La solución fascista al callejón sin salida en el que se había metido el capitalismo liberal puede ser descrita como una reforma de la economía de mercado realizada al costo de la extirpación de todas las instituciones democráticas, a la vez en el terreno de las relaciones industriales y en el campo de la política. […]
Sin olvidarme de Ucrania y de las más que peligrosas e imperiales intervenciones USA-UE, algunos titulares significativos del global-imperial del pasado sábado 13 de diciembre de 2014:
Primera página: «El Bundesbank [por boca de su presidente, Jens Weidmann, 46 años] dice que la propuestas de Podemos amenazan la economía». En la entradilla: «Dejar de pagar la deuda no es un símbolo de fortaleza. Supondría riesgos muy importantes que dañarían la economía. Se cortaría el acceso al mercado de capitales y peligraría la solvencia del sistema financiero y los ahorros de los ciudadanos» (Recordemos Ecuador, recordemos lo explicado por Rafael Correa en «Salvados» del 14 de diciembre).
Dicho de otro modo: mensaje global-Bundesbank: TINA, No hay alternativa.
Página 5, gobierno Renzi, Italia, Pier Carlo Padoan, ministro de Economía y Finanzas: «La huelga general es la señal de que vamos en la dirección correcta».
Es decir, TINA de nuevo y con chulería antiobrera, en el país de Gramsci, Togliatti, Berlinguer y Rossana Rossanda.
Página 8, artículo de Sami Naïr, declaraciones en él recogidas de Marine Le Pen, 10 de diciembre: «la tortura puede aprobarse siempre y cuando se trate de recabar informaciones que permitan salvar vidas civiles».
Más TINA-USA-Imperio-fascismo.
Página 13, España: «El Constitucional ha paralizado cuatro leyes autonómicas contra el fracking». Artículo -no es una broma, pretende ir en serio- del «experto» Xavier Alcober Fanjul, ingeniero consultor, en esa misma página «»Llama la atención de que en Polonia parecen estar muy satisfechos con la explotación del gas shale. Posiblemente, en su memoria colectiva perduran trágicos acontecimientos de los últimos siglos y no se fían mucho de su entorno. Para ellos, resulta clave tener la mayor independencia posible, en todos los sentidos, por encima de otros factores».
Ibidem: TINA-desarrollista: junto a los descreadores de la Tierra, principio de precaución en la cuneta, al lado de los falsificadores de la Historia.
España, página 22: «Los desahucios aumentaron un 7,3% hasta septiembre». TINA: sin piedad, en las heladas aguas del cálculo egoísta. Sin alternativas: el capital es el capital.
Suecia, página 30: La xenofobia militante, representada y alentada por el partido «Demócratas suecos», avanza y puede ser clave en el próximo ejecutivo sueco. ¡En la Europa socialdemócrata del Norte! TINA rige también: ¡fuera los empobrecidos y sucios!
¿Qué puede inferirse, qué podemos colegir? Hay mil ejemplos más.
Lo dicho: en la Europa de la UE, como en tantos otros lugares del mundo, no hay otra: resistencia o barbarie, una variante de la más que actual disyuntiva luxemburguiana.
PS: El chiste-más-que-chiste de El Roto del sábado 13: «La miseria es un subsector del lujo». Y un nudo esencial en la lucha tenaz por la paz y la justicia: la Asamblea General de la ONU debería aprobar una resolución que declare violatorios del derecho humanitario internacional a los ataques nucleares sobre las ciudades. Así lo reclaman amplios y diversos sectores de la sociedad civil crítica internacional. En la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares, que tuvo lugar en Viena los primeros días de diciembre, los partidarios de la resolución argumentaron que después de las bombas que USA arrojó sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, es innegable que la explosión de un arma nuclear en una zona poblada provocaría una destrucción inaceptable, criminal, antihumana. Elemental, sabido por todos. «Ya hay más de 6.000 ciudades que integran nuestra campaña, llamada ‘¡Las ciudades no son blancos!’, que declara ilegal atacar a las urbes con armas nucleares», indicó Aaron Tovish, de la organización Alcaldes por la Paz . ¡Sumemos todas nuestras ciudades! ¿A qué esperamos?
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.