
Los mitos han ascendido. Como nunca antes las silentes mentiras recorren Chile y la catástrofe se cierne en la población: hambre, miseria y enfermedad. Pero el hambre y la miseria no son producto de la tercera. Emergen del proceso irrefutable de un neoliberalismo más rampante que nunca. Desde 2018 hasta ahora hemos asistido a la precarización y militarización de nuestras vidas. Desde el Estado se nos ha impuesto con fuerza policial la totalidad de la carga económica para mantener a un empresariado y su distópico mundo, que ha corrompido progresivamente la política, la prensa y la justicia.