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Honduras

Reflexiones sobre el diálogo

Fuentes: Rebelión

Hoy se apuesta (¡por fin!) al diálogo. Este diálogo tiene que sacarnos a los y las hondureños del hoyo en el que estamos metidos. Como sociedad no nos merecemos esto. Dios sabe que no. Pero por necesario que sea, el diálogo (y los/las que lo lleven a cabo) tienen una enorme responsabilidad: construir las bases […]

Hoy se apuesta (¡por fin!) al diálogo.

Este diálogo tiene que sacarnos a los y las hondureños del hoyo en el que estamos metidos. Como sociedad no nos merecemos esto. Dios sabe que no. Pero por necesario que sea, el diálogo (y los/las que lo lleven a cabo) tienen una enorme responsabilidad: construir las bases para una Honduras más justa.

Estamos de acuerdo con nuestro presidente Mel Zelaya con los cuatro puntos que ha puesto como condición para iniciar el diálogo. Podemos, también, no estar del todo de acuerdo con la propuesta de Acuerdo de San José, aunque es un inicio.

Sin embargo, hay varias cosas que deben estar claras, muy claras para que podamos seguir platicando como hermanos y hermanas hondureñas.

Uno. El cese por completo del aparato represivo de la policía y el ejército. Esto no es un dato menor. En estos últimos días estas dos fuerzas de seguridad han salido a la calle a reprimirnos como perros rabiosos, se han sentido poderosos, creen que pueden y esta por sobre la ley. Esto debe revertirse inmediatamente.

Dos. Hay que eliminar todos los archivos de inteligencia de los manifestantes y dirigentes sociales que se han estado haciendo día con día. Estos archivos deberían quemarse públicamente en presencia de representantes de organismos de derechos humanos.

Tres. Hay que quitarles a la policía y al ejercito esas armas de represión antimotines, muchas de las cuales son ilegales, como ese aparato que emite atroces sonidos que utilizaron contra la embajada de Brasil. Que los destruyan públicamente.

Todo esto debe ser antes de las posibles elecciones. ¿Cómo vamos a tener elecciones limpias, democráticas y participativas de otra manera?

El principio de la locura es pensar que las cosas pueden cambiar y seguir haciendo igual las cosas.
(A. Einstein)

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa de la autora, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.