El próximo 2 de febrero se celebrarán las elecciones presidenciales en El Salvador, correspondientes al período legislativo 2014-2019. Según los indicadores económicos del Banco Mundial, el nivel de pobreza en ese país centroamericano alcanzó en 2012 el 34, 5 %. La tasa de pobreza nacional es el porcentaje de personas que vive debajo de la […]
El próximo 2 de febrero se celebrarán las elecciones presidenciales en El Salvador, correspondientes al período legislativo 2014-2019. Según los indicadores económicos del Banco Mundial, el nivel de pobreza en ese país centroamericano alcanzó en 2012 el 34, 5 %. La tasa de pobreza nacional es el porcentaje de personas que vive debajo de la línea de pobreza nacional. Esta cifra señala el porcentaje de la población salvadoreña que no tiene los recursos económicos mínimos para abastecerse de los alimentos necesarios que comprende la canasta básica promedio – zona urbana y rural – estimada en 150 Dólares (US$) al mes en una familia de cuatro miembros.
El sueldo mínimo en El Salvador durante el año 2013 fluctuó entre 91,20 Dólares (US$) [cortadores de algodón] y 233,10 Dólares (US$) [sector de servicios]. La media aritmética calculada es de 150 Dólares (US$) por mes, es decir aproximadamente 110 €.
Dicho en otras palabras: De 100 salvadoreños que en 2012 no estuvieron en condiciones de generar los 5 Dólares (US$) para la compra de los alimentos diarios básicos para la sobrevivencia, 34 pasaron hambre. El otro 66 % de salvadoreños estuvo presuntamente generando fondos económicos de manera ilegal. Probablemente en la prostitución masculina y femenina, en el narcotráfico, en asaltos a mano armada y desarmada o en el proxenetismo.
Si se comparan los márgenes de pobreza de El Salvador con los de otros países centroamericanos y los de México se podría concluir que a «los salvadoreños no les va tan mal»: Haití 77 %, Honduras 60 %, Guatemala 53 %, México 52 % y Nicaragua 42 %. A pesar de la relatividad de los indicadores económicos y de la complejidad del cálculo estadístico de los mismos, El Salvador forma parte del «mundo pobre». Una verdad de Perogrullo diría el maestro Francisco Quevedo. Tanto los salvadoreños residentes en el extranjero como los que pueblan el territorio nacional conocen la verdad desnuda.
Sin embargo la solución de este problema socio-económico es efectivamente más difícil y compleja que lo que la teoría económica neoliberal recomienda, en un país mono productor, subdesarrollado y dependiente del ingreso de divisas en concepto de remesas familiares, fundamentalmente de las provenientes de los Estados Unidos. Como si esto fuera poco, El Salvador es, junto con Honduras, uno de los países centroamericanos donde la violencia y el homicidio están a la orden del día.
Los burócratas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM) recomiendan como «solución de cajón», incrementar la economía, es decir aumentar el Producto Interno Bruto (PIB) creyéndose que con esa medida descubrieron «el huevo de Colón». Ciertamente, los problemas que acarreó la dolarización del Colón salvadoreño, como una de las medidas para estimular la economía, metió a la gran mayoría del pueblo pobre en un tremendo «huevo»; porque la realidad salvadoreña es diferente a la «realidad» que plantea la política neoliberal de las instituciones financieras mundiales.
Según los últimos pronósticos electorales, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) estaría holgadamente en primer lugar, seguido por ARENA y la alianza de partidos «UNIDAD». De acuerdo a estas encuestas, Salvador Sánchez Cerén del FMLN saldrá vencedor en las próximas elecciones y se convertirá por lo tanto, en el primer mandatario salvadoreño, en toda la historia del país, con un pasado político-ideológico marxista-leninista y un presente marxista moderado. Por ende, el plan de desarrollo económico propuesto por el FMLN para solucionar los problemas socio-económicos del país está en concordancia con el modelo de desarrollo económico que propone la socialdemocracia internacional.
Claro está, que si ninguno de los partidos en contienda obtiene el 50 % más uno de los votos, habrá una segunda ronda. En este hipotético escenario las alianzas y/o cooperaciones entre los partidos políticos jugarán un papel decisivo. Tanto ARENA como UNIDAD, son entes políticos que defienden los intereses de las clases dominantes en El Salvador. El primero a la oligarquía ultraconservadora y tradicionalista cafetalera y el segundo, a la mediana y gran burguesía salvadoreña.
Tomando en cuenta el débil crecimiento de la economía nacional en los últimos años, los expertos en la materia no esperan un cambio radical en las políticas económicas ni un repunte de la economía salvadoreña, independientemente de quien gane las elecciones, en primera o en segunda ronda. Un futuro bastante desolador para el pueblo salvadoreño.
¿Quién puede salvar a El Salvador? ¿Salvador Sánchez Cerén, el ex comandante guerrillero de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL)? ¿o a lo mejor, el Salvador del Mundo en persona?
A pesar de todo, el triunfo del partido de gobierno FMLN sería la mejor opción para el pueblo salvadoreño.
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