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Francia: entrevista a Olivier Besancenot, portavoz del Nuevo Partido Anticapitalista

«Peleamos para ganar»

Fuentes: Humanité

 El portavoz del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) estima que la población comienza a tener confianza en su capacidad de hacer retroceder al gobierno en su proyecto. Afirma que «ahora peleamos para ganar». La izquierda debate : L´Humanité ha empezado la publicación de una serie de entrevistas con los dirigentes de la izquierda. Hoy le corresponde […]

 El portavoz del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) estima que la población comienza a tener confianza en su capacidad de hacer retroceder al gobierno en su proyecto. Afirma que «ahora peleamos para ganar».

La izquierda debate : L´Humanité ha empezado la publicación de una serie de entrevistas con los dirigentes de la izquierda. Hoy le corresponde su turno a Olivier Besancenot, portavoz del NPA.

A pesar de la fuerte movilización, ¿por qué se empecina el gobierno en promover su proyecto de reforma de las jubilaciones?

Olivier Besancenot: Del lado de la oligarquía financiera, se comienza ya a pensar que quizá Nicolas Sarkozy no es la buena respuesta de derechas para salir de la crisis. De ahí las disensiones que se conocen actualmente en el seno de la UMP. Nicolas Sarkozy tiene, pues, la necesidad de reunificar su campo para preparar 2012. Pero, más en profundidad, la jubilación es un asunto que afecta a la relación entre el capital y el trabajo. Desde el punto de vista de los capitalistas, es más importante aún que el CPE (Contrato del primer empleo ndt). Con la jubilación, estamos en el corazón del conflicto de clases. El jefe del estado está pues determinado a jugar doble o nada precisamente para reunificar su campo.

Ciertamente, el movimiento de contestación se amplía pero, ¿no piensas que los ciudadanos estiman a pesar de todo necesaria una reforma de las jubilaciones?

O.B. Proponer una ley que rompe la jubilación a los 60 años no es popular. El problema no está pues en convencer de que esta reforma no es la buena, está en nuestra capacidad para restaurar una confianza colectiva en el hecho de que se puede ganar la jubilación. Hemos dado un paso suplementario en este sentido el sábado pasado. Entre la población se comienza a creer en ello. Cuando, a comienzos de mayo, emprendimos la campaña unitaria, iniciada por la Fundación Copérnico y Attac, pensábamos que la peor de las derrotas habría sido una derrota moral, sin que se hubiera luchado. Tras este mes de septiembre de lucha, ahora luchamos para ganar.

Pero, ¿no piensas que subsiste una duda sobre un contraproyecto de izquierdas creíble?

O.B. Las dudas están menos relacionadas, me parece, con la falta de credibilidad de un proyecto alternativo que con la duda sobre la posibilidad de bloquear o no al gobierno. Por esta razón la izquierda no debe inscribirse en una lógica de enmiendas o de reescritura sino de retirada. ¡Esta reforma debe ser enterrada! Sin embargo, hay interrogantes sobre la posibilidad de encontrar los medios para financiar la jubilación a los 60 años al 100%. Para ello, hay que repartir el tiempo de trabajo y las riquezas. En seis meses, los beneficios del CAC 40 (indice de cotización en bolsa de 40 de entre las 100 mayores empresas cotizadas en Francia ndt) han aumentado un 85%. Para financiar las jubilaciones, habría que consagrar a ello, según el Consejo de Orientación de las Jubilaciones, el 3% del PIB cuando los beneficios acaparan el 17% de esas riquezas producidas por los asalariados.

¿Esta explicación es difícil porque la izquierda, que proclama su unidad en las luchas, no tiene un contraproyecto común?

O.B. No puede haber proyecto alternativo común entre el NPA y el PS sobre la cuestión de las jubilaciones, aunque solo sea porque nosotros, al contrario que el PS que quiere aumentar las anualidades, nos proponemos la jubilación a los 60 años con el 100%. Ahora bien, somos pragmáticos: si toda la izquierda está de acuerdo en defender la herencia del movimiento obrero que representa la jubilación a los 60 años, hay que decirlo juntos, izquierda social e izquierda política.

¿Piensas más que nunca que solo la huelga general puede obligar al gobierno a renunciar a su reforma?

O.B. Frente a la radicalización del poder, una huelga general indefinida es en efecto el medio para conseguirlo. Esto no se decreta. Pueden enviarse señales en este sentido por las organizaciones del movimiento social. Ellas pueden ayudar a la convergencia, hacer de forma que los plazos de las manifestaciones sean lo más apretados posibles y proclamarse solidarios de quienes intentan la continuidad de la huelga en su sector. Nadie en la izquierda de la izquierda puede sustraerse a la realidad de la correlación de fuerzas y a los medios que conviene emplear para ganar esta batalla central. En este momento preciso del conflicto, no es el momento para la organización de un referéndum que sustituiría a las movilizaciones sociales.

¿No temes que la consigna de huelga general haga capotar la unidad sindical?

O.B. La unidad y la radicalidad no son contradictorias. Como para los partidos de izquierda, las disensiones sobre el programa y sobre las modalidades de acción existen en el seno de las organizaciones sindicales, sin que ello rompa la unidad. Si la intersindical llamara a una huelga general indefinida el 12 de octubre por la noche, el gobierno no nos hablaría con la misma arrogancia.

El NPA se siente muy cómodo en el terreno de las luchas, pero ¿es suficiente para transformar la política actual?

O.B. Cuando te reclamas del marxismo, se puede tener un planteamiento dialéctico de la historia de la lucha de clases en este país que combina lo social y lo político. La secuencia que vivimos actualmente esta llena de política, más incluso que en ciertas secuencias electorales. El cambio se construye ahora y no en 2012. Cuando se hace el balance de nuestras victorias sociales, pensamos espontáneamente en las manifestaciones de 1995 contra la reforma Juppé, a las hechas contra el CPE y, por supuesto, en el referéndum sobre el TCE, en 2005.

¿Qué lecciones sacas del fracaso del NPA en las elecciones regionales, en marzo de 2010?

O.B. Asumimos ese revés. Objetivamente, el reflujo de las luchas sociales no nos ha ayudado, pues la situación del NPA está relacionada con la cota de popularidad de las movilizaciones sociales. Además, nuestra estrategia de alianza de geometría variable nos hizo ilegibles. Hasta ese momento hacíamos la síntesis de una orientación unitaria y radical, pero en ese momento perdimos en los dos aspectos. El NPA sigue buscando una respuesta.

¿Serás el candidato a las elecciones presidenciales de 2012?

O.B. Ahora soy el candidato a la resistencia social en el tema de las jubilaciones…

¿Presentará en cualquier caso candidato el NPA?

O.B. Hablaremos de ello en el congreso de diciembre pero como una incidencia de la orientación general. Solo en junio de 2011 elegiremos una candidatura.

8 de octubre de 2010
Entrevista realizada por Mina Kaci
Traducción: Alberto Nadal para VIENTO SUR

Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=3158