El líder del centroizquierda italiano, Romano Prodi ha proclamado su victoria en las elecciones italianas y ha anunciado que Europa y la paz serán los ejes de su nuevo Gobierno. Según los últimos datos del recuento del voto emigrante, La Unión superaría a la coalición de Berlusconi y obtendría la mayoría en el Senado. Durante […]
El líder del centroizquierda italiano, Romano Prodi ha proclamado su victoria en las elecciones italianas y ha anunciado que Europa y la paz serán los ejes de su nuevo Gobierno. Según los últimos datos del recuento del voto emigrante, La Unión superaría a la coalición de Berlusconi y obtendría la mayoría en el Senado.
Durante una rueda de prensa en la oficina de su partido en Roma, ‘Il ‘Professore’ adelantó que gobernará «para todos los italianos», tanto los que le han otorgado su confianza como los que no. «Los mercados y la comunidad internacional acogerán el nuevo Ejecutivo favorablemente», remató.
Con el 100% del voto nacional escrutado, en la Cámara de Diputados Silvio Berlusconi ha logrado el 49,73% de las preferencias y Prodi el 49,80%. Pese a la estrecha diferencia (tan sólo 25.224 votos), La Unión controlará sin problemas esta rama del Parlamento, (341 asientos por 277 de su rival), en virtud del ‘premio de mayoría’ establecido por el sistema electoral.
En cuanto a la Cámara Alta, los últimos datos del Ministerio del Interior apuntan a que la Unión también obtendría la mayoría, al conseguir al menos cuatro de los seis escaños correspondientes al voto emigrante. Según Sky Italia, el centroizquierda se adjudicaría 158 asientos frente a 156 de los partidarios de Berlusconi.
Los resultados oficiales apoyan el optimismo del centroizquierda. Escrutado el 92% de los sufragios para el Senado de los emigrantes, la Unión contaba con el 44,2%, mientras que Berlusconi, obtenía un 21,2%.
Decisiva ley electoral
La Cámara Baja cuenta con 630 escaños y el Senado, para el que votan sólo los mayores de 25 años, con 315. La elección se ha realizado por el sistema proporcional y a través de listas cerradas. El control de la Cámara Alta es fundamental para la gobernabilidad del país.
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Las apreturas del resultado han provocado que algunas voces del centroderecha hayan pedido la revisión de las actas electorales. El portavoz de Berlusconi, Paolo Bonaiuti, señaló que la diferencia es «tan reducida que exige que se haga una escrupulosa comprobación del escrutinio».
La postura de la izquierda es diametralmente opuesta, ya que el propio Prodi ha criticado una ley electoral que «en teoría debería» haberles «hecho perder» y, sin embargo, «igualmente» han «ganado».
Esta norma fue aprobada hace seis meses por deseo de Berlusconi para intentar asegurarse un nuevo triunfo. Según esta ley, si ninguna coalición o partido alcanza el 55% de los votos, se le garantiza al más votado -aunque sea por un voto de diferencia- la mayoría absoluta, es decir 340 escaños.
Este punto de fricción ya fue explotado por Prodi poco antes de concluir el escrutinio. ‘Il Professore’ se subió al escenario colocado en la romana plaza de Santi Apostoli y proclamó la victoria del centroizquierda en la Cámara de Diputados. «A pesar de que hicieron una ley electoral para dividir el país e impedirnos ganar, los electores, con un voto claro y neto, han cerrado la página de Berlusconi y el ‘berlusconismo'», declaró el líder de Demócratas de Izquierda (DS), Piero Fassino.
Los colegios electorales en Italia cerraron sus puertas a las 15.00 horas del lunes, después de un día y medio de votaciones para elegir el nuevo Parlamento. El 83,6% de los 50 millones de ciudadanos convocados acudieron a las urnas para votar al Congreso, frente al 81,4% que lo hizo en los comicios generales de 2001, según informó el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu.
En los comicios concurrían dos alianzas que comprenden un total de 26 partidos: la conservadora Casa de las Libertades, liderada por el primer ministro; y la progresista La Unión, encabezada por el ex presidente de la Comisión Europea.