En las elecciones del 25 de enero ha triunfado la izquierda. Syriza y su dirigente Alexis Tsipas han logrado el 36,6% de los votos, con 2.246.064 votos. El partido de gobierno Nueva Democracia, conservador, derrotado llegó al 27,8%. El triunfo de la izquierda es un hecho muy importante que impacta en todos los trabajadores y […]
En las elecciones del 25 de enero ha triunfado la izquierda. Syriza y su dirigente Alexis Tsipas han logrado el 36,6% de los votos, con 2.246.064 votos. El partido de gobierno Nueva Democracia, conservador, derrotado llegó al 27,8%. El triunfo de la izquierda es un hecho muy importante que impacta en todos los trabajadores y la juventud europea. Y también en los pueblos del mundo que vienen luchando y enfrentado desde hace décadas a los ajustes y recortes de los gobiernos patronales agentes del imperialismo y del FMI. Más cuando ya muchos daban por muerta a la izquierda y en algunas elecciones europeas amenaza el avance del voto de la extrema derecha tipo Marine Le Pen y el Frente Nacional de Francia o la misma formación neo nazi griega Nueva Aurora.
Grecia: un país saqueado por el FMI y la deuda externa
Estas elecciones legislativas para formar un nuevo gobierno, se dieron en forma adelantada por la tremenda crisis política y social que vive Grecia. Crisis que se viene agudizando año tras año desde que sus gobiernos vienen aplicando los ajustes y recortes que pactaron con la Unión Europea (UE) y la llamada Troika (UE, Banco Central Europeo (BCE) y el FMI) comandados por Angela Merkel y la banca internacional. En medio de la crisis económica capitalista mundial, abierta en 2007, la banca y las multinacionales quieren hacer pagar a los trabajadores la crisis.
Grecia es el eslabón más débil de la cadena imperialista europea, unida a la crisis aguda de España, Portugal o Italia. Desde hace años la Troika viene desatando ajuste tras ajuste sobre el pueblo trabajador y la juventud griega. Con el cuento de la «ayuda» los acreedores internacionales han inyectado miles de millones de dólares a cambio de duros planes de austeridad. Las consecuencias están a la vista. Un país con 11 millones de habitantes ha perdido, desde 2009, un millón de empleos. Se cerraron un 30% de las empresas, el salario cayó en un 38% y las pensiones (jubilaciones) en un 45%!! Y la deuda externa ha llegado a equivaler el 175% del PBI (Producto Bruto Interno). Más se paga y más se debe.
Pero la clase trabajadora y la juventud no se han quedado de brazos cruzados sino que llevan años resistiendo este brutal ajuste. Han protagonizando cerca de 20 huelgas generales, huelgas parciales y movilizaciones de todo tipo. De esta forma viene obstaculizando los planes de la Troika y los gobiernos cómplices. Por eso se vive una inestabilidad política y una agudización de la crisis del régimen político.
El triunfo de Syriza muestra que las masas se radicalizan y buscan un cambio a izquierda
El voto masivo a Syriza (en griego quiere decir Coalición de Izquierda Radical) muestra que se ha producido un giro a izquierda electoral. Hay que tomar en cuenta que Syriza, hace apenas unos años atrás lograba solo un 4,6% de los votos. La formación Syriza tiene su origen en la Corriente de Izquierdas de Synaspismos, esencialmente formada de militantes que abandonaron el PC griego (KKE) en la escisión de 1991. Muchos, entonces asumieron posturas reformistas del llamado «eurocomunismo», y se fueron aliando a otros sectores y grupos de la atomizada izquierda griega. Recién en las últimas elecciones empezó a crecer al 16% y luego al 26%, al compás de aplicación del ajuste, el desprestigio de los viejos partidos y las luchas obreras y populares. Esta votación expresa la ruptura política de millones con los viejos políticos y partidos que ajustaron y pactaron el Memorandun de recortes con la Troika. Por eso la vieja izquierda reformista griega, nucleada en el PASOK, la socialdemocracia que gobernó mucho tiempo con los Papandreu, ahora quedó reducida a un 4,6 %. La mayor parte de la base electoral del PASOK eran los trabajadores, los sectores populares y la juventud. Papandreu, que se separó del PASOK y formó el Movimiento Socialista democrático, solo llegó al 2,4% y quedó fuera de toda representación parlamentaria. Los neonazis de Nueva Aurora lograron un 6,28%, con 17 diputados. El KKE (PC griego que se sigue considerando stalinista) llegó al 5,4%, con 15 diputados.
Los más de 2 millones de votos a Syriza expresan ese hartazgo con los gobiernos de la Troika y también la búsqueda de cambios de fondo, a la izquierda, de ruptura con las políticas de ajuste. En este sentido el voto a izquierda es un duro llamado de atención y de temor al imperialismo y la Troika. Le temen al efecto contagio en sus países.
Sin una ruptura con la Troika, la UE y con los pagos de la deuda, no habrá solución para los trabajadores y la juventud de Grecia.
El triunfo electoral de la izquierda y la instalación de un gobierno encabezado por su dirigente Alexis Tsipras, abren una nueva etapa política en Grecia. Millones de trabajadores y jóvenes tienen grandes esperanzas y expectativas de cambio. Millones de trabajadores en Europa y el mundo también estarán expectantes. Incluso en España hay elecciones municipales en mayo y hay una expectativa similar con la nueva formación Podemos que, según varias encuestas, podría derrotar al PP de Rajoy y al PSOE.
Los socialistas revolucionarios de la UIT-CI, respetamos las lógicas expectativas de los trabajadores y los jóvenes griegos y que vean a Syriza como su gobierno. Pero, desde ya alertamos que los trabajadores no deben dar ningún cheque en blanco al nuevo gobierno. El pueblo trabajador griego debe seguir confiando en su movilización para imponer los cambios a los que aspira para terminar con el ajuste y lograr revertir la situación. Nosotros somos categóricos en sostener que la única vía para abrir esos cambios pasa por un plan de emergencia que anule el Memorandum, arranque con No pago de la deuda en forma inmediata y avance en la ruptura con la Troika, la zona euro y la UE. No hay espacios para medias tintas. La deuda y los acuerdos con la UE son la principal causa del drama de Grecia. Si no se arranca de ahí no habrá solución.
En ese sentido no podemos dejar de señalar que ese no sería el camino que asumiría el nuevo gobierno de Syriza. Tsipras se ha comprometido a terminar con los ajustes y aumentar el salario. Pero en vez de suspender ya todos los pagos de deuda, Tsipras y los dirigentes de Syriza hablan, por ejemplo, de una «renegociación» para seguir pagando en mejores condiciones. Alexis Tsipras, declaró al diario alemán Handelsblatt, a fines de diciembre pasado que: «Un gobierno liderado por Syriza respetará todas las obligaciones que Grecia asumió, en cuanto miembro efectivo de la eurozona, buscando alcanzar un equilibrio presupuestario y procurando atender a los objetivos fiscales en el ámbito de la UE». Luego, el 20 de enero, reafirmó al británico Financial Times, que «un futuro gobierno encabezado por Syriza va a mantener todos los compromisos que Grecia asumió anteriormente con la UE en materia presupuestaria y para eliminar el déficit». También, lamentablemente, Syriza ya dejó de lado su propuesta del 2012 de renacionalizar las empresas privatizadas: «la renacionalización será imposible dada la falta de liquidez del estado» ( Yannis Varoufakis, del equipo de gobierno de Tsipras).
Muchos compañeros que tengan expectativas en Syriza nos podrán decir que exageramos, que hay que «darle un tiempo» al nuevo gobierno o que son «declaraciones tácticas». No queremos ser aguafiestas. Solo decimos que ya hubo otros casos en donde se dieron las mismas propuestas y argumentos. Ante nuestros alertas se nos acusaba de «ultras y apresurados». Pero, lamentablemente, fracasaron esos proyectos de conciliación y búsqueda de pactos con sectores patronales. Ahora Syriza hasta arranca pactando con un pequeño partido de derecha (Griegos Independientes que salió en 6° lugar) para asumir. Ya tenemos las experiencias de los gobiernos latinoamericanos que arrancaban con los mismos argumentos que hoy lo hace Syriza. Los casos de Lula y el gobierno de Izquierda del PT, de Evo del MAS de Bolivia o el del chavismo en Venezuela. En esos países no se tomaron medidas de fondo anticapitalistas y, en el caso de Lula-PT, directamente se pactó con el FMI, y los trabajadores vieron defraudas sus expectativas de cambio. En Venezuela, donde el chavismo llegó al poder hace 15 años con grandes expectativas, el país se hunde en la crisis, el desabastecimiento de alimentos, despidos de trabajadores y la inflación más elevada de América Latina. Por eso ratificamos que sigue planteada la necesidad de que clase trabajadora sea independiente de estos gobiernos y sea protagonista con su lucha, con sus propios organismos, con sus asambleas y contribuyendo a formar una nueva dirección socialista revolucionaria en estos procesos.
En ese camino llamamos a los trabajadores griegos, a la juventud y a la base de Syriza, a sus sectores más combativos, que le exijan, con su movilización, al gobierno de Tsipras y Syriza que asuma la ruptura con un modelo económico, basado en el endeudamiento y saqueo, que rompa con la Troika y la UE y que se deje de pagar la deuda. Y que se elabore un plan de emergencia que incluya medidas de fondo para salir de la crisis como la nacionalización de la banca y la reestatización de todas las empresas y propiedades privatizadas, entre otras. De allí saldrá la masa de dinero para dar salario y pensiones justas, trabajo, salud y educación.
27 de enero 2015.
Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (UIT-CI)
Comunicado difundido por Lucha Internacionalista (Sección en el estado español de la UIT-CI)
https://www.facebook.com/linternacionalista
http://luchainternacionalista.org/?lang=es
https://twitter.com/luchainternacio