Desde el mismo momento en que los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea firmaron el Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, Izquierda Unida reivindicó que éste fuese sometido a referéndum, para que fuera el conjunto de la ciudadanía la que decidiese si ratificarlo o no. Por tanto, […]
Desde el mismo momento en que los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea firmaron el Tratado por el que se establece una Constitución para Europa, Izquierda Unida reivindicó que éste fuese sometido a referéndum, para que fuera el conjunto de la ciudadanía la que decidiese si ratificarlo o no. Por tanto, consideramos como un éxito propio la decisión del Gobierno del PSOE de convocarlo. Sin embargo, las decisiones adoptadas por Zapatero a partir de entonces están convirtiendo un referéndum democrático en un plebiscito, que nos recuerda épocas pasadas.
La decisión de ser los primeros en ratificar el Tratado no se justifica si no es por el deseo de Zapatero de hacer mérito ante los países que controlan la UE (Alemania, Francia, Italia y Reino Unido) y la necesidad de aprovechar la resaca de su triunfo electoral para obtener un mejor resultado. Había tiempo de sobra – hasta el 2006- para convocar el referéndum y en Izquierda Unida confiábamos en que durante estos dos años de plazo, que el propio Tratado establece, hubiera un amplio proceso de información y debate en el que participasen, serenamente, tanto las organizaciones políticas y sociales como el conjunto de la ciudadanía. No ha sido así, y nos enfrentamos a un referéndum en el que la mayor parte de la ciudadanía desconoce el contenido de un Tratado que le afectará profundamente en su vida cotidiana.
Una vez convocado el referéndum, estamos asistiendo a una campaña gubernamental de propaganda y a una utilización partidista de los medios de comunicación en defensa del Sí como pocas veces habíamos visto antes. La memoria del referéndum de la OTAN es una pesadilla para el PSOE y Zapatero no puede arriesgarse a perder. Por eso no han tenido ningún escrúpulo en realizar una pretendida campaña divulgativa e institucional que no es sino una campaña de publicidad engañosa, sesgada y tendenciosa que no se le permitiría a ninguna empresa privada para anunciar sus productos o sus servicios. La utilización de conocidos personajes públicos leyendo los artículos más incuestionables y más amables del texto del Tratado tiene por objeto predisponer al voto afirmativo, pues ya se sabe que el objetivo último de cualquier publicidad es la persuasión. La información es sustituida por la publicidad y el debate por la propaganda.
Las grandes corporaciones privadas de medios de comunicación y, desgraciadamente, los medios de titularidad pública parecen haber abrazado la causa del Sí sin la menor duda ética y deontológica, cuestionando dos derechos constitucionales fundamentales: el derecho a emitir y a recibir una información veraz y el derecho a que los medios públicos garanticen el acceso a los grupos sociales y políticos más significativos, en coherencia con el pluralismo de la sociedad española y andaluza. Es muy significativo que las instrucciones de la Junta Electoral Central sobre la distribución de espacios gratuitos de propaganda electoral, sobre los debates y entrevistas y sobre la cobertura informativa de la campaña en Canal Sur Radio y Canal Sur Televisión y en RNE y TVE en Andalucía sólo permitan la presencia del PSOE y del PP, excluyendo a los partidos políticos que defendemos el No. Estas instrucciones suponen un retroceso democrático, un atentado al pluralismo y la consagración del bip
artidismo y ponen en evidencia que los dos partidos mayoritarios, unidos en la defensa del Sí, rehúyen el debate político.
La ciudadanía española y andaluza no perdonó que Aznar y su gobierno mintieran a la ciudadanía y utilizaran a los medios de comunicación con fines partidistas tras el terrible atentado del 11-M. El movimiento de rebeldía ciudadana ante la manera tan burda de gestionar la información, buscando el beneficio electoral, fue castigada severamente con una incuestionable derrota en las urnas. Desde Izquierda Unida Los Verdes – Convocatoria por Andalucía llamamos hoy a la rebeldía de la ciudadanía en su conjunto y, en particular, a los ciudadanos y ciudadanas que se reconocen de izquierdas, para que no acepten sin más las campañas gubernamentales y reclamen el derecho de todas las opciones sobre el Tratado a un tratamiento igualitario.
Finalmente, hacemos un llamamiento a votar No a una Constitución conservadora y neoliberal, que consagra el sistema económico capitalista, retrocede en derechos sociales y laborales, subordina la defensa europea a la OTAN y a los EE.UU., limita el papel de las regiones, supedita la defensa del medio ambiente a la competitividad y mantiene un déficit democrático en las instituciones europeas.
Diego Valderas Sosa coordinador General de IULV-CA