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Sí a Europa, no a la actual Unión Europea: 10 razones en positivo por el No

Fuentes: Rebelión

Los partidarios del Sí al Tratado de Constitución Europea descalifican las posturas contrarias al mismo arguyendo la idea de que no hay alternativas, lo que refleja la potencia que hoy en día alcanza el pensamiento único defendido al unísono por la socialdemocracia, los democristianos y la derecha. Sin embargo, precisamente defender el No a este […]

Los partidarios del Sí al Tratado de Constitución Europea descalifican las posturas contrarias al mismo arguyendo la idea de que no hay alternativas, lo que refleja la potencia que hoy en día alcanza el pensamiento único defendido al unísono por la socialdemocracia, los democristianos y la derecha. Sin embargo, precisamente defender el No a este tratado desde el compromiso con la igualdad social supone decir:

1. Sí a una integración europea alternativa a la promovida por la Unión Europea y que consolida este tratado, que únicamente busca crear un bloque económico regional competitivo aplicando políticas liberalizadoras de la protección social y laboral, basadas en la restricción presupuestaria y la austeridad salarial. El recorte de la jornada laboral sin disminuir los salarios, una tasa sobre la circulación de capitales, una renta básica universal y la ampliación de los servicios públicos abrirían caminos para esa otra Europa.

2. Sí a una construcción democrática de Europa en la que las normas sean elaboradas a partir de la voluntad ciudadana y no como el actual texto por una conferencia intergubernamental. La elección por parte de todos los habitantes de Europa por sufragio universal directo de un parlamento europeo encargado de redactar una constitución iría en esa dirección.

3. Sí a una democracia participativa y deliberativa en la que los ciudadanos puedan decidir colectivamente sobre todo aquello que les afecta. Un primer paso sería otorgar a las iniciativas populares plena capacidad legislativa e introducir la celebración de consultas populares vinculantes a escala europea.

4. Sí a una Europa en la que las necesidades personales se satisfagan de forma equitativa, buscando la reducción y desaparición de las diferencias en la riqueza entre clases y regiones. Para ello se debería apostar por unas políticas fiscales, basadas en impuestos directos y no sobre el consumo, que redistribuyan equitativamente la riqueza junto a la ampliación del mínimo presupuesto actual de la UE del 1,27 % del PIB comunitario.

5. Sí a la reducción de residuos y al uso eficiente de recursos renovables por encima de la apuesta por un crecimiento económico basado en la destrucción del medio ambiente. Para ello se deberían promover, entre otras cosas, las energías renovables y la plena responsabilidad ambiental empresarial que impidiera casos como el de Aznalcóllar.

6. Sí a la cooperación y solidaridad entre pueblos por encima de cualquier interés particular. La condonación de la deuda externa y la reparación de la deuda ecológica contraída por los países occidentales serían pasos en esa dirección.

7. Sí a una paz justa. Para ello se deberían potenciar políticas de desarme mundial y apostar por la resolución pacífica de los conflictos, renunciando a la guerra.

8. Sí a una sociedad que elimine las estructuras patriarcales y en la que mujeres y hombres tengan plenas capacidades de decisión sobre sí mismos, promoviendo la independencia económica de las mujeres y su derecho a decidir sobre su sexualidad y maternidad, reconociendo el derecho al aborto.

9. Sí a la libre circulación de personas extracomunitarias, anteponiendo los derechos humanos de las personas sobre aquellos criterios que los valoran en exclusiva como «flujos» de mano de obra. Habría que reclamar los mismos derechos para todos, reclamando una regularización general de los inmigrantes extracomunitarios.

10. Sí al derecho de todos los pueblos a decidir libremente su futuro, permitiendo a los diversos pueblos de Europa que decidan qué marco de convivencia colectiva desean y admitiendo la posibilidad de la supresión de las actuales fronteras estatales.