M.H.: ¿Cómo se vive en Perú la situación que se plantea a partir de la pandemia del Coronavirus?
R.N.: Me has entrevistado varias veces y yo siempre te dije que en Perú, donde fui Senador y presidente de la Comisión de salud y como tal conocía todo el problema de la salud, más del 40% de la población es marginal absoluta. Nunca ha habido asistencia médica regular del Estado para proteger a la mayoría que son marginales. Tan marginales son que Hernando de Soto, un investigador, dijo que la acumulación capitalista tenía que ser en Perú a partir de los marginales porque producían más en el PBI interno que la propia economía formal.
Pero Perú es una sociedad oligárquica en el pensamiento de la clase que hoy tiene y detenta el poder y que no ha cambiado mucho. Entonces, por qué es el drama que todo el mundo dice que Perú junto con EE UU van a ser los países donde proporcionalmente va a haber más muertos, porque siempre estuvo abandonada la protección de ese 40 o 50% de la población y por más que el gobierno ahora haga esfuerzos, no puede crear un sistema de salud urgente para enfrentar la pandemia. Entonces la gente va a morir como en ningún otro lugar.
Están diciendo que si bien en Perú ya se señalan 5.000 muertos, puede haber el doble o triple porque no hay censo que compruebe esa realidad en la medida que la marginalidad es absoluta y la falta de atención médica es de tal naturaleza que tenemos un drama histórico para el país.
Todo el mundo sabe que las revoluciones sinceraban las relaciones de clases de los países, el virus ha sincerado la miseria del sistema capitalista, en la medida que pone al desnudo no solo las agresiones que produce a los de abajo, a los que pierden su fuerza de trabajo, sino la miseria absoluta de quienes no son beneficiarios de él, que es la mayoría de la población.
Si nosotros nos quejamos de los problemas que se dan en Argentina con las villas miseria, en Perú las villas miseria son 10 veces más catastróficas. De tal manera que sin necesidad de ir a los libros, por el hecho del conocimiento real de lo que ocurre en Perú y en una sociedad con un desarrollo económico atrasado, incluso cultural y políticamente, hoy están pagando los desprotegidos, los de abajo, los marginales, los destrozos que está haciendo el Coronavirus no solamente en la economía en general, sino en todos aquellos que no han sido protegidos ni de la más mínima manera por un desarrollo capitalista que se declare humanizado o democrático.
M.H.: Siempre te convocamos para hablar del Che, esta vez por un nuevo aniversario de su nacimiento el 14 de junio de 1928.
R.N.: Tres años menor que yo.
M.H.: Y de paso reparaba también que un 14 de junio pero de 1894 nació José Carlos Mariátegui, o en 1895 como lo consigna en una nota autobiográfica.
R.N.: Él es moqueguano así que a veces la historia de su origen familiar es también un poco confuso. Pero hay que dejarlo ahí, se ha ganado el derecho histórico a la duda.
M.H.: Algo de eso también hay con el Che. Estas dos figuras revolucionarias latinoamericanas, en qué nos pueden ayudar a pensar en el marco de esta situación que estamos viviendo, de pandemia, a nivel no solo de nuestra América sino del mundo pero particularmente me interesa la cuestión latinoamericana, porque tanto el Che como José Carlos Mariátegui pensaban en la patria latinoamericana. ¿Cómo nos pueden ayudar el pensamiento y la acción del Che y J.C. Mariátegui?
Lo más importante del Che fue su intento de construir el socialismo en una isla atrasada
R.N.: Comprenderás que la pregunta es terriblemente abarcativa porque los personajes dejan lecciones múltiples, yo había pensado en el caso del Che, a través de mi reflexión, el contacto que tuve y mi compromiso militante con él, que deja lecciones que son muy útiles; la primera que mencionaría es el papel del individuo en la historia.
El Che era un hombre simple que termina siendo un prócer de la historia por todo su recorrido que todo el mundo conoce. Pero esas son lecciones importantes, porque ese papel del individuo en la historia tiene un tiempo concreto después de la Segunda guerra mundial y la relación de un país dependiente y subordinado casi colonizado por EE UU, es decir, la relación Cuba-EE UU.
Entonces esa lección del papel del individuo en la historia, como para pensarlo, porque en esta instancia no da el tiempo para discernir más, es cómo el Che, ese hombre simple pero avispado culturalmente, termina siendo lo que fue.
Yo rescato del Che una parte que la gran mayoría de los intelectuales o quienes quieren conocerlo no han estudiado. Personalmente creo que más importante que la gesta guerrillera del Che, que es irrepetible porque hay una especificidad anormal, tal es así que eso nadie lo toma como prototipo, es su rol de constructor en un intento, en un país que es una isla atrasada, de construir el socialismo. Eso es lo más importante.
Se puede pensar que es un tema lejano porque no es algo pendiente en el calendario de la realidad de nuestros países porque se alejó la perspectiva socialista; pero las enseñanzas son muy profundas, porque enseñan a ver cómo este hombre que no tenía afiliación marxista previa, ni actividad política anterior, pero tenía cultura personal, va comprendiendo la realidad y resolviendo los problemas sobre la marcha.
Pero los problemas que se le presentan son terribles, enfrentar a EE UU y construir una sociedad socialista a 90 millas, pero también en el cuadro de la relación entre EE UU y el bloque soviético, es decir, se encontró con Fidel Castro y otros para construir una sociedad antiimperialista, anticapitalista y su proyecto socialista en medio de la hostilidad de EE UU, pero también en medio de la hostilidad del Kremlin. Eso es muy importante.
No hay que olvidarse que el Che venía de la experiencia de Guatemala donde fue muy crítico con el Partido Comunista, que resolvió abandonar el poder para cumplir con los acuerdos de Yalta y Potsdam, es decir, que América Latina quedaba para EE UU.
Digo esto porque son lecciones que en algún momento vamos a tener que retomar. No nos asustemos porque ahora se alejó la idea de todo cambio revolucionario porque los procesos históricos no pueden ser preanunciados, la realidad puede exigir que retomemos las enseñanzas que él dejó vigentes.
Y lo más fundamental que señalo, es que el Che intentó construir una sociedad socialista en un país atrasado sin conocer los antecedentes de los intentos de construcción en la URSS. Él no sabía cómo habían desplegado sus iniciativas Lenin, Trotsky y otros para construir una sociedad socialista en un país atrasado y, sin embargo, fue el principal gestor de esas ideas en Cuba.
Cuando digo “el papel del individuo en la historia” es porque el Che resultó el más capacitado intelectualmente, no el dirigente principal que era Fidel Castro, un genio de la táctica y las medidas revolucionarias, sino el gestor de la reforma agraria, del intento de industrialización, las ideas que se le ocurrían, cómo iba a ser la acumulación socialista en la isla, eso va a valer mucho a futuro porque las experiencias que hicieron en Cuba están dormidas pero pueden ser retomadas más adelante.
La burguesía puede ser desarraigada pero su cultura no, por mucho tiempo, quizás por siglos
Dejo un poco al Che para hablar de Mariátegui, que es otro personaje. No tomó las armas, él tiene un signo trágico igual que el Che que muere el 9 de octubre de 1967 pero a Mariátegui le cortan primero una pierna y después otra y muere trágicamente a los 35 años. A los 35 años este hombre dejó una producción notable que ahora tiene una significación importante en otra beta de la que dejó el Che, que tuvo que pelear para tomar el poder y luego cómo construir ese poder que se generaba en Cuba con la hostilidad múltiple de EE UU y el apoyo limitado y condicionado del bloque soviético.
Pero José Carlos Mariátegui era un intelectual autodidacta moqueguano, de Moquegua, de la zona minera. De joven fue a Europa y se empapó de todas las ideas progresistas y volvió al país como marxista, fue un gestor de ideas que hoy tienen una connotación importante. Por ejemplo, rescato algunas: en la realidad de América Latina de su tiempo (él gesta todo su pensamiento en la década de 1920) recaptura la idea que el campesinado, sobre todo cuando el Perú estaba organizado en comunidades campesinas, que había 20.000 en un país de 60% de campesinado real, tenía un rol revolucionario, cuando los revolucionarios de la época obviamente solo en la literatura lo consideraban como apéndice.
Pero él dijo que no, que ese campesinado podía tener un rol no solo social sino revolucionario. Y todo el mundo se le vino encima por izquierda en ese momento, diciendo que era campesinista, que le quitaba el rol al proletariado, porque el campesinado no podía tener un rol revolucionario. Sin embargo, Mariátegui que vale fundamentalmente en el terreno cultural y que lo rescatan muchos intelectuales como un aporte a la cultura por sus condiciones didácticas y metodológicas, tuvo la capacidad de comprender la realidad y decir que el campesinado era un factor revolucionario pero no puede crear socialismo si no se alía con lo urbano, o sea, con la clase de avanzada del proletariado.
Fue gestando ideas en el sentido de lo que significaban las relaciones de clase en sociedades oligárquicas y fuertemente oprimidas por el mercado mundial que era desigual y el imperialismo. Pero Mariátegui fue gestor de otras ideas importantes que yo rescato como la importancia que le dio a la cultura. Él decía que por siglos la burguesía ha impuesto la cultura burguesa, pero la cultura burguesa no es una abstracción para él, cada hombre cada niño se ha impregnado de esos valores y como la cultura burguesa pudo haber sido progresiva en su tiempo y después degenerativa hasta el extremo que hoy vive como cultura bárbara, él nos ha avisado desde 1928 que tengamos cuidado con la cultura burguesa. Y dijo una cosa espectacular “la burguesía puede ser desarraigada pero su cultura no, por mucho tiempo, quizás por siglos” y eso es de un valor extraordinario hoy, cuando vemos cómo no solamente los patrones pueden imponer criterios autoritarios, sino tienen el apoyo, como fue con el Fascismo y el Nazismo, de sectores importantes de la población, incluso obreros, no hablo de la clase media, que están tomadas por los valores burgueses desde el inicio de su gestación y su vida.
De tal manera que hoy el problema más importante que existe es cómo se ataca, cómo se liquida, cómo se sale de ese embrollo en el que nos han metido de la cultura burguesa a través de las décadas y los siglos. Ese pensamiento, solamente tiene un valor extraordinario hoy, y aunque muchos lo traten en este momento, Mariátegui lo hizo en 1928.
Y lo otro importante que tiene que ver también con lo metodológico y revolucionario él dijo que no hay revoluciones tipo ni modelos, las revoluciones son excepcionales y específicas, de tal manera que si los revolucionarios no se mueven por esta vía, van a terminar por ser dogmáticos y sectarios. De tal manera que los que suscribían al dogmatismo de la revolución modelo como la rusa se le tiraron encima diciendo que la Revolución Rusa era la revolución modelo. Y en ese momento se enfrentó con todos los que discrepaban.
Lo más importante es lo metodológico porque nos enseñó a pensar críticamente y autonómicamente, diciendo que el que se reclama marxista y socialista e izquierdista que no tiene pensamiento crítico, que no tiene pensamiento sobre la realidad, que acepta lo que se le sirve como dogma es un aprendiz de revolucionario anquilosado. ¿No te parece una lección formidable la de Mariátegui?