La futura jefa de la diplomacia europea deja clara su beligerancia contra Rusia en la respuesta a los parlamentarios sobre sus aptitudes para el cargo, pero obvia la masacre en Gaza o la extensión de los ataques a Líbano
Ucrania 17 – Gaza 0. La futura jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, no oculta su obsesión por Rusia. La ‘halcona’ anti-Putin a la que los líderes de los 27 eligieron como sustituta de Josep Borrell deja claras cuáles son sus prioridades en materia de política exterior en las respuestas por escrito que la estonia ha enviado al Parlamento Europeo como parte del proceso de elección, que culminará con un examen oral la segunda semana de noviembre y la ratificación del conjunto del Colegio de Comisarios en el pleno que se celebraá a finales de ese mes. Y la guerra en Ucrania tendrá, de largo, una atención preponderante durante su mandato como alta representante de la UE.Los líderes de la UE suben el tono por los ataques a los cascos azules pero evitan tomar medidas contra Israel
Kallas asume en buena medida que esa posición le viene de su propio bagaje. “La seguridad europea es algo profundamente personal para mí como nativa de un país que lleva mucho tiempo diciendo a los demás que el sueño imperialista de Rusia nunca murió. Pero creo firmemente que cada país debe arrimar el hombro, independientemente de su proximidad geográfica a vecinos hostiles. Impulsé un aumento del gasto en defensa de Estonia por encima del 3% del PIB sólo un año después de la invasión rusa, pero también me aseguré de que Estonia se convirtiera proporcionalmente en uno de los mayores donantes de Ucrania. Quería que Estonia predicara con el ejemplo”, responde la ex primera ministra estonia a la primera pregunta en la que la Eurocámara le interroga por qué cualidades personales la hacen apta para el puesto.
Y esa primacía de la guerra en Ucrania respecto a otros conflictos queda clara a lo largo del documento de 21 páginas. “Mi prioridad a corto plazo debe ser abordar las acuciantes preocupaciones mundiales: la guerra de Rusia contra Ucrania y reforzar la seguridad y la defensa de la UE”, contesta en el apartado específico de su contribución a la política exterior. “Nuestra respuesta a la guerra ilegal de agresión de Rusia contra Ucrania dice al mundo quiénes somos y qué valores defendemos. Aparte de que moralmente es lo correcto, también creo que apoyar a Ucrania -política, económica y militarmente- durante el tiempo que sea necesario para ganar esta guerra es como la UE puede ser realmente creíble en la escena mundial con una política exterior y de seguridad común más estratégica, asertiva, unida y centrada en los derechos humanos”, agrega Kallas. “Parte de este proceso es garantizar que se haga justicia a todas las víctimas de los crímenes de guerra cometidos y que Rusia pague por los daños que ha causado”, sentencia.
En total, Kallas menciona a Rusia 17 veces mientras que el conflicto en Oriente Medio, donde han muerto ya más de 43.000 personas, se menciona en cuatro ocasiones (tres de ellas en el mismo párrafo). No hay ninguna alusión a Israel, al que los líderes de la UE ya han señalado por vulnerar el derecho internacional (aunque ha sido por los ataques a los cascos azules de la ONU y no por la matanza de la población palestina), ni tampoco a la situación en la Franja de Gaza o a la extensión de los ataques a Líbano.
Más allá de la cantidad de menciones, el tono es radicalmente distinto en lo que se refiere al conflicto en Oriente Medio en comparación con su claro posicionamiento respecto a la guerra en Ucrania. “Mientras que la guerra de Rusia contra Ucrania amenaza la integridad de la Unión Europea, es innegable el efecto indirecto de la crisis en Oriente Medio tras los atentados terroristas del 7 de octubre de 2023, tanto en lo que respecta a la escalada del conflicto en Oriente Próximo como en el mayor nivel de antisemitismo visto en Europa desde el Holocausto”, comienza la política liberal, que evita en todo momento referirse a la matanza de la población civil palestina.
“La UE debe seguir al frente de los esfuerzos humanitarios, colaborando con todos los actores para apoyar la búsqueda de una paz justa y global en la región, centrándose en el fomento de la solución de los dos Estados y en el fortalecimiento de las asociaciones con las principales partes interesadas de la región”, continúa la aspirante a alta representante, que se compromete a “presentar una estrategia global UE-Oriente Próximo” de la mano del comisario para el Mediterráneo y a “forjar posiciones comunes de la UE”, que está profundamente dividida respecto al conflicto en Oriente Medio por el alineamiento de muchas capitales con Israel.
Equidistancia con Israel
La equidistancia de Kallas con el conflicto en Oriente Medio choca con la posición que ha mantenido Borrell durante este año. El alto representante fue los primeros en advertir de las vulneraciones del derecho internacional que suponía el asedio de la Franja de Gaza, a pesar de que los 27 no han sido capaces de consensuar esa posición común hasta que se ha atacado a las tropas de la ONU desplegadas en Líbano. El socialista, que ha sido de las voces más didácticas sobre este asunto en el club comunitario, también abogó por pedir un alto el fuego en un momento en el que países como Alemania arrastraban los pies.
“No todo el mundo lo piensa, pero creo que un horror no justifica otro horror”, dijo este martes en un discurso en la universidad italiana Urbino Carlo Bo, que le concedió el doctorado honoris causa. “La cuestión existencial es si la destrucción de Gaza […] se justifica por el derecho a la defensa”, agregó Borrell, que dejó claro que él piensa que no. En la recta final de su mandato está haciendo los últimos intentos por movilizar a la UE y castigar al gobierno de Benjamín Netanyahu con sanciones a ministros por “alentar crímenes de guerra” contra la población palestina y forzar un debate sobre la vulneración del derecho internacional en el marco de la revisión del acuerdo comercial que han reclamado España e Irlanda y que el resto de socios han acogido con frialdad.
En su carta de presentación, Kallas se presenta como hacedora de consensos, pero está por ver si asume alguna de las tesis de los gobiernos, como el de Pedro Sánchez, el irlandés o el belga, que piden en la UE una posición más ambiciosa ante la masacre en Gaza, que la futura jefa de la diplomacia europea obvia, al menos por ahora.
Respecto al resto de coyuntura geopolítica, Kallas pasa de puntillas por otros desafíos que tiene la UE, como por ejemplo China o Estados Unidos (en este caso cuando el viejo continente contiene la respiración por una posible vuelta a la Casa Blanca de Donald Trump).
“Mi prioridad en las relaciones con China será salvaguardar la seguridad geopolítica y económica de la UE, trabajando con los colegas responsables del Colegio de Comisarios y con los Estados miembros de la UE”, expone Kallas, que sitúa entre los “retos más acuciantes” el apoyo de Pekín a Moscú y “los desequilibrios estructurales entre la UE y China” en un momento en el que la guerra comercial se ha enquistado.