Los dos principales partidos de derecha ARENA y GANA, han abierto una serie de acusaciones y contraacusaciones de compra de voluntades legislativas, a un año y medio de que se celebren las elecciones presidenciales. GANA, nacido de una división de ARENA, es manejado bajo la mesa presuntamente por Tony Saca, ex Presidente de la República […]
Los dos principales partidos de derecha ARENA y GANA, han abierto una serie de acusaciones y contraacusaciones de compra de voluntades legislativas, a un año y medio de que se celebren las elecciones presidenciales.
GANA, nacido de una división de ARENA, es manejado bajo la mesa presuntamente por Tony Saca, ex Presidente de la República en el periodo anterior y expulsado de su partido por contravenir al grupo dominante del ex Presidente Alfredo Cristiani. Este último líder arenista, fue el iniciador de la ola privatizadora de la banca, comunicaciones, pensiones, energía; del TLC firmado sin debate público y la dolarización de la economía, así como altos niveles de corrupción. Todo ello consumado en 20 años.
Después de la derrota presidencial en el 2009, ARENA considerado un partido de los más sólidos ideológicamente desde su fundación por Roberto D´Abuisson (señalado por la Comisión de la Verdad de comandar el asesinato de Óscar Romero, Arzobispo de San Salvador) vio impávida la salida de una docena de sus diputados. Estos formaron enseguida a GANA, que se fortaleció con el transfuguismo de otros partidos pequeños de derecha.
El peor mensaje que está enviando ARENA, ganador legislativo este año, es su casi paranoico temor de que entre sus nuevos diputados encuentren irresistible el «venga, venga» de GANA. Por ejemplo, recién electos fueron obligados o persuadidos a firmar un pagaré, confirmado por algunos de ellos mismos a medios de comunicación, por cerca de medio millón de dólares como una fianza de que se mantendrían como arenistas.
Ahora que se publicaron en los diferentes medios, las acusaciones de la compra de diputados por GANA, fueron nuevamente obligados o persuadidos a firmar una «carta de lealtad». La intención es amarrar a seis diputados que podrían cerrar sus computadoras portátiles para pasarse a la bancada de GANA
Por qué y para qué
Un hecho histórico es que la derecha de los años 80, de los escuadrones de la muerte, de la guerra contrainsurgente apoyada por el grupo de Miami y Estados Unidos, entre otros, ya no tiene razón de ser. Negoció la paz con el FMLN en 1992 y aprovechó la toma del poder político para llenar la copa del Consenso de Washington. Un pelo en la sopa es que la propiedad de empresas estatales que pasaron a manos privadas dejó sectores importantes por fuera. Ahora, esas empresas están casi todas en manos extranjeras.
Una doble identidad fue conformándose. La más reciente considera que el COENA, máxima dirigencia de ARENA, «huele a ciprés». Esta es una forma figurada en El Salvador que significa decadencia, cerca de la muerte, porque las coronas fúnebres se hacían de ramas de cipreses, con su olor penetrante. Tony Saca, proveniente de los bajos escalones sociales, de locutor deportivo pasó ser propietario de radios y luego a líder de los grandes empresarios, ANEP, quien lo metió directa o indirectamente como candidato presidencial. Él representaba la otra derecha. Promueve una «tercera vía que puede llegar a cuarta», y si es posible, la terminación de ARENA. Tony está demasiado joven para sentir el movimiento de sus vísceras por los momentos de la guerra y no se siente comprometido con los arenistas que hicieron personal el patrimonio nacional en el pasado. Su pragmatismo, o el de GANA, los llevó a aliarse con el Frente en la Asamblea Legislativa cuando recientemente la Sala de lo Constitucional desmanteló la Corte Suprema de Justicia, basados en sentencias «tóxicas» por su potencial de crear desestabilización en el país. Es decir, la ideología de los años 80 se ve como «retro», cuyo himno anuncia con sangre el fin del comunismo en El Salvador. Pesan sobre Saca sospechas de corrupción, supuesta fuente de la compra de diputados. Pero la Corte de Cuentas saliente, no de buena reputación para todo mundo, le extendió el finiquito de funcionario probo.
¿Qué puede lograrse con el transfuguismo de algunos diputados de ARENA a GANA? En primer lugar, GANA tendría más peso como aliado en la elección de funcionarios como el Fiscal General y otros que controvertidos magistrados han declarado inconstitucional. En cuanto a ARENA, perdería la capacidad de veto. Segundo, divorciado de todos los partidos de derecha y teniendo como único aliado coyuntural al partido de la social democracia (un diputado), reduciría su papel al de crítico pero sin poder influir en la aprobación de leyes. Fuera del golpe moral que esto significaría en las elecciones presidenciales.
Saca provoca temor sin declararse miembro o candidato
Es una guerra sicológica. Ahora algunos políticos comentan con sorna. ¿Es que ARENA exagera y le tiene miedo a la Siguanaba? Desde hace siglos, la mayoría de salvadoreños ha creído en leyendas de origen indígena como la de la Siguanaba. Una bella mujer, que lavaba su ropa en el río al atardecer. Los hombres de caballo encantados por la belleza, se acercaban para «tunantearla» (cortejarla). Luego esa lindísima mujer se convertía en un espanto y los hombres perdían la razón. O en serio, ARENA tendrá información confidencial, encuestas privadas, que muestran en bajada electoral a Norman Quijano, quien en su primer discurso como candidato presidencial amenazó con quitar los beneficios a los escolares de las zonas pobres.
Lo cierto es que el ex locutor deportivo Saca, sigue negando su afiliación a GANA y menos aun, su intención de convertirse en candidato presidencial, lo cual -lógicamente- enfurece más a los arenistas.
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