Cuando Ollanta, a través de un programa nacionalista y una estrategia de alianzas con la izquierda, gano las elecciones en el 2011, tuvo aproximadamente medio año de luna de miel, hasta que decidió romper con sus aliados dirigidos por Salomón Lerner, y estallo el conflicto «antiminero» más conocido como «Conga no va». Este giro a […]
Cuando Ollanta, a través de un programa nacionalista y una estrategia de alianzas con la izquierda, gano las elecciones en el 2011, tuvo aproximadamente medio año de luna de miel, hasta que decidió romper con sus aliados dirigidos por Salomón Lerner, y estallo el conflicto «antiminero» más conocido como «Conga no va».
Este giro a la derecha, si bien es verdad genero confusión y luego desmoralización en sus bases y movimientos sociales, pues, también produjo grandes explosiones sociales como las de la lucha popular contra el proyecto minero Tía María, en Arequipa, que se saldó con 4 ciudadanos muertos y decenas de heridos.
Similarmente, Pedro Pablo Kuchznsky (PPK), a pesar de haber tenido el apoyo decisivo de la izquierda y los movimientos sociales como el movimiento antifujimorista, ni bien asumió el poder rompió con sus aliados, ya que en verdad, ideológicamente se siente más cercano al fujimorismo, que la mayoría popular combatió en el ballotage.
Esta cuestión es la que explica porque PPK (a diferencia de Ollanta) no tiene luna de miel. Así las cosas, el 20 de Junio hubo un paro de camioneros en la frontera con Chile contra las multas de la SUNAT. El 4 de Julio los trabajadores de SENASA se declararon en huelga exigiendo aumento de sueldos (denuncian que los altos funcionarios se aumentaron en 300%). El 3 y 4 de agosto, hubo un paro general en Urubamba, Cusco, por sus reivindicaciones (contra el aumento en 200% del recibo de electricidad, el abuso de la familia Brescia Caferata y la escandalosa ganancia de 50 millones de soles de al año de Concetur dejando al pueblo solo $60 mil). Y para el día de hoy los obreros de Doe Run (que PPK al principio pidió movilizarse al Congreso para luego retroceder), han convocado a un paro indefinido exigiendo el funcionamiento de la empresa.
Finalmente, durante todo este tiempo se han dado movilizaciones sectoriales (obreros textiles Topy Top, mineros contra Cerro Verde, etc.), o masivas y nacionales como las de «Ni una menos» (que han sacudido las columnas del status quo como la iglesia católica y los partidos conservadores y fujimoristas), que marcan no solo un antes y un después en la historia sino que plantean un desgaste rápido del asolapado co-gobierno PPK-Keiko.
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