Uno de los objetivos del participante ordinario del Maidán era la destrucción de sistema de clanes oligárquicos. Sin embargo, el sistema no solo se ha mantenido sino que ha crecido a un grado tal de metástasis como el «estado dentro de un estado» del oligarca Igor Kolomoyski. No podía ser de otra forma en una […]
Uno de los objetivos del participante ordinario del Maidán era la destrucción de sistema de clanes oligárquicos. Sin embargo, el sistema no solo se ha mantenido sino que ha crecido a un grado tal de metástasis como el «estado dentro de un estado» del oligarca Igor Kolomoyski. No podía ser de otra forma en una situación en movimiento patrocinada por los oligarcas y dirigida políticamente por ultraliberales y nazis declarados.
Pero la destrucción del sistema oligárquico empezó «por la otra punta». El movimiento de los contrarios al Maidán desde el principio tuvo una carga no solo poderosamente antinacionalista sino también antioligárquica. El autor de estas líneas vio en persona la popularidad de los eslóganes utilizados contra los oligarcas en los mítines «antimaidán» en Kharkov y Odesa.
Y esto no es sorprendente porque como ahora sabemos toda la oligarquía se encontraba en el campo del movimiento de oponentes al sur-este, marcando la diferencia de clases entre el Maidán y el AntiMaidán. Incluso Rinat Akhmetov, que se considera «del Donetsk», en virtud de la lógica de confrontación de clase, se encontró en el campo de «los de Kiev». Mientras los obreros que generan los beneficios para Akhmetov en sus fábricas del Donbás hacían cola en el referéndum para la creación de la República Popular, su «amo» ya prestaba juramento de fidelidad a las nuevas autoridades, odiadas por los habitantes del Donetsk. Después lo vimos como un súbdito fiel en la investidura de Poroshenko.
A pesar de que los dirigentes de la República Popular no pertenecen en su mayor parte al campo político de la izquierda -hay más conservadores y partidarios de los valores tradicionales-, la misma lógica de la lucha empuja a los dirigentes de la RPD y la RPL a una vía antioligárquica, si no a una política anticapitalista. De la misma forma que esa lógica empujó a los clanes oligárquicos a los brazos de la Junta de Kiev.
«Como consecuencia de la renuencia de los oligarcas regionales a pagar impuestos en la RPD se ha tomado la decisión de iniciar el proceso de nacionalización», dijo el primer ministro de la RPD Denis Pushilin. La cuestión de la nacionalización la han planteado más de una vez los dirigentes de las Repúblicas Populares. De esta forma, se puede decir que el movimiento del sur-este capturó la agenda social del Maidán (en tanto en cuanto esta estaba presente en general en el Maidán, enterrada en los discursos nacionalistas y liberales de los líderes).
El éxito de las Repúblicas Populares dependerá en mucho no de las victorias militares sino en tanto en cuanto la línea política dé respuesta a esta profunda crisis en la que se ha hundido Ucrania. Y si el régimen de Kiev con toda claridad ofrece salir de la crisis aumentando las cargas sobre el pueblo (subida de tarifas, reducción de los gastos sociales, exigencias del FMI, etc.), las Repúblicas Populares tienen la oportunidad de mostrar una salida de la crisis según los intereses del pueblo. Y entonces el ejemplo de las Repúblicas Antioligárquicas será magnético para los habitantes de la Ucrania central e incluso la occidental.
Para esto hay que actuar rápida y decididamente. Primer paso: nacionalización de la banca y creación de un centro emisor propio (moneda de la Unión de Repúblicas Populares). Esto permite ser independiente de Kiev en salarios, pagos, pensiones, subsidios, etc.) No es una tarea sencilla, pero sí solucionable. Incluso la República Moldava de Transnistria tiene su propia moneda. Anteriormente los dirigentes de las Repúblicas Populares hablaron del paso al rublo ruso, sin embargo a mí me parece que este paso sería un error. En primer lugar, no está demostrado que la Federación Rusa pueda proporcionar un suministro suficiente de rublos para asegurar la circulación de mercancías en las Repúblicas y mucho menos para cubrir los gastos sociales. En segundo lugar, el control sobre la emisión de moneda es una palanca importante de control sobre la economía aumentando o disminuyendo la masa monetaria. En tercer lugar, es un punto propagandístico importante: un estado que crea su propio sistema monetario parece mucho más «exitoso» que uno que utiliza una moneda ajena.
Segundo paso: la nacionalización de los medios de producción fundamentales. Esto no es tan simple como quisiéramos. El caso es que la capacidad productiva del Donbás está vinculada al territorio de Ucrania, controlado por el régimen de Kiev, desde el punto de vista del suministro de materias primas y de ventas. Este problema se podría resolver mediante estructuras de Unión Aduanera, pero para esto es necesario, en primer lugar, la voluntad de Rusia, con la correspondiente dependencia, y en segundo lugar, atraer especialistas. Aquí podría dirigirse a especialistas-economistas con una visión de izquierdas, como en su momento hizo el gobierno revolucionario de Argelia, liberado del gobierno colonial, al invitar a intelectuales europeos de izquierda en calidad de expertos para construir una economía con elementos de planificación.
Tercer paso: organización de la distribución y control de los precios. Esta medida de «comunismo de guerra» es especialmente necesaria en la situación de bloqueo militar, lo mismo que una lucha sin cuartel con los especuladores.
Las Repúblicas populares tienen la oportunidad de mostrar cómo se puede vivir sin oligarcas parásitos y una escandalosa desigualdad. ¿Se llevará a cabo esta oportunidad? Veremos. Pero hoy ya vemos como aparece el germen de Otra Ucrania, una Ucrania Antioligárquica en el Donbás.
Fuente original: Fuente: http://liva.com.ua/za-