Aram Aharonian | 

Los medios hegemónicos instalaron la guerra en el imaginario colectivo, cuando lo más sensato sería lamentar el conflicto por lo que éste implica en términos de sufrimiento humano y destrucción material e insistir no en la competencia por demostrar quién es el más fuerte, sino en la necesidad de una solución mediante el diálogo

El conflicto en Ucrania

En estos enfrentamientos, la humanidad y los pueblos de Ucrania y de Rusia son los afectados. La defensa de la paz implica exigir a los dos lados deponer la política de guerra, desescalar el conflicto y abrir las puertas a las negociaciones y las salidas políticas en Ucrania. Al mismo tiempo hay que superar el doble rasero de silencio ante las otras guerras olvidadas.

El pasado 16 de marzo, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya ordenó medidas provisionales a Rusia, respondiendo a una solicitud urgente depositada por Ucrania el pasado 26 de febrero ante esta jurisdicción internacional.

Nadie debería dudar de las implicaciones imperialistas de esta guerra. Aprovechando la provocación occidental, Putin recoloca a Rusia como potencia en un mundo pluripolar, aceptémoslo para bien.

Hisham Sallam | 

La invasión de Ucrania y la guerra comenzada en ese país europeo ha puesto en peligro el suministro de trigo de Egipto y podría afectar a millones de personas que dependen del pan subsidiado.

La Unión Europea anunció que destinará hasta 1.000 millones de euros en armas para Ucrania y aumentará el presupuesto conjunto de defensa, mientras que varios Estados –como Alemania y Dinamarca- han utilizado la excusa de la guerra de Ucrania para incrementar de forma notoria sus presupuestos militares.

Asistimos a una suerte de “telenovelización” de la guerra, donde la comunicación política se funde y confunde con la narración de historias y la construcción de relatos.

Ángel Guerra Cabrera | 

El Presidente Joseph Biden no está interesado, o no se le ve capaz, de impulsar la paz en Ucrania, lo que hace aún más difícil alcanzar el cese el fuego.

Los niveles de cinismo e hipocresía sobrepasan continuamente todos los límites, y podríamos poner mil ejemplos de ello.

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La invasión de Ucrania y las sanciones de la Unión Europea muestran de nuevo la enorme dependencia de la economía de los combustibles fósiles y cómo estos llevan décadas financiando las guerras.