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Guatemala

Pequeña imagen rebelde

Fuentes: Rebelión

Desde hace varios días en ciudad de Guatemala, estudiantes de magisterio de las escuelas normales han salido a protestar. La razón inmediata es la extensión a la carrera de magisterio a 5 años. Nadie duda que es necesario elevar la calidad de la educación y que ello pasa por una mejor formación para los futuros […]

Desde hace varios días en ciudad de Guatemala, estudiantes de magisterio de las escuelas normales han salido a protestar. La razón inmediata es la extensión a la carrera de magisterio a 5 años. Nadie duda que es necesario elevar la calidad de la educación y que ello pasa por una mejor formación para los futuros educadores. Pero este cambio ha sido impuesto, sin ofrecer un diálogo consistente, a los primeros afectados por la medida: los propios estudiantes. Además, el contexto económico, educativo y social del país hace que estas medidas deban considerar otros puntos, incluyendo condiciones dignas y adecuadas en las aulas, así como becas para los estudiantes con menos recursos, entre otras cosas.

El día martes 6 de junio, los estudiantes salen a las calles a protestar. Cierran estratégicamente la entrada norte del periférico, una de las principales vías de ciudad de Guatemala y varios miles de carros se quedan atrapados y no pueden pasar.

Posteriormente, policías antimotines se enfrentan a los estudiantes y el resultado es un saldo de varios estudiantes capturados y algunos heridos, entre ellos, incluso, un policía. El Ministro de Gobernación, militar de carrera, se refiere a los estudiantes como criminales que impiden el derecho a la locomoción.

Pero antes de empezar este enfrentamiento, se puede ver una escena. Estudiantes, hombres y mujeres, se toman de las manos y se colocan como valla humana frente a los automóviles y los motociclistas. No dejan pasar ni automóviles ni motocicletas. Únicamente dejan pasar a las personas que transitan a pie y venían en los autobuses urbanos.

Varios conductores bajan de sus vehículos y van a observar más de cerca o a dialogar con los estudiantes para que los dejen pasar. Los estudiantes no ceden y los ánimos se caldean. Especialmente los motociclistas, mensajeros o cobradores que reciben sueldos bastante bajos y que se exponen todos los días al grosero tráfico de la ciudad, son los más enojados. Algunos logran pasar por algunos puntos y otros les gritan a los estudiantes. Entre los conductores, que ya se dieron cuenta que esto va para largo, se empiezan a escuchar imprecaciones contra los estudiantes. «Mareros» dicen algunos. «Haraganes» dicen otros. Uno que otro intenta defenderlos diciendo que sus razones tienen y que lo que «ellos» quieren (refiriéndose a los políticos) es poner a unos contra otros.

Los motociclistas se ponen más agresivos y hay algún conato de enfrentamiento. Precisamente, en una de las vías los estudiantes y motociclistas se agreden verbalmente.

Entonces se capta una imagen sugerente.

La mayoría de estudiantes y motociclistas vuelven a ver donde se produce el altercado. Se concentran en el «algo» que está pasando. Pero una joven mira hacia delante y comunica muchas cosas con su imagen.

En efecto, es una joven que asiste a la manifestación con una mochila rosada a la espalda, guardando sus útiles y quizás el uniforme que llevó al salir de su casa. Parada exactamente frente a un motorista, lleva lentes oscuros y una pañoleta con el dibujo de una calavera que cubren su rostro. Viste también un pantalón azul, una playera con el dibujo de un monstruo infantil y se toca el cabello con la mano izquierda.

La expresividad de la joven, que implica todo su cuerpo, es elocuente. Frente a los que dicen que los jóvenes son mareros o haraganes, ella lo desmiente con su mochila rosada y el «cookie monster» que lleva en la playera. Pero es más que eso. Es también la pañoleta y los lentes oscuros que también componen su expresión. La expresión de quien dice no. No a las imposiciones y no a los abusos. Una imagen de rebeldía. Pequeña y modesta, pero final y alentadoramente, imagen de rebeldía.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.