Vitaliy Dudin, dirigente de la organización socialista democrática ucraniana Sotsyalnyi Rukh (Movimiento Social), habló desde Cherkasy, Ucrania, el 6 de abril, sobre la crítica coyuntura ucraniana y el papel de la izquierda en la lucha contra la invasión rusa.
Es muy difícil obtener información confiable de lo que está sucediendo en Ucrania. ¿Podríamos comenzar con tu evaluación de la situación actual, seis semanas después de la invasión de Putin? ¿Ve alguna perspectiva probable del fin de la guerra en las próximas semanas?
La invasión de Rusia ha creado una gran amenaza para la existencia de Ucrania como Estado independiente. Sin duda, podemos decir que la guerra actual es la guerra más devastadora que hemos visto en Ucrania desde la Segunda Guerra Mundial. Varias regiones —Chernigiv, Donetsk, Kharkiv, Kherson, Luhansk, Mykolaiv, Sumy y Zaporizhia —se han convertido en escenarios de acciones militares, con tanques y artillería bombardeando ciudades. El ejército ruso incluso ha atacado ciudades en el oeste de Ucrania, en las regiones de Lviv, Rivne y Volyn, disparando misiles letales desde el aire y el mar.
Cerca de 6.000 civiles han muerto. Las acciones militares han cobrado la vida de miles de soldados de ambos lados. Alrededor de cinco millones de personas han perdido sus trabajos, principalmente porque muchos lugares de trabajo han sido bombardeados. Casi 10 millones de personas se han visto obligadas a huir en busca de seguridad y cientos de miles han perdido sus casas.
Muchos pueblos en el norte, este y sur están actualmente, o estuvieron hasta hace poco, bajo una brutal ocupación rusa. Pero los invasores no han logrado alcanzar sus objetivos estratégicos. Solo han ocupado una gran ciudad, Kherson, y están tratando de asaltar Mariupol, que está sufriendo una inhumana campaña de bloqueo y bombardeos. Casi todos los edificios de la ciudad han sido atacados, incluida la infraestructura médica.
En varias partes del país, las tropas rusas han sido detenidas y han sufrido pérdidas significativas en términos de soldados y vehículos. Los ucranianos han demostrado que están dispuestos a contraatacar con valentía, incluso sin armas modernas como sistemas antiaéreos, aviones de combate y misiles. Por eso creo que el ejército ruso carece de fuerza para aplastar al ejército ucraniano y por eso las acciones militares podrían detenerse, al menos en algunas regiones. El gobierno de Putin tiene muchos recursos, pero el pueblo ucraniano está dispuesto y listo para resistir.
En este momento, el ejército ucraniano está haciendo retroceder a las fuerzas invasoras en varias direcciones, principalmente en las regiones de Kiev y Chernigov. Ciudades como Ivankiv, Bucha y Hostomel, que fueron ocupadas y saqueadas en las primeras semanas de la guerra, han sido liberadas. Pero no debemos subestimar el peligro: la invasión rusa ha causado una gran destrucción, sus ataques con misiles continúan causando provocando destrozos a gran escala y han revitalizado la ofensiva en el Donbas.
Creo que la guerra continuará mientras [el presidente ruso Vladímir] Putin esté en el poder. Hasta su derrocamiento, por ahora solo podemos contemplar un alto de fuego parcial. Ahora, el destino de Ucrania depende de la batalla por Mariupol.
¿Podría darnos una idea de los tipos de resistencia, armada y desarmada, en la que participan los ucranianos? ¿Qué papel juegan la izquierda, como Movimiento Social, y los sindicatos en ella?
En primer lugar, cientos de miles de ucranianos se han unido a las Fuerzas Armadas de Ucrania y la Defensa Territorial, que está integrada en las Fuerzas Armadas. Estas están luchando actualmente en primera línea con todas las armas disponibles, mientras que la defensa territorial protege principalmente las ciudades.
Algunos activistas de Movimiento Social, así como muchos miembros de los sindicatos, se han unido a la Defensa Territorial como voluntarios. Cabe mencionar que decenas de anarquistas y socialistas han formado su propia unidad de esta fuerza, denominada Comité de Resistencia.
En segundo lugar, muchos militantes de izquierda están ayudando como voluntarios para abastecer al ejército o satisfacer las necesidades humanitarias de la población. Una de las iniciativas más eficaces en este sentido es la Operación Solidaridad, que ha conseguido dotar de víveres a la izquierda militante. También estamos trabajando para satisfacer las necesidades de los sindicalistas que sirven en el ejército. Y hemos estado trabajando con la ONG de enfermeras Be Like Nina, ayudándolos a obtener medicamentos para los hospitales que atienden a los soldados heridos.
Tercero, vemos que mucha gente está protestando contra la invasión en las ciudades ocupadas. No estamos involucrados en esa actividad, pero lo apoyamos. Por supuesto, es muy peligroso porque las protestas pacíficas pueden ser reprimidas por soldados rusos armados. Esa resistencia demuestra que la gente está en contra de la «liberación» que busca convertir sus ciudades en «zonas grises».
En cuarto lugar, nosotros como Movimiento Social seguimos actuando como organización política. Buscamos contrarrestar la propaganda rusa y llamamos a nuestro pueblo a luchar por una Ucrania libre y justa.
Se ha prestado mucha atención al batallón Azov y otras fuerzas neonazis. ¿Podría hablarnos sobre su nivel real de influencia y el papel que juegan? ¿Les preocupa que la extrema derecha, en Ucrania y en el extranjero, salga fortalecida de esta guerra, particularmente cuanto más se prolongue?
Creo que se ha sobreestimado el papel de la extrema derecha. Esto se ha puesto de manifiesto en la forma fantasmagórica en que Rusia trató de justificar su invasión y sus crímenes de guerra.
Antes del 24 de febrero, Azov reunió a unas mil personas que estaban ubicadas en Mariupol y no hacían nada, porque Azov está integrado en la Guardia Nacional de Ucrania. Después de la invasión rusa, sus integrantes han sido convertido en héroes debido a su papel en la defensa de Mariupol, junto con las unidades del ejército. Esta es una forma extraña de desmantelar una agenda nacionalista de extrema derecha, lo que supuestamente es la intención de Putin, ¿no?
Los militantes de extrema derecha han cometido actos de violencia en las calles, pero ¿pueden estas acciones compararse de alguna manera con los asesinatos en masa que han resultado de los bombardeos y la campaña de terror llevada a cabo durante la ocupación? Por supuesto, podrían volverse más fuertes, pero si esto ocurre, sería mayormente culpa de Rusia.
Los nacionalistas radicales existen en Ucrania, en su nicho específico, como en muchos otros países. Sus actividades plantean sin duda un problema para la sociedad ucraniana, pero no para Rusia ni para la paz internacional. La extrema derecha en Ucrania fue tolerada principalmente debido a las necesidades de defensa del Estado. El gobierno hizo la vista gorda ante los ataques de los nacionalistas radicales mientras estos ayudaban a satisfacer las necesidades de defensa.
Estos nacionalistas radicales han desempeñado un papel de servicio y protección para la elite oligárquica y su régimen. Pero su influencia política es muy pequeña y en su mayoría tienen un papel muy limitado. Por ahora, los nacionalistas radicales están jugando un papel menos importante que el que tuvieron en las protestas de Maidan de 2014, porque miles de personas comunes y corrientes están tomando las armas. Cuantos más ucranianos tengan las armas necesarias para defenderse, y cuanto más la izquierda internacional apoye a Ucrania, menos influencia tendrá la extrema derecha en el país.
La mejor manera de neutralizar el problema del nacionalismo radical en Ucrania es debilitando las intenciones imperialistas de Rusia. Aquellos que se niegan a expresar su solidaridad con Ucrania debido a la existencia de nacionalistas radicales no tienen nada en común con los principios e ideas de rechazo a la guerra.
Se habló mucho sobre el conflicto en el este de Ucrania que comenzó mucho antes de la invasión. ¿Cuál ha sido el impacto de la invasión en este conflicto y, más generalmente, en las relaciones entre los ucranianos de origen ruso y el resto?
La invasión de Putin ha dañado gravemente las relaciones entre los pueblos ruso y ucraniano, pero, al mismo tiempo, ha supuesto una especie de consolidación de la sociedad ucraniana. Después del 24 de febrero, incluso las personas que tenían algunas ilusiones políticas sobre el papel progresista de Rusia se convirtieron en enemigos convencidos de Moscú.
Podemos decir que esta tragedia común ha unido a los pueblos. Las personas de la parte occidental de Ucrania están dispuestas a ayudar a los refugiados del este y están demostrando su apoyo en acciones concretas.
Sin duda, algunas personas han seguido una agenda excluyente y extremista, afirmando que los rusoparlantes son «agentes de Putin».
Sabemos que la cultura rusa estará asociada con la cultura de los opresores durante mucho tiempo (hasta que el régimen de Putin sea derrocado por los propios rusos). Pero estamos dispuestos a oponernos a cualquier tipo de discriminación lingüística o cultural y esperamos que prevalezca la solidaridad.
También hemos visto que la gente corriente de las autoproclamadas repúblicas de Donbas está cansada de que Moscú los utilice en la guerra contra los ucranianos. Por supuesto, la mayoría de ellos consideran el ruso como su idioma nativo, pero tampoco desean renunciar a sus vidas. Incluso en medio de esta horrible historia, el potencial de reintegración permanece.
Como están las cosas, algunos creen que el mejor resultado posible es que Ucrania negocie y renuncie a sus ambiciones de unirse a la organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ¿Cómo respondería a ese argumento? Y, en términos más generales, ¿cómo ve Movimiento Social el tema de la OTAN y su papel en esta guerra?
En primer lugar, pensamos que cualquier intención de unirse a la OTAN no puede justificar la invasión rusa. Este es un tema que se encuentra en el campo del debate interno y de la soberanía nacional. En segundo lugar, vemos a la OTAN como un club de los países más ricos y sus aliados. Para Ucrania, sería mejor desarrollar relaciones con todos los países y garantizar una independencia real. Tercero, es importante darse cuenta de cómo el tema de la OTAN ha impactado la vida política ucraniana. La perspectiva de membresía era muy vaga: la OTAN nunca ha garantizado la incorporación de Ucrania. Entonces, una «orientación atlántica» siempre fue más bien un caso de ilusión de parte del gobierno, mientras que para la ciudadanía fue una reacción al trauma colectivo y al miedo a la guerra en 2014.
La OTAN podría haber ofrecido la membresía de Ucrania hace mucho tiempo, pero en cambio prometió algún tipo de cooperación, lo que solo dejó a Ucrania vulnerable. Creemos que la OTAN ha jugado el papel de espectador pasivo en esta guerra. Desde finales de 2021, no han hecho nada decisivo para apoyar a Ucrania con las armas. Parece que están más interesados en evaluar la fuerza del ejército ruso.
Se han producido debates sobre el tema del envío de armas a Ucrania. Algunos se oponen a esto diciendo que solo contribuiría a la remilitarización de Europa y al empoderamiento de la OTAN. Otros dicen que conducirá a un escenario como el de Afganistán en la década de 1980, con los ucranianos siendo utilizados para lograr el objetivo de los Estados Unidos de socavar a Rusia. ¿Cuál es su posición sobre esta cuestión?
No veo ninguna razón para un debate como este. Hablar de los riesgos de la remilitarización en Europa es algo totalmente mal fundamentado, porque existe una asimetría impresionante entre Ucrania y Rusia. El futuro de la desmilitarización radica en detener la maquinaria de guerra de Rusia ahora.
Las cuestiones de seguridad deben ser motivo de gran preocupación. Cualquier desmilitarización que ignore la seguridad de los pueblos, su derecho a defenderse, y justifique acciones de bloqueo a la resistencia contra la agresión imperialista es moralmente incorrecta. Ucrania necesita armas para defenderse a sí misma y al resto de Europa. Necesitamos armas antiaéreas y aviones para proteger a los civiles, porque la gente está muriendo por causa de los misiles y ataques aéreos rusos.
Quiero enfatizar que tales armas no cambiarán la naturaleza de la guerra: no permitirán que el ejército de Ucrania elimine enemigos lejanos, sino que mejorará su potencia de fuego en el combate cuerpo a cuerpo. Cuantas más unidades militares rusas se destruyan, más estable será la paz que obtendremos. Es simple, como durante la guerra contra el Tercer Reich. Rusia también justifica su agresión con una ideología de etnonacionalismo. Es una amenaza real a la que debemos hacerle frente.
También es importante saber que muchos trabajadores ucranianos se están alistando en el ejército. Deberíamos armarlos para que puedan regresar a sus hogares con vida y, a su vez, empoderados para continuar la lucha de clases contra los oligarcas codiciosos.
Más allá de la cuestión de las armas, ¿qué tipo de solidaridad cree que se requiere para garantizar una paz genuina para Ucrania?
Pedimos que todos presionen a sus gobiernos para garantizar la cancelación de la deuda y para brindar ayuda financiera incondicional para la reconstrucción de Ucrania, como parte de un «Nuevo Plan Marshall». También pueden ayudarnos enviando cualquier tipo de ayuda (incluidos botiquines, chalecos antibalas, cascos).
Pero lo más específico que puede hacer la izquierda es cambiar fundamentalmente el análisis de la guerra en sus organizaciones. No deben tolerar el imperialismo de Putin y deben apoyar plenamente el derecho del pueblo ucraniano a la autodeterminación.
Esta entrevista fue originalmente publicada, en inglés, en la revista Green Left, de Australia. https://www.greenleft.org.au/content/ukrainian-socialist-future-demilitarisation-lies-stopping-russias-war-machine-now
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