La protesta de Terzigno, a 20 kilómetros de Nápoles, se está convirtiendo en una revuelta popular tras los duros enfrentamientos de los vecinos con las fuerzas del orden por un vertedero de basuras en las faldas del volcán Vesubio. Durante la noche del miércoles, grupos de personas intentaron atacar a los camiones que iban a […]
La protesta de Terzigno, a 20 kilómetros de Nápoles, se está convirtiendo en una revuelta popular tras los duros enfrentamientos de los vecinos con las fuerzas del orden por un vertedero de basuras en las faldas del volcán Vesubio.
Durante la noche del miércoles, grupos de personas intentaron atacar a los camiones que iban a vaciar la basura en el vertedero. La protesta terminó en una batalla campal con la policía que se saldó con varios heridos, camiones incendiados y dos detenidos. Los desórdenes continuaron durante todo el día de ayer con el lanzamiento de bengalas y piedras a la policía. Los incidentes se han extendido a la vecina localidad de Boscoreale, donde vecinos armados con palos destruyeron varios escaparates.
La protesta de los habitantes de Terzigno y Boscoreale no es nueva. A pocos metros de sus casas se encuentra el único vertedero activo de la provincia que recoge la basura de Nápoles. Aunque desde hace tiempo exigen su cierre, el anuncio de la apertura de un nuevo basurero cerca del actual, en pleno Parque Nacional del Vesubio, ha soliviantado a la población.
La intifada del Vesubio o de las madres volcánicas es como se conoce a este movimiento, ya que cada día son un grupo de mujeres las que se concentran ante del vertedero para protestar. Los habitantes afirman que la descarga es la causa del preocupante aumento de los casos de tumores de la zona.
El alcalde de Terzigno, Domenico Auricchio, se reunió ayer con el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, para estudiar el problema, que hoy se abordará en el Consejo de Ministros. «Queremos respuestas. Si no se encuentra una solución, yo a partir de mañana por la mañana estaré en la calle con mis vecinos para protestar», explicó el alcalde. Insistió además que los manifestantes «son gente pacífica que lucha por su dignidad y la defensa de su territorio», negando así las acusaciones de estar manipulados por la Camorra.
Los problemas de Nápoles con la basura se remontan a más de 16 años. La falta de incineradores y de lugares para los vertederos hace que se viva en un constante estado de emergencia de residuos. El problema se agravó con la infiltración de la Camorra, que ha visto un negocio en el procesamiento de los residuos.
Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/mundo/2010/10/22/0003_8799515.htm