Esta joven activista lidera el movimiento alternativo que organiza picnics gratuitos en los grandes hipermercados para la gente pobre
Con sólo 26 años, Leila Chaibi es ya toda una líder política del Nuevo Partido Anticapitalista (NPA), después de haber conseguido entrar en la instancia suprema del partido de Olivier Besancenot. Hoy es la principal animadora del comité LAppel et la Pioche, juego de palabras que puede traducirse como La Pala y el Pico. Aquí, Chaibi y sus compañeros se han hecho famosos organizando picnics gratuitos en los grandes hipermercados para la gente modesta y precaria. Ahora, desde la dirección ejecutiva del NPA, aspira a convertirse en la cabeza visible de todo ese sector joven del partido que no viene del trotskismo tradicional.
«El objetivo es convertir cada jornada laboral en un referéndum anticapitalista»
¿Qué le ha llevado a asumir las riendas de un partido anticapitalista que, según los sondeos, ya cuenta con un alto porcentaje en intención de voto?
Contribuí a montar Generación Precaria, el movimiento que dio visibilidad al problema de las becas de prácticas que son empleo encubierto no remunerado, y a la situación de los becarios. Después monté Jueves Negro, contra los abusos de vivienda de que sufren los jóvenes. Y pasé unos meses con Alternativa Libertaria, en Toulouse, pero a mí no me va eso de pasar horas teorizando sobre la esencia del proletariado.
¿Votaba por la LCR?
Casi siempre he votado por la LCR. Pero no por ello iba a militar a la antigua, yendo a repartir octavillas a los mercadillos. ¡No! Además, yo no me identifico nada con la noción de trotskismo. Montamos el Comité LAppel et la Pioche para participar a nuestra manera en la construcción del NPA, con nuestros modos de acción que son bastante atípicos respecto de la militancia tradicional, y con un trabajo específico sobre el tema de la precariedad laboral. Desde hace unos meses, organizamos picnics en los supermercados para plantear el problema del poder adquisitivo escaso y los beneficios tiránicos de la gran distribución.
Si lo que le interesa es la acción, ¿por qué entrar en un partido y querer participar en su dirección?
Cuando usted trabaja con un colectivo que aborda un solo punto, un problema, una injusticia particular… siempre queda la frustración de trabajar sobre algo muy sectorial. Nosotros queremos construir una fuerza anticapitalista y antiliberal de verdad. Creemos que con ella podemos transformar cada jornada electoral en un referéndum anticapitalista.
«En el NPA hay gente como yo que no nos identificamos nada con el trotskismo»
Se ha dicho que usted ha denunciado métodos sectarios y autoritarios en las primeras reuniones de la dirección del NPA.
Lo que ocurrió es que un medio obtuvo copia de un correo interno y a partir de ahí se creó una bola de nieve… La realidad es que los nuevos, los que venimos de los comités y no de la Liga Comunista Revolucionaria, no somos nada organizados. No es que haya habido complots contra nosotros, pero sí me parece que hubo dos defectos. Por un lado, se eligieron los cabezas de lista a las elecciones europeas, cuando el tema no estaba en el orden del día. Por otro lado, se produjo la elección al Comité Ejecutivo, y eso que no se había convocado previamente a que se presentaran los candidatos. Cuando nos quejamos por ello, se nos dijo que las candidaturas habían sido «suscitadas». Y también que lo ocurrido con los cabezas de lista a las elecciones europeas no era más que un «olvido».
No hubo complot, pero sí una tentativa discreta de dejar a su gente fuera de la dirección del NPA y de las cabezas de lista europeas. ¿Cómo consiguió entrar en el Comité Ejecutivo?
Nada de conspiraciones. Seguro. Pero, sí, digamos que para los viejos, esas maneras de hacer son una costumbre… Siempre hay choques. Yo logré incrustarme en el Comité Ejecutivo presionando con mi gente. Nosotros, los que acabamos de llegar, estamos tomando el control del partido. Creo que es positivo que haya este tipo de debates y que los desacuerdos puedan expresarse.
¿Se ve un día negociando la posición política de su grupo parlamentario?
Por supuesto. Podemos tener diputados, estar en las instituciones, pero sin convertirnos en un partido institucionalizado.
Ahora, para las europeas, si ustedes obtienen escaños tendrán que incluirse en algún grupo de la Eurocámara.
Sí. Haremos un grupo con los partidos de los otros países que son como el nuestro.
Ese es un problema. Ustedes son el único partido post-trotskista de Europa que está alcanzando niveles que le pueden permitir obtener entre dos y cuatro europarlamentarios.
¡¿Ah, sí?! Es verdad que conozco poco los otros países. Yo trabajo sobre todo en asuntos franceses.
El NPA ha barajado que sus eventuales europarlamentarios irán al eurogrupo comunista, socialista radical y verde de izquierda. Pero, ¿por qué no aliarse ya, en Francia, con el Frente de Izquierda?
Porque es una izquierda institucionalizada. Que el Partido Comunicat Francés (PCF) y el Partido de Izquierda solucionen primero ese problema que tienen y luego ya hablaremos.
Christian Piquet, del NPA, ha optado por entrar en el Frente de Izquierda, y ha fundado un nuevo movimiento, la Izquierda Unitaria.
Sí, es complicado. Yo siempre he pensado que nosotros, el NPA, deberíamos haber lanzado un llamamiento a la unidad de las fuerzas anticapitalistas desde el principio, sobre nuestras propias bases. Como no lo hicimos, llegó la OPA del Frente de Izquierda, y Christian Piquet la aprovechó… Yo no conozco mucho a este político pero me da la impresión de que es alguien que siempre andaba hablando mal de la LCR, y luego del NPA.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.