Es un primer informe y tiene que ser revisado por un panel de psiquiatras forenses, pero puede cambiar el fallo final del juicio del año que viene. Si lo aceptan, pueden darle «tratamiento mental obligatorio» como condena.
El hombre que asesinó a setenta y siete personas en un día de ataques terroríficos en Oslo y en la isla Utoeya debería ser internado en un psiquiátrico en lugar de una prisión. La recomendación fue hecha ayer por los fiscales del caso, después de que los expertos de la Corte llegaran a la conclusión de que el acusado no estaba en sus cabales en el momento del ataque. El informe sobre la salud mental de Anders Behring Breivik, basado en 36 horas de entrevistas, llegó a la conclusión de que sufre de esquizofrenia paranoica y estaba tan desconectado de la realidad que era incapaz de controlar sus acciones. Breivik confesó sus crímenes, pero se declaró no culpable de los cargos. Dijo que la masacre, que en gran parte se enfocó en miembros adolescentes del gobernante Partido Laborista, tenía la intención de ser un acto de resistencia antimusulmana.
«No tuvimos ninguna duda. Ahora le toca a la Corte considerar esto durante el juicio», dijo a los periodistas el psiquiatra del tribunal, Torgeir Husby. El informe todavía debe ser revisado por un panel de psiquiatras forenses y el jefe de ese panel había indicado previamente que era improbable que Breivik pudiera ser considerado insano dado que planeó los ataques meticulosamente. Pero si ese panel está de acuerdo con las conclusiones, es probable que la Corte las acate.
El fiscal Svein Holden dijo ayer que el juicio, que debe comenzar en abril del año que viene, no sería afectado por las conclusiones forenses, ya que el informe simplemente significa que pedirían un veredicto de cuidado de salud mental obligatorio, en lugar de una sentencia de prisión. «Los psiquiatras de la Corte se enfocan en lo que llaman los delirios de grandeza de Breivik», les dijo a los periodistas el fiscal, extendiéndose en las conclusiones del informe. «Se siente elegido para determinar quién puede vivir y quién morir. Y se siente elegido para rescatar a los que él llama su gente.»
Los infames crímenes de Breivik constituyen la peor masacre vista en Noruega en tiempo de paz. Gran parte de la repugnancia expresada en las semanas después de los ataques se enfocaron en su fría insistencia en que él estaba a la vanguardia de un futuro movimiento político.
En Oslo, algunos quedaron sorprendidos ayer de que el informe hubiera llegado a la conclusión de que Breivik no estaba en control de sus acciones, pero la mayoría estaba más preocupada porque nunca quede en libertad que por dónde cumple su sentencia. «Fue un poco un shock», le dijo a The Independent Tim Viskjer, miembro de ala de la juventud del Partido Laborista y sobreviviente del ataque. Pero añadió que confiaba en las conclusiones de los psiquiatras. «Necesita ayuda para darse cuenta de lo que realmente hizo», dijo. «Si es internado en un psiquiátrico, estoy conforme con eso, pero no puede nunca más estar entre el público.»
Pero el doctor Tarjei Rygnestad, jefe de la junta que revisará el informe y alguien que había dicho previamente que era improbable que Breivik fuera declarado legalmente insano, no aprobó las conclusiones ayer. Mientras decía que su anterior opinión se basaba en una información de segunda mano, insistió en que las personas psicóticas generalmente «no son capaces» de llevar a cabo una operación tan complicada como la masacre de Breivik, que requería un intrincado planeamiento. «Pero también ocurren cosas inusuales», dijo. Rygnestad se refería a que Breivik hizo estallar un coche bomba y luego se dirigió, disfrazado de policía y fuertemente armado, a la isla donde baleó a la mayoría de sus víctimas.
Los detalles de la condición de Breivik fueron dejados de lado por el grupo de apoyo nacional para los sobrevivientes del ataque del 22 de julio. «Si Breivik no puede ser sentenciado a prisión, esperamos que el proceso jurídico nos dé el consuelo de que no podrá salir antes que si hubiera sido considerado sano por los expertos psiquiátricos», dijo el líder del grupo, Tronk Blattmann. «Nosotros, que somos las víctimas, no queremos que Behring Breivik tenga la oportunidad de dañar a la sociedad nuevamente.»
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-182327-2011-11-30.html