En poco más de tres meses, el 7 de junio, tendrán lugar en España las elecciones en la Unión Europea para elegir a los nuevos 751 miembros del Parlamento Europeo de la VII Legislatura (2009-2014). En el conjunto de la UE serán entre los días 4 y 7 de junio. Serán las sextas que se […]
En poco más de tres meses, el 7 de junio, tendrán lugar en España las elecciones en la Unión Europea para elegir a los nuevos 751 miembros del Parlamento Europeo de la VII Legislatura (2009-2014). En el conjunto de la UE serán entre los días 4 y 7 de junio. Serán las sextas que se celebren en España y las primeras de la Europa de 27 Estados miembros. Un dato inicial a tener muy en cuenta es que según el último Eurobarómetro publicado tan sólo el 10% de los españoles conoce que se celebran dichas elecciones el próximo año.
Como hemos apuntado, en junio de 2009 celebramos de nuevo elecciones europeas (hace justo 30 años de las primeras, celebradas en junio de 1979) para elegir, por sufragio universal directo y en circunscripción nacional, a los nuevos europarlamentarios de los 27 Estados de la Unión Europea para el nuevo período legislativo. Dichos representantes en la cámara de Estrasburgo, en la que se hablan actualmente veintitrés idiomas oficiales, representan a los 492 millones de ciudadanos que actualmente formamos parte de la Unión Europea. Al Reino de España le corresponden 54 escaños en la Eurocámara. El Tratado de Lisboa (de 13 de diciembre de 2007) reduce el número de eurodiputados a 751, que tendrán un Estatuto del Eurodiputado, que implica, entre otras cuestiones, un salario común con independencia de su Estado de origen.
En la actualidad, los 785 componentes del Parlamento Europeo se reparten en los siguientes grupos parlamentarios: 278 diputados del Partido Popular Europeo, 219 del Grupo Socialista, 103 de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa, 42 de Los Verdes/Alianza Libre Europea, 41 de Izquierda Unitaria, 28 de Independencia/Democracia, 30 de Unión por la Europa de las Naciones y 44 de Independientes.
El Parlamento Europeo celebra sus sesiones plenarias en Estrasburgo, y está estructurado internamente en veinte comisiones que preparan los trabajos previos de dichas reuniones del Pleno. Las competencias más importantes las ejerce el Europarlamento a través del procedimiento de codecisión (instituido por el Tratado de Maastrich en 1992). Este importante método legislativo de toma de decisiones iguala jurídicamente al Parlamento y la Consejo (representantes ministeriales de los Estados) cuando se trata de legislar sobre cuestiones tan importantes como la libre circulación de trabajadores, el mercado interior, la educación, la investigación, el medio ambiente, las redes transeuropeas, la salud, la cultura o la protección de los consumidores, entre otras. El Parlamento Europeo comparte también con el Consejo de Ministros de la UE su competencia más decisiva: aprobar anualmente el presupuesto comunitario.
Asimismo, el Parlamento Europeo es el órgano de control democrático de la UE, pues, dispone del poder institucional de destituir a la Comisión Europea (brazo ejecutivo de la Unión) mediante la aprobación de una moción de censura por mayoría de dos tercios. Asimismo, surpervisa la gestión cotidiana de las políticas comunitarias, formulando preguntas escritas y orales a la Comisión y al Consejo, además de recibir al Presidente de turno de la UE (jefe de Estado o de Gobierno rotativo cada seis meses) para exponer el programa de acción de cada semestre.
Los grupos políticos del nuevo Parlamento Europeo que se constituya deberían intensificar los mecanismos de participación ciudadana, pues, la profundización del proceso de integración de Europa sólo tendrá futuro si se abordan decididamente las preocupaciones reales que tenemos los ciudadanos europeos, elaborando participadamente y ejecutando verdaderas políticas de integración comunitaria en materias como la inserción laboral de los ciudadanos europeos que sufren la lacra del desempleo, la lucha contra la pobreza, la defensa de los valores ambientales, la promoción de la cultura, la formación y la educación, igualdad de género, o la cohesión social entre los territorios de la Unión.
Recientemente la Unión Europea ha adoptado objetivos ambientales para el año 2020, conocidos como «el triple 20»: 20% de reducción de las emisiones a la atmósfera de dióxido de carbono; 20% de reducción del consumo energético (eficiencia); y 20% de incremento de las energías renovables. El Parlamento, como representante de una voz ciudadana cada vez más comprometida con la defensa del medio ambiente, debiera implicarse especialmente en estos objetivos.
Para estos importantes retos, somos necesarios ciudadanos europeos más activos y comprometidos, que hagamos de las instituciones europeas mecanismos cada vez más democráticos y útiles al interés general. En junio de 2009 los ciudadanos europeos tenemos la palabra a través de las urnas, pero ya tenemos la responsabilidad de hacer de Europa un espacio político ejemplar en los aspectos democrático, social y medioambiental.
Abogado y Doctorado en Derecho Público por la Universidad de Córdoba.
Blogs del autor: http://gomezpuerto.blogspot.