Han tenido que transcurrir cerca de 20 años, luego del derrumbe de Izquierda Unida en el memorable -a pesar de todo lo que vino luego- Congreso de Huampaní, para que los partidos y movimientos de la izquierda peruana -y las generosas personalidades vinculadas a ella-, vuelvan a intentar un proceso de encuentro, confluencia o reagrupamiento […]
Han tenido que transcurrir cerca de 20 años, luego del derrumbe de Izquierda Unida en el memorable -a pesar de todo lo que vino luego- Congreso de Huampaní, para que los partidos y movimientos de la izquierda peruana -y las generosas personalidades vinculadas a ella-, vuelvan a intentar un proceso de encuentro, confluencia o reagrupamiento que sirva de sólida base para construir un referente político, social y moral que el país requiere.
Luego del desastre político-electoral de 2006, la izquierda peruana ha reconocido que, dispersa, ‘no llega ni a la esquina’, y que para convertirse en actor protagónico de la política nacional, requiere de la unidad de todos aquellos que realmente están por el cambio de rumbo, tanto en la izquierda como en el país.
Y para ello ya se han dado pasos acelerados para sentar las bases políticas, programáticas y organizativas de este nuevo espacio, que debe constituirse en la primera quincena de abril, en Lima, en el denominado Primer Encuentro de las Izquierdas por la Refundación de la República.
Como decimos en una carta pública: «Somos conscientes de que iniciándose el bicentenario de las Independencias latinoamericanas, nuestra patria vive una encrucijada sobre la que hay que tomar posición: o se impone el continuismo del modelo neoliberal, o se abre una etapa de cambios profundos que den curso a una democracia radical y a una justa redistribución de la riqueza.»
Y este es el dilema de nuestro tiempo, como diría José Carlos Mariátegui; o seguimos por el sendero neoliberal, de exclusión y marginación para las mayorías; o abrimos un nuevo curso para el país, que nos permita refundar la República a partir de un nuevo pacto social.
Por lo tanto, es imperativo la convocatoria a una Asamblea Constituyente encargada de dar al Perú una nueva Constitución, que sirva de base para un nuevo tipo de Estado, que en esencia debe ser soberano, democrático, descentralista, plurinacional, multiétnico y laico. Estas son las premisas básicas, que en el marco de un Proyecto Nacional de Desarrollo -del que debe ser parte consustancial el Proyecto Educativo Nacional-, debe orientar nuestra construcción nacional.
Asimismo, el nuevo poder constituyente debe acabar de desmontar -sin vacilación alguna frente a todo tipo de presiones y amenazas – el andamiaje y la estructura jurídica que sostuvieron a la corrupción en todos estos años, desde la caída de la mafia fujimontesinista hasta el actual gobierno aprista de corrupción abierta y desenfrenada.
De otro lado, este Encuentro de las Izquierdas por la Refundación de la República se realizará en el marco de una contienda preelectoral municipal y regional, en la que necesariamente habrá que tomar partido. Así por ejemplo, en Lima, a la polarización que genera la derecha entre las nefastas candidaturas de Álex Kuori y de la neoliberal y campeona… en derrotas, Lourdes Flores, tenemos que enfrentarla con una alternativa que represente y exprese los intereses populares.
Son estas propuestas las que este Encuentro discutirá, y del que, estamos seguros, saldrá constituido un referente político de izquierda, una izquierda que por fin exprese una clara vocación de Gobierno y Poder, y que tenga como expresión de su accionar, renovados estilos y métodos, así como su impostergable relevo generacional.
César Robles Ascurra es periodista
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