El presidente Traian Basescu -afín al partido conservador, PDL- trató de frenar la ola de indignación ciudadana motivada por la carestía de la vida y los profundos recortes sociales cambiando en enero pasado al primer ministro Emil Boc y remodelando un gobierno con un corte tecnócrata y de bajo perfil dirigido por Mihai Razvan Ungureanu, […]
El presidente Traian Basescu -afín al partido conservador, PDL- trató de frenar la ola de indignación ciudadana motivada por la carestía de la vida y los profundos recortes sociales cambiando en enero pasado al primer ministro Emil Boc y remodelando un gobierno con un corte tecnócrata y de bajo perfil dirigido por Mihai Razvan Ungureanu, ex director del servicio de información externa.
Durante unos meses pareció que la jugada le había salido bien: las protestas sociales disminuyeron de intensidad y las encuestas indicaban que el partido gubernamental había frenado su caída estabilizándose en el 18%.
Sin embargo, la coalición opositora USL -unión de los liberales del PNL y socialdemócratas del PSD- redobló los esfuerzos para conseguir la caída de un gobierno con un bajo apoyo popular.
Tras varias mociones rechazadas con anterioridad, la coalición USL ha conseguido recolectar los votos necesarios gracias al apoyo de numerosos parlamentarios tránsfugas del partido gubernamental. Conviene recordar que Rumanía posee el mayor nivel de transfuguismo político de la UE, con más de un 15%.
La mayoría gubernamental trató de frenar este transfuguismo obligando a sus parlamentarios a ausentarse en el momento de la votación secreta, pero algunas decenas de ellos decidieron no obedecer la orden.
El resultado final fue de 235 votos a favor y nueve en contra, cuatro votos más de los necesarios para que la moción prosperase.
Tras reunirse con los diferentes grupos parlamentarios, el presidente Traian Basescu a anunciado el nombramiento de Víctor Ponta, líder socialdemócrata, como nuevo primer ministro hasta la celebración de las elecciones legislativas en noviembre de este año.
El protocolo de la coalición USL recoge el apoyo explícito en las legislativas para la nominalización de Ponta como primer ministro y la promesa socialdemócrata de apoyar la candidatura liberal para las elecciones presidenciales de 2014.
Ponta ha declarado en repetidas ocasiones que no cree en el dogmatismo del ajuste presupuestario impuesto desde Alemania. Si vence Hollande en Francia podría estar confirmándose un cambio de tendencia en la manera de afrontar la crisis europea.
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