Washington en los últimos años ha intentado infructuosamente disminuir la influencia económica y comercial de China, no solo dentro de Estados Unidos sino también a nivel mundial, pero el gigante asiático hasta ahora ha sido indetenible.
Washington en los últimos años ha intentado infructuosamente disminuir la influencia económica y comercial de China, no solo dentro de Estados Unidos sino también a nivel mundial, pero el gigante asiático hasta ahora ha sido indetenible.
En un mundo que oscila entre el colapso ecológico y la desigualdad galopante, la pregunta ya no es si el sistema actual funciona, sino para quién funciona. Mientras el capitalismo salvaje ha producido riqueza sin precedentes, también ha dejado una estela de exclusión, precariedad y crisis recurrentes. Frente a este modelo voraz, el socialismo de mercado aparece como una alternativa pragmática: una economía dinámica y orientada al bien común.
China organiza un evento temático para conmemorar el Día Internacional del Diálogo entre Civilizaciones en la sede de la ONU en Nueva York, el 9 de junio de 2025,
China podría convertirse en líder mundial de toda la industria automovilística. Esto tendría profundas consecuencias para la economía internacional.
Es poco habitual advertir en muchos análisis sobre China centrados en la coyuntura una observación contextualizadora que resalte la doble perspectiva en que debe siempre insertarse su proceso: la permanencia o no en el rumbo trazado ab initio y la dimensión evolutiva.
El presidente chino, Xi Jinping anunció el martes el lanzamiento de cinco programas para impulsar el desarrollo compartido y la revitalización con los países de América Latina y el Caribe (ALC), según informó la Agencia de Noticias Xinhua.
En el primer trimestre de 2025, la economía de Estados Unidos muestra signos de estancamiento, con una contracción del PIB de un 0,3%. Mientras tanto, China sigue ampliando su ventaja con un crecimiento del 5,4%. Esta divergencia económica no es casual: es el reflejo del éxito de la revolución económica y tecnológica impulsada por China, que ha fortalecido su mercado interno, modernizado su industria y acelerado su autonomía en sectores estratégicos.