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Referéndum en Crimea

Fuentes: http://histoireetsociete.wordpress.com

Traducción de Susana Merino

Los resultados del referendum han confirmado el deseo de la mayoría de la población de Crimea de incorporarse a Rusia. También han confirmado la incapacidad de los dirigentes ya fueren franceses, de la UE o de los EEUU de entender el sentido de esa votación. Destacamos por lo tanto, en el texto siguiente, algunos puntos importantes:

1.- Crimea fue administrativamente adjudicada a Ucrania por Rusia en 1954, en el marco de la URSS. Decisión esta que no surgió de ninguna votación de la población involucrada. Luego de la disolución de la URSS en 1991, quedó reconocido que Crimea formaría parte de Ucrania, aunque a través de un status de república autónoma y del respeto a su constitución.

2.- A partir del 21 de febrero de 2014 se produjo en Ucrania la interrupción del orden constitucional. Esta situación fue reconocida por los países occidentales que calificaron al Gobierno de «revolucionario». Esto se debió especialmente a que ninguna autoridad cualificada (la Corte Constitucional había sido disuelta por el nuevo poder) comprobó un vacío de poder. El nuevo Gobierno está lejos de representar a todos los ucranianos como lógicamente hubiera sido deseable. De modo que constituye una autoridad de hecho.

3.- A continuación las autoridades de la República Autónoma de Crimea estimaron encontrarse ante una nueva situación, en la que ya no se hallaban garantizados los derechos de Crimea y decidieron realizar el referéndum del 16 de marzo. Su decisión constituye en consecuencia una reacción a la ruptura del orden constitucional en Kiev. Por lo tanto no es legal ni ilegal dado que dejó de existir el orden constitucional. Calificar el referendum de ilegal desde el punto de vista de la ley ucraniana constituye en consecuencia una perfecta imbecilidad y pone de relieve la incomprensión absoluta de los principios del derecho por parte de los dirigentes que utilizan dicho argumento.

4.- Desde el punto de vista del derecho internacional, existen dos principios contrapuestos, la intangibilidad de las fronteras y el derecho de los pueblos a tomar sus propias decisiones. Si los países que actualmente se oponen al referendum hubieran presionado para que el Gobierno de Kiev entregara el poder a un gobierno de concordia nacional reuniendo a todos los partidos existentes, tendrían algún derecho a hacer valer el principio de la intangibilidad. Pero habiendo escogido reconocer unilateralmente a un Gobierno que solo representa a una parte de la población, no pueden ya recurrir a ese argumento sin contradecir directamente el otro argumento, el del derecho de los pueblos. Por lo tanto el argumento de que existe una ilegalidad desde el punto de vista del derecho internacional cae por su propio peso al no existir por parte de los países que sostienen dicho argumento la intención de hacer prevalecer en Ucrania la necesidad de establecer un gobierno de concordia nacional que solo hubiera sido posible legalmente a partir de una asamblea constituyente como respuesta a esa crisis.

5. En tales condiciones, la única actitud posible habría sido solicitar la presencia de observadores oficiales en el referéndum. Algo que parece no haberse hecho. Los observadores presentes (diputados del Parlamento Europeo) lo han sido a título personal y declaran que no han visto nada escandaloso. Esto sin embargo deja planear una duda sobre las condiciones en que se ha llevado a cabo el escrutinio, una duda que también deriva de la misma actitud de los países occidentales y que beneficia a las autoridades de la República Autónoma de Crimea. Una votación que en los hechos parece haberse llevado a cabo dentro de las habituales condiciones reinantes en Ucrania.

6.- Es de destacar que en el caso de Francia los dirigentes que hoy cuestionan el referéndum de Ucrania son los mismos que no quisieron aceptar el referéndum de 2005 que fue luego reemplazado por un tratado (el Tratado de Lisboa) y nunca puesto a consideración del pueblo. Esos mismos dirigentes aceptaron el referéndum que separó la isla Mayota de las Comores y volvió a reasignársela a Francia. Estos dos hechos ponen de relieve que la legitimidad de la posición de estos dirigentes sobre el tema del referéndum resulta bastante dudosa.

7.- Ahora es necesario pensar en el futuro. No hay ninguna duda de que Rusia reconocerá el referéndum, si bien -en teoría- podría rechazar la adhesión de Crimea. El problema que va a plantearse en las próximas semanas es el de las provincias del este de Ucrania donde vienen multiplicándose los incidentes mortales. Toda tentativa de imponer una solución por la fuerza hace correr el riego de desatar una guerra civil. Es pues urgente que todas las partes involucradas en esta crisis, y esto vale tanto para los países europeos como para Rusia, ejerzan una presión conjunta sobre las autoridades de Kiev para que establezcan un gobierno de concordia nacional reuniendo a todos los partidos, desarmando a los grupos extremistas e impulsando la elección de una asamblea constituyente. La firma de cualquier acuerdo internacional por parte del actual Gobierno solo lo comprometería a sí mismo. Si la Unión Europea firmara algún tratado con él actuaría en contra del derecho.

Fuente original: http://histoireetsociete.wordpress.com/2014/03/16/referendum-en-crimee-par-jacques-sapir/