Palabras de Osvaldo Martínez en la presentación del libro La izquierda latinoamericana en el gobierno: ¿alternativa o reciclaje? (Ocean Sur, 2012) el pasado 7 de marzo en La Habana
Buenas tardes a todas y a todos. Me corresponde realizar la primera intervención y quisiera, ante todo, expresar mi satisfacción porque Roberto Regalado me haya invitado a actuar como presentador de su libro: La izquierda latinoamericana en el gobierno: ¿alternativa o reciclaje? Quiero empezar diciendo, de manera directa y clara, que lo considero un buen libro y, ante todo, un libro muy necesario.
Hay unas palabras que el autor utiliza en las páginas iniciales de su obra, donde nos recuerda esa verdad tan oportuna: que «sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario». Esa es una gran verdad. Por ello considero esencial el desarrollo del pensamiento analítico y el debate acerca de este conjunto de problemas que Roberto nos presenta, es decir, de los problemas de la izquierda latinoamericana en el gobierno: el debate sobre la vía para llegar a una nueva alternativa, a una alternativa socialista.
Afirmo que es un libro necesario porque tengo la impresión de que contribuye a ir llenando un déficit que tenemos entre nosotros en Cuba, un déficit de pensamiento teórico, de pensamiento analítico, pecado común del cual no me excluyo en modo alguno. Pero, ciertamente, entre los dilemas planteados ante los gobiernos de izquierda hoy existentes en América Latina, la gran pregunta es hacia dónde están marchando hasta este momento y hacia dónde marcharán. Estas son interrogantes que en la Cuba de hoy no tienen una importancia secundaria, sino una importancia absolutamente estratégica. Lamento la falta de un pensamiento con suficiente densidad conceptual.
Ese déficit se hace entre nosotros más destacado, porque se da la paradoja de que nosotros somos una revolución en el poder, una verdadera revolución social en el poder, que cuenta con el legado del pensamiento del Che, con el pensamiento de Fidel. Sin embargo, no creo que entre nosotros se esté produciendo un debate teórico suficiente sobre el estratégico tema que es América Latina y su realidad social. En muchas ocasiones estamos lastrados.
Tenemos necesidad de separarnos un tanto de las posiciones oficiales, de las posiciones de la coyuntura diaria, que responden al accionar gubernamental y tienen su lógica, su táctica y su razón de ser, para enfocarnos más en un análisis profundo, un análisis de ciencia social, un análisis que no por eso tiene que ser alejado de la revolución, no por eso tiene que dejar de ser militante, comprometido, pero tiene que ser profundo y para serlo, para ser académico, tiene que buscar la verdad, más allá de la coyuntura, más allá incluso de la táctica. Este libro de Roberto Regalado yo creo que es un paso sólido en esa dirección.
Lo primero que llama la atención es que el autor juega limpio. Hay un primer acápite en el libro, que el autor titula «Precisiones conceptuales», cuya lectura inicial provocó que me dijera: «¿qué cosa más rara? Precisiones conceptuales. ¿Será algo así como un diccionario?». Después me di cuenta que era una demostración de juego limpio de parte del autor, es decir, es una delimitación de lo que podemos llamar el universo conceptual que el autor va a manejar y la definición de los términos que utiliza. Y creo que eso es algo excelente, que tenemos que agradecer como una muestra de honradez y de limpieza, puesto que leemos muchos libros en los cuales las imprecisiones y las confusiones de las categorías y conceptos que se están utilizando se suceden unas a otras, y en muchas ocasiones después no sabemos si estamos leyendo lo mismo, porque lo mismo para mí no es lo mismo para él, para el otro y para el otro.
En este caso, Roberto Regalado nos pone las cartas sobre la mesa y nos hace un conjunto de importantes precisiones: las distinciones entre revolución social y revolución política, que me parece sumamente importante; la distinción de revoluciones en tanto ruptura tajante, que incluye violencia revolucionaria y la existencia de órganos de poder popular, y revoluciones en un sentido distinto, caracterizadas por rupturas parciales sucesivas, que desembocan, vistas en su totalidad, en un cambio de sistema social. También hace importantes precisiones conceptuales acerca de la reforma, la reforma como táctica, como parte de rupturas sucesivas, y la reforma como estrategia. Y la reforma política y la reforma social. Y la reforma progresista y la reforma reaccionaria. Con esto, creo que Roberto Regalado nos da las claves fundamentales para el análisis que desarrolla a continuación.
El libro tiene una primera parte, que abarca hasta la página 122, que es, podemos decir, una introducción histórico-conceptual, donde se nos dan los factores determinantes del cambio de época, o sean la concentración transnacional de la propiedad, la producción y el poder político; la avalancha universal del neoliberalismo; el derrumbe de la URSS y el bloque socialista europeo; y la neoliberalización de la socialdemocracia europea. Y una segunda parte en la cual pudiéramos decir que el autor entra en el tema central, que es «La izquierda en el gobierno: ¿alternativa o reciclaje?».
Roberto nos plantea que en el siglo XXI en América Latina operan cinco procesos: la sujeción a un nuevo sistema de dominación mundial y continental; la agudización de la crisis provocada por la reestructuración neoliberal; el auge de los movimientos sociales; la elección de gobiernos de izquierda y progresistas; y la contraofensiva del imperialismo y la derecha para recuperar los espacios perdidos. A partir de esto, creo que desarrolla un análisis muy interesante en varias direcciones, una de ellas es acerca de las peculiaridades de la hegemonía impuesta a América Latina, en especial, por la avalancha neoliberal. Peculiaridades que van en la dirección de la sustitución de métodos muy brutales, por nuevas modalidades no tan abiertamente brutales, en una región donde no se estaba produciendo una redistribución de excedentes, ni existía ni existe Estado de Bienestar y donde la ideología hegemónica es el neoliberalismo.
Nos ofrece un análisis muy detallado ―y me parece que no es posible encontrar a alguien más calificado para hacerlo― sobre el Foro de Sao Paulo, esa experiencia singular, única, en la cual fue participante directo durante muchos años, y nos lo entrega, por supuesto, de primerísima mano. No sé si es la historia del Foro de Sao Paulo pero es bastante aproximada, por lo menos no en el sentido cronológico de la «hechología», sino de la historia de la evolución de conceptos y debates en el Foro de Sao Paulo.
Roberto, por supuesto, entra en el tema de la caracterización de los gobiernos de izquierda actualmente existentes. Nos habla de gobiernos electos por el quiebre o debilitamiento extremo de la institucionalidad democrática: el caso de Venezuela, Bolivia y Ecuador; gobiernos electos por acumulación política y adaptación a la gobernabilidad democrática: se trata de Brasil y Uruguay; y los casos singulares de Nicaragua, El Salvador, Paraguay, Argentina y Perú.
Hay un análisis en el libro muy interesante de los factores favorables que le permitieron a la izquierda llegar a los gobiernos, entre ellos, la acumulación de las luchas: si no hubiera habido Revolución Sandinista en Nicaragua o lucha armada del FMLN en El Salvador, no existirían hoy gobiernos de izquierda en esos países; la lucha en defensa de los derechos humanos, que contribuyó a la suspensión de la violencia extrema como forma de dominación; y el nivel de conciencia alcanzado por los sectores populares en la lucha contra el neoliberalismo. Y frente a estas condiciones favorables se yergue el gran factor negativo, que es el nuevo orden mundial.
Sobre el debate acerca de hacia dónde van los gobiernos de izquierda, el mismo autor nos da la explicación más lógica, más sensata que podemos encontrar en este momento, sobre el problema planteado, el cual sintetiza con un pensamiento de Schafik Hándal que, como dice Roberto, pudiera parecer simplón. Textualmente, ese pensamiento de Schafik es: «habrá socialismo si la gente quiere que haya socialismo». Parece simplón, pero indudablemente es el eje en torno al cual, en última instancia, gira todo.
Por último, Roberto plantea que se necesita ahora: teoría revolucionaria ―algo sumamente importante aunque no es todo―; se necesita también organización revolucionaria; se necesita bloque social revolucionario; se necesita solución del problema del poder, en el sentido de concentración de fuerza imprescindible para hacer un cambio profundo de sistema social. Es decir, el libro nos entrega un análisis que me parece muy completo, y nos lleva a la conclusión ―diría yo, es mi interpretación― de que estamos ante un escenario, un escenario de lucha no decidido aún, y la obligación del autor es darnos una caracterización de ese escenario, complejo, y obligar a los lectores a pensar.
Yo quisiera agregar algunos detalles ―tratando de acercar la brasa a la sardina― de mi profesión: la economía. Esto no corresponde al libro de Roberto: es un agregado que yo quisiera hacer; y es que si echamos una mirada a la economía latinoamericana, creo que la situación de la economía también se mueve en un sentido muy similar al análisis que aquí hace Roberto. La situación de la economía nos da cuenta de elementos favorables para los gobiernos de izquierda, pero también nos da cuenta de una gran fragilidad. Nos da cuenta de inmensos desafíos no resueltos. Y hay ahí también un escenario de lucha no definida en el cual todo va a depender, en definitiva, de la fuerza sociopolítica que se imponga.
La economía de América Latina en los últimos años ha tenido una característica peculiarísima ―dicho rápidamente― y es que en medio de una crisis económica global del sistema capitalista, con crisis en Estados Unidos, Europa y Japón, América Latina ha estado viviendo una relativa bonanza económica, bonanza dentro del subdesarrollo, bonanza que no altera la dependencia, pero bonanza en términos de crecimiento económico y de cierta mejoría de los indicadores económicos latinoamericanos.
Ciertamente es una cosa rara, distinta, porque siempre lo que ocurría en una economía subdesarrollada y dependiente, latinoamericana y no latinoamericana, era que al producirse una crisis en las economías capitalistas centrales, esa crisis se reproducía de modo ampliado en este tipo de economías, y especialmente los precios de los productos que exportan, generalmente productos primarios, productos básicos, eran los que primero se derrumbaban y los que más tardaban en recuperarse.
En esta crisis la situación ha sido totalmente diferente. Crisis en los Estados Unidos, en Europa y en Japón, altos precios de las exportaciones latinoamericanas, de cobre, de soya, de petróleo, de gas, de café, de azúcar, de prácticamente cualquier producto que está en el índice de exportación latinoamericana.
Esa cosa rara, tiene por supuesto sus explicaciones. Tiene dos explicaciones fundamentales. Una es la demanda china, que ha irrumpido en América Latina con tremenda fuerza, demandando este tipo de commodities de productos primarios para abastecer el desarrollo industrial, el crecimiento industrial chino; y la especulación del gran capital que ha descubierto en los productos básicos o commodities un nuevo nicho de especulación, que no fue utilizado anteriormente y que al conmocionarse el mercado financiero tradicional, el mercado de bonos, de derivados, de tasas de cambios y otros, este capital se movió en busca de un nuevo nicho de especulación y lo encontró en el mercado de alimentos y de materias primas, y la gran explicación del aumento de precios de los alimentos y las materias primas está en el ingreso a la especulación en commodities de una cifra que en los últimos diez años está en torno a los 5 millones de millones de dólares que llegaron de pronto a especular a futuro, y que especulando a futuro empujan los precios hacia arriba.
Sumando demanda china, constante y fuerte, más especulación en commodities tenemos este fenómeno de América Latina creciendo en el 2010 a casi un 6%, mientras Estados Unidos, Europa y Japón están en una profunda crisis financiera.
Ahora bien, esto no tiene nada que ver ni con concertación latinoamericana, ni con previsión latinoamericana, ni de derecha, ni de izquierda. Esto ha sido, hablando en términos beisboleros, como una bola que le cayó en el guante a América Latina, y extendiendo la mano la recibe. Algunos han querido hacer de la necesidad virtud, y nos han empezado a racionalizar el asunto como si hubiéramos tenido en América Latina una gran previsión, una gran capacidad de previsión, como si se hubiera producido una gran concertación latinoamericana que nos permitió enfrentar la crisis en mejores condiciones, y producir este fenómeno extraño. En mi opinión, nada de eso es cierto. Ni la demanda China la previó alguien en América Latina, ni mucho menos que el gran capital financiero para el cual las commodities habían sido siempre un factor despreciable, se iba a poner a especular en gran escala con este tipo de productos.
De ahí derivo también la última conclusión, que es la fragilidad de todo esto. De esa bonanza, han bebido tanto gobiernos a la derecha, como gobiernos a la izquierda, con altos precios del petróleo, con altos precios del gas, con altos precios del azúcar, del café, del cobre, pues, obviamente han bebido todos, de una forma o de otra.
Esto ha servido de base para un factor sumamente polémico en el cual voy a asomarme ―no voy a meterme, porque estamos en la presentación del libro de Roberto, no en el debate de este tema―, que es que con altos precios de alimentos y materias primas, ha recibido un refuerzo el extractivismo y la reprimarización de las economías latinoamericanas. Es decir, si los gobiernos de izquierda han recibido altos precios del petróleo y del gas que les ha servido de un importante ingreso, y que ha servido también de base para políticas de redistribución de ingresos y políticas asistencialistas de redistribución de ingreso, también ha introducido en estas economías, pudiéramos decir, una manzana de la discordia terrible, que es el extractivismo y la reprimarización, y el debate de intensificar el extractivismo o tratar de buscar otros caminos.
Para terminar, el tema de la integración latinoamericana, el tan estratégico tema de la integración latinoamericana. Creo que está muy íntimamente relacionado, aunque el libro aquí lo trata, lógicamente, como un tema no central, no central a los efectos del análisis que hace Roberto, pero sin duda alguna está también atravesado por esta lucha y estas incertidumbres.
No es, creo yo, la integración la que va a determinar los regímenes sociopolíticos que finalmente se impondrán en América Latina, sino son los regímenes sociopolíticos que se impongan en América Latina los que van a determinar cómo será la integración latinoamericana. La CELAC es, por una parte, de un valor simbólico enorme, como primera organización latinoamericana sin la presencia de Estados Unidos y de ningún país extra regional: valor simbólico enorme, indudablemente valioso, pero la CELAC también tiene dentro de sí, toda esa zona, todo ese territorio, de lucha no decidida que es lo que creo que el libro de Roberto Regalado nos caracteriza con mucha seriedad, y que yo termino como empecé.
Creo que es una importante contribución a ir llenando entre nosotros ese déficit de debate teórico sobre la América Latina, esa región nuestra, sobre la cual muchas veces pensamos que sabemos mucho, entre otras cosas porque hablamos el mismo idioma, y sin embargo, también en muchas ocasiones, sabemos relativamente poco.
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