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Portugal lidera el camino en el trato a los refugiados entre los países europeos

Fuentes: Middle East Monitor

Foto: Campamento improvisado de solicitantes de asilo a la espera de que Grecia abra su frontera, 19 de marzo de 2020 (Foto: Cihan Demirci/Agencia Anadolu)

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Tan pronto como la pandemia de la COVID-19 comenzó a extender sus tentáculos por toda China y posteriormente por el resto del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con otros grupos internacionales, hizo sonar las alarmas porque los refugiados y los migrantes son particularmente vulnerables a la letal enfermedad.

“Hacemos hincapié en la necesidad de adoptar medidas nacionales inclusivas de salud pública para garantizar que los migrantes y refugiados tengan el mismo acceso a los servicios que la población residente, y que esto se lleve a cabo de forma culturalmente sensible”, imploró el Dr. Santino Severoni, Asesor Especial de Salud y Migraciones de la OMS/Europa a los gobiernos de todo el continente.

Más de 120.000 migrantes y refugiados “irregulares” desembarcaron en las costas europeas solo en 2019, un gran porcentaje de ellos procedentes de la Siria devastada por la guerra.

Tener a cientos de miles de personas moviéndose por terrenos peligrosos o retenidos en condiciones inhumanas en varios campamentos y centros de detención sin una atención médica adecuada ya es en sí bastante deplorable. Sin embargo, mucho peor es que estos grupos vulnerables estén sufriendo las consecuencias de la pandemia de coronavirus con escasa atención por parte de los gobiernos, sin una estrategia centralizada y ni siquiera refugios seguros.

Euronews informó el mes pasado de la historia de 56 personas que llegaron a la isla griega de Lesbos, procedentes principalmente de Afganistán y varios países africanos, justo cuando el coronavirus estaba llegando a su punto máximo en Europa; estos desafortunados escapados de la guerra y la pobreza descubrieron al llegar que no disponían de protección, asistencia ni perspectivas de que les llegara ayuda a corto plazo.

Un refugiado afgano dijo que el grupo quedó abandonado y tuvo que buscarse la vida durante catorce días sin ningún tipo de apoyo, ni siquiera guantes o máscarillas.

Pero no todos los países europeos descuidaron a los refugiados de forma parcial o total. Aunque es uno de los países europeos más pobres, Portugal ha decidido legalizar a todos sus refugiados y migrantes indocumentados, proporcionándoles por tanto la misma atención médica y el mismo apoyo que a sus propios ciudadanos.

A continuación, expongo una pincelada de cómo los países europeos han tratado a los refugiados y migrantes desde el brote de la pandemia de coronavirus.

España

España, Bélgica, los Países Bajos, el Reino Unido y otros Estados miembros del Consejo de Europa suspendieron la deportación de refugiados a sus países de origen.

Por su parte, España ha vaciado finalmente sus Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), los tristemente célebres centros de detención y deportación criticados en el pasado frecuentemente por varios grupos de derechos humanos.

Según los informes, el 59% de todos los refugiados y migrantes a España estaban recluidos en los CIE. A principios de abril, sin embargo, ese porcentaje había bajado a cero, según el periódico italiano Corriere della Sera.

No obstante, no está claro si los CIE reanudará sus actividades y cuándo, o si España revisará el estatuto de los refugiados y migrantes que han sido deportados con anterioridad al brote del virus.

Portugal

Las medidas de precaución de España son diferentes de las de su vecino Portugal. Este último tratará a todos los refugiados y migrantes que tienen solicitudes pendientes como residentes permanentes a partir del 1 de julio.

La decisión de ese gobierno tenía como objetivo garantizar el acceso de los refugiados y los migrantes a los servicios públicos durante el brote de coronavirus.

“Los solicitantes, incluidos los de asilo, solo necesitan presentar una prueba de haber presentado dicha solicitud para cumplir los requisitos, lo que les otorga acceso al servicio nacional de salud, beneficios sociales, posibilidad de abrir cuentas bancarias y contratos de trabajo y alquiler”, informaba Reuters.

Una portavoz del Ministerio del Interior de Portugal, Claudia Veloso, resumió la lógica detrás de la decisión de su gobierno en un lenguaje que, lamentablemente, es bastante ajeno al discurso político europeo dominante sobre los refugiados: “No puede privarse a las personas de sus derechos a la salud y servicios públicos solo porque su solicitud aún no ha sido procesada. En estos tiempos excepcionales, los derechos de los migrantes deben estar garantizados”.

Italia

Uno de los países que más ha sufrido como resultado de la pandemia de coronavirus, Italia, tiene una población significativa de refugiados y solicitantes de asilo, alcanzando la cifra de 300.000 a finales de 2018.

El 12 de marzo, debido al cierre de los tribunales en todo el país, el Gobierno italiano suspendió todas las audiencias y apelaciones relacionadas con los solicitantes de asilo. No se sabe bien cuándo se revisará el estatuto de los refugiados pendiente, teniendo en cuenta el elevado número de muertos y el grado de devastación económica que ha afectado a ese país en los últimos meses.

Aunque por ley todos los extranjeros en Italia tienen acceso al sistema de salud del país, “muchos solicitantes de asilo temen ir a los hospitales porque son indocumentados o se enfrentan a discriminación o a barreras idiomáticas”, declaró Refugees International en marzo pasado.

“Todo esto hará que sea más difícil detectar el virus en una población altamente vulnerable”, agregó la organización de defensa de los refugiados.

Francia

El destino de los refugiados y migrantes indocumentados de Francia ha empeorado, no solo por la propagación del coronavirus sino también por la respuesta caótica e indiferente de ese gobierno.

   Empleados con trajes protectores realizan trabajos de desinfección para máquinas expendedoras de billetes en el centro de Estrasburgo, este de Francia, 3 de abril de 2020 [Foto: Elyxandro Cegarra/Agencia Anadolu]

Un número considerable de comunidades de refugiados y migrantes de Francia están compuestas por menores que llegaron al país sin la compañía de un adulto. En el pasado, ese gobierno ha recibido repetidas críticas por no abordar el tema de los niños refugiados y migrantes. Sorprendentemente, su comportamiento apenas se alteró con la propagación del coronavirus, dejando a los niños en un limbo legal durante la peor crisis sanitaria del mundo desde la gripe española en 1918.

“El trato que las autoridades dan a estos niños era ya inaceptable antes de la epidemia, y hoy no solo es intolerable sino también peligroso”, advirtió en marzo Benedicte Jeannerod, directora de Human Rights Watch en Francia.”

“Las autoridades francesas deberían abordar esta situación urgentemente y proporcionar a estos niños refugio y acceso a servicios esenciales para detener la propagación del coronavirus en un grupo tan vulnerable”, agregó.

Alemania

En el campamento de Ellwangen, en el suroeste de Alemania, el Observador de la UE informó de que “casi la mitad de las aproximadamente 600 personas que hay en el campo de refugiados… han dado positivo en la COVID-19, sin embargo, se ven obligadas a compartir instalaciones con todos las demás”.

“Tuvimos que permanecer durante dos días en el mismo edificio y piso que las personas que habían resultado positivas. Utilizamos las mismas cocinas y comimos con ellos. Debido a esta negligencia, también tendremos el coronavirus”, dijo a The Guardian un refugiado del campo.

La mayor preocupación de los refugiados en Alemania no está relacionada solo con su estatuto legal y potencial deportación, sino también con la negligencia médica, ya que los campos de detención están superpoblados y los refugiados se infectan masivamente del virus.

Aunque algunos gobiernos europeos hablan de solidaridad humana y, como en el caso de Portugal, respaldan sus palabras con acciones, otros siguen siendo tan desalmados y cínicos como siempre.

Dicho esto, descuidar a los refugiados mientras se lucha para detener la propagación del coronavirus es tan estúpido como inhumano. Los últimos meses nos han enseñado que las estrategias provisionales y egoístas no se pueden aplicar en los casos de crisis sanitarias mundiales.

Sin embargo, el maltrato hacia los refugiados por parte de algunos países europeos no constituye ninguna sorpresa, ya que llevan sufriendo enormes dificultades desde hace muchos años por intentar buscar un refugio seguro en el continente.

En realidad, Europa parece haber agotado su solidaridad con su propia “comunidad europea”, dejando a los miembros pobres de la UE, como Italia y España, luchando solos contra el virus mortal sin extender una mano e incluso, a veces, sin una mera palabra de solidaridad.

Ramzy Baroud es periodista, escritor y editor de The Palestine Chronicle. Su último libro es “The Last Earth: A Palestinian Story” (Pluto Press, Londres, 2018). Baroud es doctor en Estudios Palestinos por la Universidad de Exeter y profesor no residente del Orfalea Center for Global and International Studies, Universidad de Santa Barbara, California.

Fuente: https://www.middleeastmonitor.com/20200425-portugal-leads-the-way-how-european-countries-fared-in-their-treatment-of-refugees/

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org  como fuente de la misma.