De acuerdo con las fuentes, Jonhson ha aceptado renunciar al liderazgo de los conservadores, pero pretende permanecer en el cargo de jefe del Gobierno hasta otoño próximo.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Jonhson, aceptó presentar su dimisión en medio de la crisis de su Gobierno y la renuncia de más de 50 miembros de su gabinete, informaron hoy los medios de comunicación británicos.
En las primeras horas de este jueves dimitieron al menos tres funcionarios de alto rango, entre ellos el secretario de Estado para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, para un total de 53 en las últimas 24 horas.
Un gobierno decente y responsable se basa en la honestidad, la integridad y el respeto mutuo. Lamento profundamente tener que dejar el gobierno porque creo que estos valores ya no se respetan, escribió Lewis en la carta donde informó a Johnson de su renuncia, y que él mismo publicó en su cuenta de Twitter.
Las razones dadas por el encargado de dirigir la política de Londres hacia la provincia británica de Irlanda del Norte son las mismas que expresaron otros altos cargos, como el ministro de Salud, Sajid Javid, para abandonar el gabinete.
Según la cadena Sky News, que citó fuentes anónimas, el divisionismo también habría hecho acto de presencia en la oficina del primer ministro, donde la carta de dimisión del gobernante ya se estaría redactando.
Especulaciones aparte, lo único cierto es que Johnson no tiene intenciones de abandonar el número 10 de la calle Downing por su propia voluntad, y eso lo dejó claro la víspera tanto en la Cámara de los Comunes como en una reunión con miembros prominentes del gobierno y del Partido Conservador.
La rebelión, sin precedente en la historia política británica, tiene como antecedente escándalos recientes que horadaron el liderazgo de Johnson, como fue el caso de las fiestas ilegales celebradas en las oficinas gubernamentales durante la cuarentena por la pandemia.
La gota que rebosaría la copa sería la designación de un diputado sobre el que pesaban acusaciones de conducta sexual inapropiada como jefe de la disciplina partidaria dentro de la bancada conservadora.
El escándalo estalló la semana pasada, cuando el propio legislador Chris Pincher renunció al puesto y luego fue suspendido de su curul, por manosear a dos hombres en un bar privado londinense.
La cada vez más probable dimisión de Johnson daría paso a un concurso de liderazgo entre el resto de los diputados conservadores para escoger a su sucesor, aunque no se descarta que se convoque a unas elecciones generales.