Apenas un par de días después de que el Buró Federal de Investigaciones hiciera públicas algunas partes de un informe sobre «extremistas» de Puerto Rico, la Coordinadora Caribeña y Latinoamericana denunció que una famosa figura del independentismo fue sacada del avión en Panamá, interrogada por agentes no identificados y su equipaje fue violado. El incidente […]
Apenas un par de días después de que el Buró Federal de Investigaciones hiciera públicas algunas partes de un informe sobre «extremistas» de Puerto Rico, la Coordinadora Caribeña y Latinoamericana denunció que una famosa figura del independentismo fue sacada del avión en Panamá, interrogada por agentes no identificados y su equipaje fue violado.
El incidente denunciado del aeropuerto internacional de Panamá se suma a un mosaico de sucesos, tanto ocurridos en Puerto Rico como en el exterior, en los que comienzan a tomar posiciones las fichas a favor de las políticas de Washington en esta nación isleña y colonia de Estados Unidos, cada vez más inestable.
De momento, la avanzada más notable es la campaña para que el país avale las crecientes restricciones en los derechos civiles y una reforma que garantizaría que los dos partidos principales -pro EEUU- sean los únicos con representación en las cámaras legislativas. Según el gobierno puertorriqueño, la secretaria del Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security) de EEUU, Janet Napolitano, ha mostrado su interés particular en el primer asunto, esto es, que Puerto Rico acepte que se elimine el derecho absoluto a la fianza, una de las diferencias principales con el estado de derecho general en la nación metropolitana.
También figuran como piezas del rompecabezas las crecientes y agrias divisiones en organizaciones de la izquierda, así como en instituciones con historial patriótico. Las disputas, en las que los adversarios tratan todo lo que pueden porque se diluciden públicamente quejas y enconos personales, ya afectan acciones de alta resonancia mientras ocurren sin que llamen la atención planteamientos como el de que Puerto Rico no es una colonia, hecho en el marco de una actividad internacional de izquierda.
Pero tales movimientos de fichas no han logrado cercar al Partido Independentista Puertorriqueño, que anunció que ya tiene funcionarios suficientes para poder colocar al menos uno en cada una de las miles de mesas de votación para el referéndum constitucional del 19 de los corrientes. De igual forma, el PIP ya se prepara para el plebiscito de noviembre en el que, junto con las elecciones generales, Puerto Rico tendrá por primera vez la oportunidad formal explicita de consentir o negar su consentimiento a la condición de colonia estadounidense.
Ese ambiente no ha impedido que se sigan organizando tres nuevos partidos políticos -Puertorriqueños por Puerto Rico, el Movimiento Unión Soberanista y el Partido del Pueblo Trabajador- que también han adoptado la posición de combatir las reformas constitucionales.
Tampoco ha evitado que continúen luchas sociales, como en la Universidad de Puerto Rico y contra la construcción de un polémico gasoducto. En esta última, el comité Toabajeños contra el Gasoducto le ha reclamado por carta a la secretaria auxiliar del Ejército, Jo Ellen Darcy, que aclare si, como ha dicho el Gobernador Luis Fortuño, ella misma ha pedido que continúe vivo el controversial proyecto.
El suceso de Panamá ocurrió el 22 de julio, cuando Liliana Laboy y Norberto Cintrón Fiallo viajaban de regreso a Puerto Rico desde Ecuador, donde habían participado en un seminario de partidos de izquierda, en el que se acordó programar en distintos países una serie de piquetes coordinados frente a las embajadas de EEUU en reclamo de la excarcelación del prisionero puertorriqueño Oscar López Rivera, quien lleva más de treinta años tras las rejas por vínculo con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). De acuerdo con la denuncia, cuando ya habían abordado el avión en Panamá, Laboy fue llamada por los altavoces e interrogada por dos agentes que mostraron conocer detalles privados del historial de la dama y le inquirieron sobre si en Ecuador se habían hecho planteamientos contra EEUU.
Según la denuncia del CCL, al llegar a San Juan, la pareja encontró que su equipaje estaba roto y que del mismo habían sustraído documentos que traían del seminario en Ecuador. Desde entonces, el vecindario en el que viven es escenario de patrullaje ostentoso por tierra y aire.
Dos días antes, el 20 de julio, se le había quitado la clasificación de secreto a partes del informe sobre amenazas de terrorismo «doméstico» -en el territorio nacional de EEUU y sus posesiones- de la sección de inteligencia del Buró Federal de Investigaciones preparado en 2007. En la sección sobre «extremistas puertorriqueños», se asegura que hay «un número pequeño de individuos» que no le tienen miedo a ser arrestados o a la represión y «como ha ocurrido a lo largo de la historia del movimiento independentista de Puerto Rico, se va a producir un cambio de guardia generacional». Entre otras cosas mencionadas, está la preocupación de que las instalaciones militares no están suficientemente seguras y que los agentes del FBI y otros funcionarios son «vulnerables» si caminan entre la población del país.
Otro informe, preparado por la «Domestic Terrorism Operations Unit» del FBI a finales del 2008 o principios del 2009, también fue objeto de retirarle parcialmente la clasificación de secreto. En este otro caso, la publicación de pedazos del documento se hizo en diciembre de 2011.
Este otro documento, que tiene la apariencia de haber sido producido para adiestramientos, especifica que los «extremistas» son el Ejército Popular Boricua-Macheteros y las FALN, además de que afirma que se logró identificar al «líder» de ambas formaciones armadas, que es la misma persona y se proveen las señas específicas de su identificación. Una dificultad para validar esa afirmación es que el comandante del estado mayor de los Macheteros sólo se conoce por su nombre de guerra, «Comandante Guasábara», por lo que no hay confirmación independiente de lo alegado por el FBI.
Otros asuntos mencionados en el informe de la unidad de operaciones es que se asegura que estos grupos están activos en general, que reclutan soldados en barriadas pobres y universidades, han aumentado sus contactos con gobiernos extranjeros para entrenamientos, apoyo y fondos, además de que han aumentado su presencia en Nueva York, Chicago y New Jersey.
Un aspecto curioso es que a pesar de tales esfuerzos del FBI por difundir esos informes y de que los «extremistas» puertorriqueños aparecen en el Lexicón sobre Terrorismo Doméstico del Departamento de Seguridad de la Patria, no hubo mención alguna en las ponencias ante el Congreso de EEUU durante la evaluación sobre las amenazas de los grupos de terrorismo interno este verano.
Fuente: http://alainet.org/active/57029