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Retos de la cultura de paz en Latinoamericana

Fuentes: Rebelión

La cultura de Paz Desde el Consejo Educativo de un plantel educativo, es una iniciativa dirigida a conocer y a transformar las relaciones violentas existente en la población estudiantil de educación media, diversificada y profesional, conformando condiciones que incentiven el «comportamiento humano» (Danielsen, 2005) y otras practicas de convivencia humana, creadas por la propia población, […]

La cultura de Paz Desde el Consejo Educativo de un plantel educativo, es una iniciativa dirigida a conocer y a transformar las relaciones violentas existente en la población estudiantil de educación media, diversificada y profesional, conformando condiciones que incentiven el «comportamiento humano» (Danielsen, 2005) y otras practicas de convivencia humana, creadas por la propia población, a través de la puesta en práctica de actividades «habituales», entre las que podemos destacar las deportivas y culturales.

Un estudio desde estas perspectivas, propicia las condiciones para la convivencia pacífica y preventiva y presenta congruencia con los cambios paradigmáticos que actualmente concurren en el sistema político, económico, social y cultural de algunos países de la región, así como también se convierte en una forma de contrarrestar los efectos agresivos que afectan la integridad de las personas, la marcha de las organizaciones sociales y el logro de sus objetivos.

Estudios previos realizados sobre este tema por autores como Rodríguez y Delgado, (2009) entre otros, coinciden en identificar la presencia de tres tipos de violencia conocidos: física, verbal y psicológica, las cuales son las expresiones comunes que se han hecho evidente por otros estudios preliminares realizados en la población escolar, sin embargo los antecedentes revisados por Arellano (2007), Danielsen (2005) incluyen otra modalidad de violencia: la socio-económica, la pobreza, la violación de los derechos humanos, la violencia de género, la exclusión, también evidenciada en la población escolar del los plantes educativos y cuyo conocimiento y comprensión consideramos que deben ser conocidos por los propios sujetos sociales involucrados en nuestros contextos y por los responsables de las gestiones de políticas públicas de los países de la región, con la finalidad de transformar los efectos perversos de este mal.

Aún cuando los alcances de los estudios referidos han sido focalizados en los contextos locales de la población estudiantil de los planteles educativos, tanto las expresiones de violencia y la búsqueda de una cultura de paz, mantienen una relación transversal con los contextos de la región latinoamericana, cuyos aprendizajes pueden contribuir con su comprensión, identificación de su contexto y la formulación de políticas públicas en este ámbito, partiendo de los aportes originados en tres países de la región: Argentina, Colombia y Venezuela, donde varios autores han elaborado estudios sobre la violencia escolar y cuya información se vincula con los objetivos de esta esta problemática.

De Argentina el autor noruego Danielsen elabora el trabajo denominado Aportes de la Cultura de Paz (2008) donde a partir de estudios previos llevados a cabo con grupos excluidos, sostiene que la cultura de paz puede multiplicarse a partir de la identificación y puesta en práctica de valores de «comportamiento humano», «convivencia» y «coexistencia». Este autor plantea que dichos valores se deben poner en práctica en las actividades «habituales» de las personas. También de Argentina, en un artículo sobre violencia escolar publicado en la revista Violencia en La Escuela, del Observatorio Argentino de Violencia en la Escuela, los autores Gallo, Míguez y Noel (2008) explican la incidencia que en este problema tiene la intergeneración entre niños-niñas y adultos, la ausencia y la imposición de normas por parte de las autoridades. En este estudio los autores identifican tres formas fundamentales de violencia (física, verbal y psicológica) y al igual que Danielsesn se refieren a la incidencia que tiene la violencia socioeconómica y cultural en los estudiantes. Así mismo sostienen que el origen de la violencia en la escuela se debe al distanciamiento en la relación niño(a)-adulto, a la ausencia de normas, de disciplina, a relaciones conflictivas existente entre los servidores, a la pobreza y a las elevadas tasas de alumnos por docente en el aula.

Desde Colombia, La Comisión Latino Americana de Ciencias Sociales (CLACSO) en su afán por contribuir con la comprensión del problema de la violencia escolar en este país, ofrece una investigación denominada «Las Escuelas Como Territorio de Paz» (2012). En esta estudio basado en entrevistas de los propios testimonios y víctimas de la violencia, se describen los detalles del contexto de guerra que afecta a la población de niños y niñas; igualmente se hace énfasis en la configuración de la subjetividad política desde una perspectiva del desarrollo humano y de la construcción social; se destacan las experiencias vividas a través de la narrativa de los protagonistas; y se identifican los efectos de este mal sobre las familias, así como se logra configurar a los sujetos en edad de escolarización, como sujetos constructores de la paz en el conflicto armado. Otro trabajo es el realizado por Martínez (2011), quien nos presenta un enfoque desde la perspectiva de la política pública de cultura de paz, surgido de la experiencia del conflicto de la guerra civil colombiano y de los aprendizajes derivados de las negociaciones llevadas a cabo por los distintos sectores. Sugiere que se pueden alcanzar objetivos de cultura de paz, a partir de la puesta en práctica de sistemas de relaciones basados en la acción «sin daño».

En relación a Venezuela, la problemática de la violencia escolar ha sido considerada por varios autores: Pereira y Misle en un trabajo denominado Violencia en los Pupitres ¿Qué es? ¿Cómo Nos Afecta? ¿Qué Hacer? (2011) afirman que la violencia en sus diversas modalidades se ha apoderado de los ambientes escolares, convirtiéndose en un problema que requiere soluciones. Sostienen que las leyes, las normas y reglamentos escolares, «han quedado en el papel». Destacan elementos como el «acoso escolar», el uso de la violencia virtual como un medio que agrava este problema. Sugieren rutas y aportes, donde destacan la participación de los involucrados y la identificación de valores de convivencia y transformación para superar dicho problema. Por su parte Fernández (2011) en una tesis elaborada en un colegio del estado Aragua, denomina «pequeñas violencias» a la violencia de la escuela, agregando que ella forma parte de un «complejo tejido» o «grandes violencias» vividas en la cotidianidad de la calle: la burla, el abuso, el atropello, la falta de respeto, la exclusión, el acoso, las groserías, los golpes, las maldiciones, entre otras. Sostiene que el desconocimiento de este problema, se traduce en una falta de datos, de criterios, métodos y teorías que puedan contribuir a su solución.

Asumamos el reto de difundir y consolidar los aportes de la cultura de paz, como una opción propia de los sistemas de relaciones de convivencia humanista.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.