El ex mandatario Ollanta Humala, quien fue excarcelado el último día de abril junto a su esposa Nadine Heredia por orden del Tribunal Constitucional, tras más de nueve meses, revolvió el avispero político peruano, amenazando con presentar su candidatura presidencial dentro de tres años. Ollanta hizo referencia «al próximo plan de gobierno» y aseguró que […]
El ex mandatario Ollanta Humala, quien fue excarcelado el último día de abril junto a su esposa Nadine Heredia por orden del Tribunal Constitucional, tras más de nueve meses, revolvió el avispero político peruano, amenazando con presentar su candidatura presidencial dentro de tres años.
Ollanta hizo referencia «al próximo plan de gobierno» y aseguró que en la prisión aprendió a ser más sensible con el dolor del pueblo y en «los siguientes gobiernos nacionalistas, me comprometo a seguir trabajando» y que «incluiré una política sobre internos en penales en el próximo plan de gobierno del partido, porque las familias de los presos se fracturan».
Para Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi, «Está clarísimo, empezó a hacer campaña desde que puso un pie fuera de la cárcel, un poco más y anuncia el lanzamiento de su candidatura al 2021».
«Humala está jugando a recuperar un poco de terreno porque los demás partidos están golpeados por el caso Odebrecht, él busca capitalizar la situación, quiere desmarcarse de otros opositores que están manchados por la corrupción, La libertad que ha recuperado es un triunfo político para él, así se puede defender mejor, tener un mayor liderazgo», explicó.
«Ahora que retomo las funciones partidarias quiero pedir a la secretaría del partido convocar a una asamblea y transmitir a cada uno de ustedes, y de los delegados, que le comuniquen a la familia nacionalista que no estamos muertos», indicó.
«Lo que no nos mata, nos hace más fuerte», añadió, tras afirmar que su paso por la cárcel «era el martirologio del Partido Nacionalista, necesario si se quiere trascender». Era un ataque a sus rivales políticos sin mencionarlos directamente.
Asimismo, cuestionó la investigación que realiza en su contra el Ministerio Público. «A nosotros no nos investigan por haber confundido el interés público con el interés privado; no nos están acusando por nuestras gestiones en el gobierno… al resto sí. A nosotros nos están investigando por nuestro origen», señaló.
Una vez en su casa, en Surco, junto a Nadine Heredia, dijo que este capítulo los ha fortalecido y que sufren «un juicio mediático que ha pasado a ser un linchamiento». «Nadine y yo salimos fortalecidos de esta prueba que la vida nos ha dado y queremos decirles que nosotros vamos a quedarnos en nuestra patria a continuar construyendo país», sentenció.
El Tribunal Constitucional solo resolvió que la prisión preventiva que les impuso el Primer Juzgado Penal Nacional violó la Constitución al afectar el derecho de probar, el derecho de defensa, la presunción de inocencia y la debida motivación de las resoluciones judiciales. Pero no dijo nada sobre el fondo de la investigación, que seguirá su curso, por recibir presunto financiamiento ilícito, desde Venezuela y Brasil, para las campañas del 2006 y 2011.
El Tribunal solo resolvió que la prisión preventiva que les impuso el Primer Juzgado Penal Nacional violó la Constitución al afectar el derecho de probar, el derecho de defensa, la presunción de inocencia y la debida motivación de las resoluciones judiciales. Pero no dijo nada sobre el fondo de la investigación, que seguirá su curso, por recibir presunto financiamiento ilícito, desde Venezuela y Brasil, para las campañas del 2006 y 2011.
«Ahora que retomo las funciones partidarias quiero pedir a la secretaría del partido convocar a una asamblea y transmitir a cada uno de ustedes, y de los delegados, que le comuniquen a la familia nacionalista que no estamos muertos», indicó.
«Lo que no nos mata, nos hace más fuerte», añadió, tras afirmar que su paso por la cárcel «era el martirologio del Partido Nacionalista, necesario si se quiere trascender». Era un ataque a sus rivales políticos sin mencionarlos directamente.
Asimismo, cuestionó la investigación que realiza en su contra el Ministerio Público. «A nosotros no nos investigan por haber confundido el interés público con el interés privado; no nos están acusando por nuestras gestiones en el gobierno… al resto sí. A nosotros nos están investigando por nuestro origen», señaló.
Una vez en su casa, en Surco, junto a su esposa, dijo que este capítulo los ha fortalecido y que sufren «un juicio mediático que ha pasado a ser un linchamiento». «Nadine y yo salimos fortalecidos de esta prueba que la vida nos ha dado y queremos decirles que nosotros vamos a quedarnos en nuestra patria a continuar construyendo país», sentenció.
Nerviosismo de Keiko
La anunciada reunión entre el presidente Martín Vizcarra y la ex candidata Keiko Fujimori -que según el presidente del Consejo de Ministros César Villanueva sería luego del 28 de julio- enfrentó a congresistas de las bancadas de Peruanos por el Kambio y la fujimorista Fuerza Popular.
Juan Sheput, vocero del oficialismo, refirió que Keiko, hij a del amnistiado exdictador y genocida lberto Fujimori, «tiene urgencia de reunirse con el jefe de Estado ya que ha perdido varios puntos en las encuestas y desea limpiar su rostro ante la opinión pública. «Ahí su necesidad de dialogar porque si sigue en este plan, podría perder la inscripción en los comicios de 2021», agregó.
El legislador acusó a los fujimoristas de ser «los responsables de esta crisis política» y recordó que si «antes era (el dimitente exmandatario Pedro Pablo) Kuczynski el que necesitaba reunirse con ella, ahora es Keiko quien lo necesita».
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A modo de respuesta, la legisladora fujimorista Karla Schaefer aseveró «un acercamiento entre Keiko y Vizcarra es positivo para el país». «A mí Sheput se me ha caído, ha perdido seriedad, incluso su actitud con el mismo presidente Vizcarra al momento de asumir fue terrible. Que los líderes políticos se reúnan es un signo de madurez», detalló a la prensa.
Keiko Fujimori se reunió en dos oportunidades con el expresidente Kuczynski. La primera fue en la casa del cardenal Juan Luis Cipriani (2016) y la segunda en Palacio de Gobierno (2017).
Cuando parecía que el panorama político se aquietaba y la crisis se diluía, tras la renuncia de PPK y su sustitución por su vicepresidente Vizcarra, la liberación de Humala parece traer vientos de cola.
Mariana Álvarez Orellana es antropóloga, docente e investigadora peruana, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.