas, ligados fundamentalmente a la social democracia- continuaron aplicando el mismo modelo económico.
Hoy día, Chile es un ejemplo de neo-liberalismo. Se habla mucho de su estabilidad económica pero se olvida decir que Chile se encuentra entre los países que sufren las mayores diferencias en materia de distribución del ingreso. Es el segundo país con mayor desigualdad de América Latina después de Brasil. El 20% más rico de la población dispone de más del 57% del ingreso nacional mientras que el 20% de los más pobres perciben menos del 4%.
La educación y la salud ya no son derechos de la gente sino privilegios reservados a aquellos que pueden comprarlos.
Chile es el único país del mundo en que las multinacionales no pagan el » royalty » por los recursos no renovables. Es también el único país donde la mayoría de las compañías mineras multinacionales no pagan impuestos.
La deuda externa ha aumentado desde 1991, al inicio de los gobiernos de la Concertación hasta hoy día, de 21 mil millones a casi 45 mil millones de dólares.
La sobre explotación de los recursos naturales degrada profundamente el eco sistema tanto en la tierra como en el aire o el océano. En Chile no existe proyecto nacional de dsarrollo económico.
La orientación y la organización de nuestra economía quedan a la deriva de las decisiones del mercado internacional y de los grandes poderes internacionales.
Chile fue el primer país latinoamericano que firmó un tratado de libre comercio con los Estados Unidos aceptando prácticamente todos los puntos impuestos por los Estados Unidos : el gobierno chileno no ha querido llevar adelante las negociaciones en el marco de un primer acuerdo entre los países del Cono Sur y de América Latina que hubiesen podido negociar juntos y en mejores condiciones con los Estados Unidos.
Chile esta designado hoy día como un ejemplo neoliberal, de la misma manera que lo fue hace algunos años el gobierno de Carlos Menem en Argentina, que terminó por hundir su país en una terrible crisis de la cual apenas comienza a emerger.
América Latina, después de haber atravezado un largo período de dictaduras, y luego de frágiles democracias que aplicaron a fondo el modo liberal, comienza hoy día a mostrar nuevos signos de esperanza.
Desde la óptica de los gobiernos, una tendencia progresista se consolidó teniendo como base Luis Ignacio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kishner en Argentina, Hugo Chávez en Venezuela y recientemente Tabaré Vázquez en Uruguay, gobernantes que además lograron establecer alianzas -a distintos niveles- con otros gobiernos de la región.
Es necesario hablar de los enormes progresos democráticos y sociales que se han logrado en Venezuela. La Revolución bolivariana, que respetando los derechos y las libertades, ha profundizado la democracia, transformándola en una democracia participativa y al mismo tiempo, ha reinstaurado los principios de independencia nacional y de solidaridad continental, afrontando con valentía las políticas del imperialismo norteamericano.
Los movimientos sociales han experimentado también avances significativos en América Latina. En Argentina, Bolivia, Ecuador y Perú, los gobiernos corruptos fueron destituidos.
En Bolivia y Perú se impidió la privatización del agua. Los pueblos originarios también se han movilizado con fuerza en Ecuador. Los » Sin Tierras » en Brasil, los cesantes (piqueteros) en Argentina, para no citar más que algunos ejemplos.
Los movimientos sociales en América Latina han profundizado sus acciones y coordinaciones y el Foro Social Mundial de Porto Alegre ha considerablemente contribuido a la creación de redes y contactos y ha permitido avanzar en la búsqueda de alternativas y movilizaciones.
En Chile, navegando contra la corriente, Attac con otras fuerzas altermundialistas, asociativas y sociales, realizó un gran Foro Social y una manifestación que reunió más de 60.000 personas, es decir, la más importante concentración que se haya efectuado después de la caída de la dictadura.
Sin embargo, tanto en Chile como en América Latina, nos encontramos pero muy, muy lejos de escapar al modelo neoliberal y al control que ejerce el imperio de los Estados Unidos prácticamente en todos los planos. Nos queda un enorme trabajo que cumplir.
Desde América Latina nosotros seguimos con mucho interés la construcción de Europa en el plano geopolítico y estratégico, como un contrapeso al imperio de los Estados Unidos, el más grande y peligroso que jamás haya existido en la historia de la humanidad.
Sabemos que no es fácil y es por eso que compartimos la idea de que no se trata de construir una Europa cualquiera. Pensamos que se puede forjar una Europa política, social, democrática, abierta y solidaria, que coloque en primer plano al ser humano y no la economía.
Una Europa que amplíe los derechos ciudadanos y que instaure un Tratado social.
Compartimos completamente con ustedes esta importante campaña de explicación y de crítica de la constitución neoliberal. Justamente, porque nosotros queremos una Europa social, democrática y solidaria donde el NO sea portador de todas las esperanzas.
Frente a la ola neoliberal, en Chile nosotros decimos : Todavía creemos en los sueños.
Otro mundo es posible y otra Europa también. Posible y necesaria para los europeos, pero también para nosotros, los pueblos del Sur.
Gracias