La otra Ucrania (I)

Patricia Simón | 

En Ucrania, quienes no quieren ir al frente, quienes siguen creyendo en las negociaciones y quienes critican al gobierno de Zelensky no pueden manifestarse públicamente por temor a ser acusados de traidores o prorrusos.

Higinio Polo | 

Las guerras son terribles, inhumanas, y crean monstruos. También, convierten a ciudadanos honestos de tiempos de paz en personas extrañas, ajenas, prisioneras de la fatalidad y la desgracia.

La guerra y la historia están entrelazadas. Concepciones enteras de la historia están definidas por el estatus que uno otorga a la guerra en la propia teoría del cambio.

Indudablemente, si se confirma, el caso de la matanza de Bucha[1], es un horror inamisible y rechazable.

Uno cree cosas porque ha sido condicionado para creerlas (Aldous Huxley)

A un mes de la incursión rusa el resultado es muy incierto. La ofensiva militar está empantanada luego de la fallida toma del país y la consiguiente supervivencia del gobierno.

Los medios de comunicación son los encargados de modelar una visión única de la realidad.

Ya lo importante no pasa por la contraofensiva rusa en Ucrania, ni por la cantidad de muertos y mucho menos por la escandalosa cobertura que están dando los grandes medios a este conflicto, sino que se acerca, a velocidad del rayo, a convertirse en una guerra nuclear.

Hedelberto López Blanch | 

Convertir a Ucrania en una punta de lanza para tratar de destruir a Rusia, bajo las órdenes de Estados Unidos y de la OTAN, le ha costado al presidente Volodimir Zelenski llevar al país a una completa debacle económica y humanitaria.

La creciente y probada participación de fuerzas pertenecientes a los países de la OTAN y de la propia Legión Extranjera, que pretende ser independiente pero está a las órdenes de París, revela el carácter internacional de la guerra.