En Perú hay una especie de maldición política contra el pueblo. Cada nuevo personaje que se sienta en el sillón presidencial, inicia su gobierno asesinando a trabajadores, campesinos o pobladores. Así fue con Fujimori, Alan García, Ollanta Humala y ahora es con Kuczynski. El drama es peor aun cuando se constata que estos presidentes potencialmente […]
En Perú hay una especie de maldición política contra el pueblo. Cada nuevo personaje que se sienta en el sillón presidencial, inicia su gobierno asesinando a trabajadores, campesinos o pobladores. Así fue con Fujimori, Alan García, Ollanta Humala y ahora es con Kuczynski. El drama es peor aun cuando se constata que estos presidentes potencialmente criminales, llegaron al gobierno con el apoyo de los trabajadores, quienes fueron manipulados por la «izquierda» inescrupulosa y lumpen, que para cada nueva elección se pone a la cola de sátrapas y bandidos. Una y otra vez el pueblo paga con su sangre y sufrimiento su error de dejarse estafar electoralmente.
Pedro Pablo Kuczynski (PPK), no tiene aún tres meses en el poder, y ya comenzó su ciclo brutal contra la población. Fue proclamado presidente el 28 de julio pasado, y en menos de 90 dias ya tiene las manos tintas en sangre. El viernes, 14 de octubre, un conflicto entre pobladores y el proyecto minero de Las Bambas, terminó con el asesinato de un manifestante. La víctima fue identificada como Quintino Cerceda Huilca, de 42 años, y murió a consecuencia de haber recibido una bala en la cabeza. La policía utilizó balas de alto calibre disparadas con fusil de guerra. La violenta represión policial se produjo cuando pobladores de la provincia de Cotabambas (Apurímac), se movilizaron contra el proyecto minero Las Bambas.
Las Bambas es un gigantesco proyecto de explotación de Cobre, cuyo propietario es la transnacional minera China Minmetals Non-ferrous Metals Company Limited (CMN). La sede de esta voraz empresa es Hong Kong desde donde se decide la destrucción de pueblos enteros del Perú. Como han denunciado los campesinos, esta empresa para hacer transitar sus gigantescos camiones cargados de minerales, ha iniciado la destrucción de las tierras comunales-agrícolas.
Este conflicto tiene los mismos ingredientes, que conflictos anteriores entre trabajadores y empresas transnacionales. De un lado la población defiende la integridad de su territorio y de otro lado, el gobierno de turno, y las empresas transnacionales que no tienen ningún límite para extraer los minerales de la tierra. Estas empresas mineras, con el apoyo del gobierno arrasan extensos territorios poniendo en peligro la saludad y la sobrevivencia de miles de pobladores. Los ejemplos de los últimos anos son numerosos: Cajamarca, La Oroya, Cerro de Pasco y otros.
En Perú se ha vuelto una costumbre que todos sus gobernantes inician su gestión presidencia masacrando a la población civil. En julio del 1985 Alan García Pérez (APRA), inicia su gobierno de «izquierda». Al mes siguiente (14 de agosto 1985), el ejército con el aval presidencial asesino a 69 campesinos en Accomarca, Ayacucho. Al final de este gobierno, 1985-1990, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), fueron 8.173 ciudadanos asesinados y desaparecidos por el ejército y la policía. Hay que anotar que el primer gobierno de Alan Garcia, contó con el apoyo y la colaboración de la «izquierda» legal, que vio en este torvo personaje, un presidente de avanzada en el país.
En 1990, es el turno de Alberto Fujimori, quien había llegado al palacio presidencial sostenido por la «izquierda» y el Apra. Este inicia su gobierno masacrando poblaciones enteras. En los primeros 5 meses del gobierno fujimorista habían desaparecido 200 personas solo en el departamento de Huancavelica. «A principio de octubre de 1990, dice la CVR, se habían hallado varias fosas comunes con cadáveres de ciudadanos masacrado por el ejército y la policía. 17 cadáveres en Chilcahuaico (Ayacucho), y 18 en Chumbivilcas (Cusco). Este gobierno «democrático», término su gestión 1990-2000, con mas de 15 mil personas masacradas.
Después de estos gobiernos sangrientos y corruptos, vinieron el régimen de Alejandro Toledo (2001-2006) y de nuevo el gobierno de Alan García Pérez, quien salió sin problemas de las acusaciones por crímenes y genocidios se sentó una vez más en el sillón presidencial desde el 2006 hasta el 2011. Durante el segundo gobierno de García, murieron a manos de la policía 193 ciudadanos, la mayor parte trabajadores mineros.
El Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias, señalaba dos años después de la caída de Fujimori, que en Perú se mantenían las «prácticas de violaciones a los derechos humanos». Esta misma organización, anotaba que desde el 2002 hasta junio del 2015, es decir durante tres gobiernos sucesivos (Toledo, García y Ollanta Humala), la represión continuaba y que durante este periodo 139 trabajadores habían sido muertos a manos de policías y militares.
En el primer año de la gestión de Ollanta Humala 17 campesinos fueron muertos por orden del gobierno. En el informe «Un año del gobierno de Ollanta Humala» de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos del Perú (julio 2012), señaló que en cuanto a los derechos humanos durante este gobierno, «muy poco es lo que se ha hecho, y más bien se ha producido un retroceso». Esta comisión adviertió en su informe que este problema «se refleja en los muertos, heridos y la criminalización de las protestas sociales. Con Ollanta Humala, la represión contra los trabajadores fue en ascenso. Como lo han publicado diversas organizaciones y medios de comunicación, durante el régimen de Humala, fueron muertos 73 trabajadores y 2.226 personas fueron heridas en los conflictos sociales.
Muerte en las Bambas
Como lo han anotado diversos medios de comunicación, «Las Bambas es una mina de cobre de gran envergadura, se espera que sea uno de los activos de cobre más importantes a nivel mundial, en términos de producción…. La mina produce concentrados de cobre que contienen oro y plata como subproductos, así como un concentrado de molibdeno separado; el procesamiento se efectúa mediante técnicas convencionales de chancado, molienda y flotación». De esta manera se deduce, que los próximos meses y años serán de grandes luchas populares contra este régimen que repite los mismos métodos violentos y represivos contra las poblaciones opositoras a las transnacionales y a la destrucción de sus territorios.
Mientras Pedro Pablo Kuczynski inicia su gobierno matando a los campesinos, Verónica Mendoza, la candidata presidencial por la «izquierda» peruana (en las elecciones pasadas), ya inicio su campana electoral para el lejano año 2021. Así marchan las cosas en este país, donde cualquier bribón o bribona ambiciona incrustarse en el sistema parlamentario peruano. Esta mujer, supuestamente, de «izquierda» (anteriormente fue militante y parlamentario del partido de Ollanta Humala), convocó a votar por el actual presidente peruano. Ella dijo con orgullo: «yo voto por Pedro Pablo Kuczynski». De esta manera, ella y la izquierda peruana, son juntos con el gobierno, responsables de este crimen y de los que van a venir.
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