Las autoridades de Chipre discutieron el pasado 21 de marzo un nuevo plan de rescate al país, que está al borde de la bancarrota. Todos los planes anteriores fracasaron después de que el pasado 20 de marzo Rusia se negase a conceder a Chipre un nuevo crédito. El Ministerio alemán de Finanzas declaró que los […]
Las autoridades de Chipre discutieron el pasado 21 de marzo un nuevo plan de rescate al país, que está al borde de la bancarrota.
Todos los planes anteriores fracasaron después de que el pasado 20 de marzo Rusia se negase a conceder a Chipre un nuevo crédito.
El Ministerio alemán de Finanzas declaró que los bancos chipriotas podrían no abrirse nunca más, porque los problemas en la isla son muy graves. Mientras, los tres actores principales en esta historia -Alemania, Chipre y Rusia- actúan cada uno del modo que les pueda asegurar el apoyo por parte del electorado. Y los electores de estos tres Estados tienen intereses absolutamente distintos, por eso es imposible encontrar una solución que satisfaga a todos.
Alemania se prepara para las elecciones parlamentarias
Alemania dijo a las autoridades de Chipre que el Eurogrupo les concedería un crédito por 10.000 millones de euros en caso de que ellos recaudasen los restantes 6.000 millones implantando una tasa especial a los depósitos bancarios.
La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, dio a entender que su país no está dispuesto a rescatar a Chipre, en cuyos bancos está depositado sobre todo dinero de los rusos.
Chipre no esperaba que los acontecimientos se desarrollaran de ese modo, ya que la UE sí encontró dinero para ayudar a Grecia, cuyos problemas financieros se evaluaban en centenas de miles de millones de euros. Y este país fue culpable de los problemas de Chipre, porque los bancos de la isla tenían muchos bonos griegos. ¿Por qué Europa no quiso encontrar 17.000 millones de euros esta vez?
La respuesta es evidente. En septiembre de 2013, en Alemania se celebrarán elecciones parlamentarias y Angela Merkel ya anunció su deseo de participar en ellas. La concesión de ayuda financiera a Grecia perjudicó entonces su reputación. Los ciudadanos de Alemania no entienden para qué deben ayudar a un país que tiene problemas. Pero en aquella época, las autoridades de Alemania podían explicar su decisión. Grandes bancos europeos tenían bonos griegos y en caso de que estos bancos se hubieran enfrentado a grandes problemas, esto habría podido provocar una crisis bancaria en Europa. En caso de Chipre, esta explicación no sería aplicable. Los únicos ciudadanos europeos que pudieron ser afectados por la crisis en Chipre son tan sólo los británicos que tienen cuentas en los bancos chipriotas, en las cuales que se hallan unos 2.000 millones de euros.
Merkel encontró la salida a la situación. Por un lado, el Eurogrupo no se niega a conceder la ayuda a Chipre. Por otro, no está dispuesto a otorgarle a la isla todo el dinero que necesita y propone aprovechar recursos internos. Esto reduce el descontento de los ciudadanos de Alemania, que desempeña el papel de donante para los países de la UE más débiles.
Parece que los alemanes preferirían que se elaborase un plan de salida de la UE. Esta propuesta se abordó en el contexto de los problemas griegos y es posible que la historia con Chipre reanime las discusiones sobre el tema.
Los legisladores chipriotas, con el pueblo
El parlamento de Chipre, que el pasado 19 de marzo no aprobó el proyecto de ley que implanta el polémico impuesto extraordinario a los ahorros depositados en los bancos isleños, también defendió los intereses de sus electores.
El pasado fin de semana, el presidente de Chipre esperaba que los 28 diputados del partido gubernamental votaran a favor de este proyecto, logrando así el mínimo necesario de 29 votos para sacar adelante esta medida impuesta al país mediterráneo por la Eurozona a cambio del rescate. Pero tras varios días de protestas masivas en la isla, ningún parlamentario apoyó el proyecto. Al mismo tiempo, no se puede garantizar que los legisladores logren mantener sus escaños en un futuro, teniendo en cuenta que se verán obligados a estudiar un nuevo proyecto de ley que estipula gravar con un impuesto los depósitos superiores a 100.000 euros.
Aunque esta medida no se extendería a la mayoría de los chipriotas, es poco probable que éstos pudiesen recuperar todos sus ahorros. Los depositantes esperan a que se abran los bancos para retirar su dinero. Esto puede provocar un colapso del sistema financiero del país. Por eso salió a la luz pública que el Banco Central de Chipre prepara un proyecto de ley que ayudaría a evitar este colapso. Es posible que las autoridades financieras tengan que congelar temporalmente una parte de los depósitos.
La situación en Chipre recuerda a lo que pasó durante la crisis en Islandia. Las instituciones internacionales propusieron a este país resolver el problema de enorme deuda externa de los bancos privados a costa de los contribuyentes. Pero el presidente del país no promulgó la ley sobre el reembolso de las pérdidas sufridas por los clientes de bancos privados.
Se celebró un referéndum en el país y más del 90% de los ciudadanos respondieron que no debían asumir los esos compromisos. Así las cosas, Islandia entró en bancarrota, pero logró evitar la tensión social y ahora la situación en el país ha empezado a mejorar.
Las autoridades de Chipre pueden seguir el ejemplo de Islandia, si quieren gozar del apoyo del electorado, cuyo descontento a día de hoy está relacionado con las acciones de la UE y Alemania.
Los rusos se pronunciarán en contra de la ayuda a Chipre
Las autoridades rusas, que calificaron de manera negativa las condiciones impuestas por la Unión Europea, se negaron a prestar ayuda financiera a Chipre a pesar de que en las cuentas de los bancos chipriotas se hallan no sólo recursos de los bancos y empresas de Rusia, sino también de varias organizaciones públicas. Pero Rusia no puede rescatar a Chipre a solas, por eso el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, exhortó a las autoridades europeas a resolver el problema de manera conjunta.
Es posible que la causa principal de la renuncia de las autoridades rusas a conceder un crédito a Chipre haya sido su deseo de no manchar su reputación. Los ciudadanos de Rusia no entenderían para qué las autoridades conceden crédito a un Estado que está a borde de la bancarrota y que tal vez sea incapaz de devolverlo.
Teniendo en cuenta el programa de sacar la economía rusa de la sombra ‘offshore’ incentivado por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sería extraño ayudar a Chipre, pues hasta hace poco era uno de los paraísos fiscales más populares.
Es evidente que Rusia tiene dinero. Sus reservas internacionales superan los 526.000 millones de dólares, pero en el país no hay exceso de activos financieros. Además, Rusia ya concedió un crédito a Chipre de 2.500 millones de euros. A día de hoy, es necesario encontrar unos 7.000 millones de euros para resolver los problemas del país isleño. Y esto es casi la mitad de los gastos del presupuesto ruso para educación, o un 20% de toda la deuda pública de Rusia.
Las pérdidas de los empresarios y bancos rusos en Chipre pueden ser mucho más graves. Por eso todas las opciones de prestar ayuda a Nicosia deberían discutirse. Por ejemplo, el Gobierno ruso podría examinar la posibilidad de otorgar créditos a los bancos rusos, que a su vez podrían destinar los recursos a los chipriotas a cambio de activos.
Pero no se observa todavía posibles herramientas para invertir dinero. Las acciones de los bancos chipriotas que están al borde de la quiebra no son atractivas. En cuanto a los yacimientos de gas submarino de Chipre, Turquía también está interesada en obtener acceso a éstos, lo que amenaza con provocar problemas políticos.
El ministro de Finanzas de Chipre, Michalis Sarris, que no pudo llegar a un acuerdo sobre la concesión del crédito con el Ministerio ruso de Finanzas ni con el Gobierno ruso, declaró que no había venido a Rusia para recibir un préstamo, sino para encontrar inversiones.
Fuente: http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20130322/156688801.html