La Policía francesa arrestó a cuatro personas en Amiens por los enfrentamientos de esta semana. Estas detenciones se producen después de que el presidente François Hollande enviara a la zona a su ministro de Interior y prometiera una «dura respuesta» a lo ocurrido.
La Policía francesa arrestó este jueves 16 de agosto a cuatro personas en Amiens, al norte, por los enfrentamientos ocurridos esta semana en un barrio desfavorecido de esta ciudad, en los que, según la Gendarmería, 17 policías resultaron heridos, algunos por perdigones de escopeta. Los detenidos tienen edades entre 15 y 30 años.
Este operativo policial se produce después de que el presidente, Fançois Hollande, prometiera a cien días de su elección emplear «todos los medios del Estado» para evitar episodios de violencia como este.
En la misma línea, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, tildó lo ocurrido de «inaceptable» y aseguró que el Gobierno «hará prueba de la mayor firmeza».
El martes, tras visitar el barrio de Fafet, situado a unos diez minutos en coche del centro de Amiens, el responsable de Interior, Manuel Valls, afirmó que no se tolerarían enfrentamientos con la Policía y la destrucción de propiedades privadas.
Al igual que Hollande, incidió en que «la seguridad, como la justicia, son prioridades en el presupuesto de 2013, mientras en los últimos cinco años se han suprimido 12.000 plazas de policías y gendarmes». Anunció que el próximo año se crearán 500 plazas de policías y gendarmes, que se destinarán «prioritariamente a las Zonas de Seguridad Prioritarias (ZSP)».
Estos disturbios coinciden en el tiempo con el desmantelamiento de campamentos de gitanos rumanos y búlgaros, otro de los desafíos de Hollande.
Valls se escudó en las condiciones de insalubridad de los mismos y en situaciones de violencia. Subrayó que la solución está los países de origen de estas personas, donde «están discriminadas». Adelantó que el Gobierno podría levantar las restricciones de acceso al mercado laboral a estas poblaciones.