En días recientes, durante la convención del partido republicano en Texas se aprobó una resolución para pedirle a la legislatura del estado que apruebe un referéndum para las elecciones generales del 2023, que incluya una consulta a los tejanos de si deben proclamar su independencia.
Pero la noticia va más allá, y nos dice, el profesor derecho y gobierno, así como director de estudios constitucionales de la Universidad de Texas en Austin, Richard Albert, declaró que Texas puede declarar su independencia hoy mismo pero que eso equivale a una declaración de guerra.
Advertí en el artículo anterior (Juego de Palabras) que esta situación económica podría llevar a estados ricos a solicitar la separación de los Estados Unidos. Estos estados ricos no aspiran a correr la suerte del resto de la nación.
Pero el propósito, según el título del artículo, es hablar de separación y libre autodeterminación. Reclamar la independencia y la separación es y no es lo mismo. En ambos casos hay derecho a la libre determinación, pero con ciertas diferencias fundamentales. En los casos de Kosovo, Crimea, las repúblicas gemelas del Donbás (RPD Y RPL), Escocia, Cataluña y Texas tienen en común el hecho de que son acciones de secesión y comúnmente se aborda el asunto como uno donde debe haber consentimiento del estado del cual se desprende ese territorio. Por eso se llama secesión y sus promotores se les llama separatistas porque promueven separar parte del territorio nacional.
En el caso de Puerto Rico, así como lo fue en las Filipinas, se trata de pueblos ocupados militarmente y por la fuerza. Por lo tanto, no es un desprendimiento de parte del territorio de la nación ocupante porque se trata de una posesión que no forma parte de la metrópoli. Así lo reconocen sus propias actuaciones, jurisprudencia y leyes, que somos el pueblo de Puerto Rico.
Para el derecho internacional, la soberanía de ese pueblo ocupado debe ser restituida porque le asiste el derecho a la libre autodeterminación e independencia. Anteriormente les dije que serían pueblos coloniales aquellos territorios separados geográficamente y distintos étnica o culturalmente del país que los administra por vía de la ocupación militar. En los casos de secesión, esos pueblos (porque cabe la posibilidad de que sean pueblos cultural y étnicamente distintos) no son geografías separadas y ocupadas por la fuerza, o sea no son colonias.
Aunque en el caso Kosovo se reconoce (muy controversial) por parte del tribunal de derecho internacional público la declaración unilateral a la secesión sin consentimiento del estado original. Un claro precedente, pero ahí se manifestó la OTAN y los Estados Unidos que solo necesitan la fuerza de las armas aun cuando no les asiste el derecho o la razón. Ese no es nuestro caso porque no somos separatistas sino independentistas.
Ya había discutido en el artículo Las colonias no se anexan los imperios, la diferencia entre independentistas y separatistas para propósitos de familiarizarnos con la jerga legal del derecho internacional. Pero lo otro que quiero destacar es la expresión del Profesor Richard Albert, que con suma sencillez declara que la independencia se puede proclamar y se declara ese mismo día sin mayores formalismos. Eso solo requiere de la voluntad de los pueblos a ser soberanos y libres. De modo que es innecesaria la acción por parte del Congreso norteamericano de legislar plebiscitos o referéndums entre fórmulas para resolver nuestro problema de estatus. Como los ingleses con Barbados, solo deben aprobar una resolución reconociendo el derecho a la libre autodeterminación del pueblo de Puerto Rico cuando decidamos aprobar una resolución en nuestras cámaras legislativas proclamando nuestra independencia. Ese es su deber como nación ocupante y ese es nuestro derecho como puertorriqueños a ser libres.
No debemos implicarnos en procesos legislativos en el congreso norteamericano, patrocinados por congresistas norteamericanos (no importa el origen) para manipular la opinión y la preferencia de ciertos electores de origen latinoamericano y perjudicar la imagen de sus opositores políticos. Esas actuaciones en foros del imperio nos distancian de los países que nos apoyan porque se ve como un rechazo al foro y al Derecho internacional. Peor aún, contribuimos a la confusión de los que apoyan la independencia y nos alejamos del apoyo que debemos levantar de todos los sectores políticos para respaldar un verdadero proceso descolonizador.
Creo que esto último tiende a separarnos de la posición que asume el Partido Independentista por voz del compañero Rubén Berrios Martínez en su discurso en el festival de Claridad pasado. Me resulta trágico pensar en un recurso tan elaborado de asambleas, consultas, delegaciones, negociaciones y luego votación directa. Nada impide que la senadora María de Lourdes Santiago presente una resolución a los efectos de proclamar nuestro deseo irresistible a la independencia y que en los motivos explique porque todos los sectores políticos deben respaldar ese proceso descolonizador. Que también se incluya como parte del programa de partido y a la vez sea pieza fundamental de cualquier alianza con otros sectores políticos. Será presentada hasta que se apruebe. Porque nuestro derecho a la independencia es uno “irresistible e irreversible” como lo declara misma resolución 1514 XV de las Naciones Unidas. Los norteamericanos no tendrán más remedio que aceptar que esa es nuestra voluntad. Los demás países pasarán resoluciones similares reconociendo la proclama nuestra. Esa resolución echa andar las demás acciones que necesariamente desembocará en la independencia. Patria digna, libre y socialista.
¡Viviremos y venceremos!
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