
Rusia provee el 45% de todo el gas que se consume en Europa. Si bien la UE presume de querer reducir en dos tercios esta dependencia, los expertos desconfían de esta promesa. El pasado 8 de marzo, el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, cargaba la responsabilidad sobre las espaldas los consumidores y pedía que cada uno en su casa bajara la calefacción. Todo ello mientras el precio del gas se desboca y arrastra el de la electricidad.