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Sobre el intento, hasta ahora infructuoso, de conseguir un ejemplar impreso de la Constitución Europea

Quiero una Constitución Europea

Fuentes: La excepción

Hace unos días envié el siguiente correo-e a los Ministerios de la Presidencia, de Asuntos Exteriores y de Justicia de España: Estimados señores: Como ciudadano español, estoy interesado en poseer el texto de la Constitución Europea, tanto para poder votar sobre su ratificación, como para conocerla en profundidad. Cuando el pueblo español hubo de pronunciarse […]

Hace unos días envié el siguiente correo-e a los Ministerios de la Presidencia, de Asuntos Exteriores y de Justicia de España:

Estimados señores:

Como ciudadano español, estoy interesado en poseer el texto de la Constitución Europea, tanto para poder votar sobre su ratificación, como para conocerla en profundidad. Cuando el pueblo español hubo de pronunciarse sobre la Constitución Española, millones de ejemplares de la misma fueron distribuidos gratuitamente entre las familias. Ignoro si tendrán diseñada una campaña de este tipo en relación con el texto constitucional europeo, pero considero que sería necesaria. Teniendo en cuenta que el texto es largo, pienso que es oportuno que los ciudadanos podamos disponer de una publicación en papel del texto completo, aparte de las consultas que se puedan hacer por Internet, o de los resúmenes divulgativos que difunda la administración.

En cualquier caso, les agradecería que me hicieran llegar un ejemplar impreso de la Constitución, o que me informaran de la forma en que pueda conseguirlo.

Muchas gracias por su atención. Reciban un cordial saludo:

Guillermo Sánchez

He de reconocer que en los tres casos no tardaron en contestarme, algo poco frecuente en la administración (y menos frecuente a través del correo electrónico). Desde la Presidencia del Gobierno me contestaron:

Siento comunicarle que no se ha hecho una campaña como la anterior para la distribución de la Constitución Europea.

Solo puedo indicarle que consulte en Internet en la siguiente dirección: www.constitucioneuropea.es

Atentamente le saludamos, [sin firma]

El Ministerio de Justicia me informó:

Estimado Sr.

En relación con su petición, le comunicamos que en este Ministerio no disponemos de ejemplares de la Constitución Europea para su distribución a los ciudadanos, no obstante en nuestra página web www.justicia.es una Constitución para Europa encontrará el texto íntegro de dicha Constitución para poder imprimirla o consultarla.

Atentamente

Gabinete del Ministro.

Desde esta web pude acceder a la misma que me había sido facilitada por la Presidencia del Gobierno: www.constitucioneuropea.es. En ella se puede descargar una versión de la Constitución Europea en formato pdf. Cualquier persona habituada al uso del ordenador sabe que estos documentos, legibles con el programa Acrobar Reader, están especialmente diseñados para su impresión, y no tanto para ser leídos o consultados en pantalla, pues en el texto no se pueden realizar destacados ni búsquedas. Teniendo en cuenta que el documento ocupa 349 páginas, la única opción para quien quiera un ejemplar completo (y poco manejable, dado el formato DIN A-4) es gastar un cartucho de tinta y casi un paquete de folios. Un precio elevado para quien quiere estudiar con detenimiento una Constitución sobre la que podrá pronunciarse en referéndum dentro de dos meses, y un signo más de la «neoliberalización» del estado, que por otro lado no dejará de despilfarrar recursos en otras campañas sobre asuntos de mucha menor importancia pero de mayor rentabilidad electoral.

Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores me contestaron:

En relación con su escrito, le informo que puede solicitarla a la Comisión Europea. Paseo de la Castellana, 46-28046 Madrid. Tno: 91 423 80 00

Decidido a conseguir un ejemplar impreso, a ser posible con formato de libro, me pongo en contacto con la oficina de la Comisión Europea en Madrid. Me informan de que los ejemplares de la carta magna se han agotado, pero que puedo volver a llamar, en horario de 9:30 a 13:00, para solicitar más información.

Mientras tanto, con motivo del Día de la Constitución Española, en el instituto donde doy clase se invita a una parlamentaria del Partido Socialista a impartir una conferencia sobre el tema. Nos informa de que participa en la Comisión Mixta para la Unión Europea, por lo que en el turno de preguntas, y teniendo también en cuenta que la diputada pertenece al grupo que apoya al gobierno, le transmito mi interés por conseguir una constitución impresa. Promete que enviará ejemplares al instituto tan pronto como salgan de la imprenta.

Me pregunto: ¿Es posible que a dos meses del referéndum todavía no haya constituciones de fácil consulta para los ciudadanos? Las encuestas dicen que la inmensa mayoría de los españoles desconocen todo sobre este decisivo texto. Se habla de una campaña institucional, pero, aun siendo una persona atenta a los medios de comunicación y a todo tipo de anuncios, apenas me ha llegado información sobre el importente documento que debemos aprobar. Las referencias de los políticos en los medios de comunicación vienen siendo, como es habitual, pura propaganda, normalmente partidista (acusaciones sobre el papel de España en el proceso de negociación…). Sólo quien busca encuentra, y no todo lo que quisiera, como se puede comprobar. El gobierno español, que se jacta de ser uno de los primeros en someter el asunto a consulta popular, se podía haber preocupado por lograr que en cada hogar español exista un ejemplar de la Constitución Europea, como se hizo en 1978 con la española.

En diversas campañas electorales he solicitado programas electorales a las formaciones políticas concurrentes, y en algunas ocasiones me los remitieron por correo. Pero también recuerdo cómo durante la campaña de 1996 me acerqué a la sede de uno de los principales partidos del país en la gran ciudad donde vivía, y pedí un ejemplar de su programa electoral. Me ofrecieron un breve folleto ilustrado con fotos. Insistí en que quería el programa completo, no un resumen divulgativo, pero el hombre que me atendió me dijo que el programa era muy largo, que tendría que buscarlo y fotocopiármelo, cosa que parecía no estar dispuesto a hacer. Me dijo que con leer el papelajo en cuestión tenía suficiente. Le pregunté cómo era posible que un ciudadano que quisiera conocer el programa de un partido al que podría votar no pudiera conseguir esa información, pero me despachó visiblemente molesto. (Así son las campañas electorales en este país: gastarán millones en alquileres de plazas de toros para arengar a quienes ya tienen decidido votarles, en molestos vehículos con altavoces incordiando a la ciudadanía, en horrendos carteles pegados incluso en lugares donde no está permitido. Pero no moverán un dedo por atender al ciudadano que quiere información rigurosa sobre lo que tiene que votar. No ignoro que los costes de edición y publicación de varios millones de ejemplares de estos programas o de la propia Constitución Europea serían considerables e irían a cuenta del erario público, pero aun así resultarían mucho menores que el despilfarro en esos actos inútiles y panfletarios.)

Mi última actuación, de momento, ha sido volver a llamar al teléfono de la Comisión Europea en Madrid. Me han informado de que hasta entrado enero no habrá ejemplares impresos disponibles para la ciudadanía. Al menos los van a imprimir… ¡un mes antes del referéndum, un texto de 350 páginas! Dispuesto a ofrecerles mi dirección para recibir un ejemplar, me han comunicado que en la Comisión no hacen «mailing lists» (no sé por qué no dijo «listas de correo», que es más fácil) y que tendré que volver a llamar dentro de un mes para solicitar mi Constitución.

Invito a todos los lectores a que escriban a la dirección y llamen al teléfono de la Comisión Europea arriba indicados solicitando un ejemplar impreso de la Constitución. No podrán recibir un ejemplar hasta enero (y eso con suerte…), pero a los responsables de esta desinformación les quedará constancia de que existe esta demanda entre algunos ciudadanos, y de que ya deberíamos tener todos una Constitución en casa, por iniciativa del gobierno. Luego se lamentarán de que los ciudadanos españoles no tenemos interés en los asuntos europeos y decidamos abstenernos una vez más.

[email protected]

www.laexcepcion.com