Una regulación emitida por el gobierno británico que prohíbe a las escuelas públicas de Inglaterra utilizar materiales que abogan por el fin del capitalismo levantó hoy un gran revuelo en el Reino Unido.
Sobre esta base, sería ilegal referirse a grandes capítulos de la historia y la política británicas, incluida la historia del socialismo británico, el Partido Laborista y el sindicalismo, todos los cuales han abogado en diferentes momentos por la abolición del capitalismo, advirtió el parlamentario laborista John McDonnell.
Aunque la directiva del Departamento de Educación sobre el currículo escolar fue publicada la semana pasada en el sitio oficial del gobierno, el tema comenzó a cobrar notoriedad este fin de semana después que el periódico The Guardian se hizo eco de la noticia.
Las críticas obedecen a que la regulación, que aplica solamente para Inglaterra, pues los territorios semiautónomos de Gales, Escocia e Irlanda del Norte tiene sus propias autoridades de Educación, considera las manifestaciones anticapitalistas como una postura política extremista similar al racismo, y a la oposición a las elecciones libres, la libertad de expresión o de religión.
En declaraciones a The Guardian, McDonnell calificó la medida como otro paso en la guerra cultural, y una señal de que el autoritarismo ultraconservador está ganando terreno.
En una publicación posterior en su cuenta de Twitter, el diputado laborista recalcó que asuntos como estos son demasiado peligrosos como para no ser tomados en cuenta, ya que, en su opinión, reflejan la naturaleza de la política del primer ministro Boris Johnson y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la cual, dijo, ‘no reconoce fronteras’.
El investigador y escritor Tom Coburg también comentó en esa red social que con la nueva regulación, autores de la talla de William Godwin, William Morris, JB Prie Priestley, Noam Chomsky, Jean-Paul Sartre y George Orwell, y muchos más que han criticado al modelo capitalista, quedarán prohibidos en las escuelas de Inglaterra.
Este país está caminando hacia un lugar muy, muy oscuro, apuntó, por su parte, el columnista de The Guardian Owen Jones en su cuenta de Twitter.
El Departamento de Educación alegó en su defensa que el objetivo de la guía curricular es hacer ver a las escuelas que su deber es garantizar la imparcialidad y un tratamiento balanceado de los temas políticas en las aulas.