Una vez superada la satisfacción por el rotundo NO a la Constitución Europea tanto en Francia como en Holanda conviene hacer ciertas apreciaciones para frenar la oleada mediática de mentiras, interpretaciones sesgadas y malintencionadas de los distintos poderes mediáticos. No han tardado en reaccionar los creadores de opinión interpretando los resultados en clave de castigo […]
Una vez superada la satisfacción por el rotundo NO a la Constitución Europea tanto en Francia como en Holanda conviene hacer ciertas apreciaciones para frenar la oleada mediática de mentiras, interpretaciones sesgadas y malintencionadas de los distintos poderes mediáticos.
No han tardado en reaccionar los creadores de opinión interpretando los resultados en clave de castigo interno, del miedo que genera la ampliación de la UE, de prácticas chovinistas de los franceses, del miedo a Turquía, y como no del marcado carácter anti europeista de los franceses, el editorial del lunes del diario progubernamental El Pais no tiene desperdicio para valorar hasta donde puede llegar la manipulación mediática.
Estos mass media obvian por completo que lo que han decidido los holandeses y los franceses no es fruto de una resistencia galia, tipo Asterix y Obelix, sino que es consecuencia directa de un Tratado hecho a medida de los grandes poderes del capital, que no garantiza el pleno empleo, ni el dialogo social, que no habla de servicios públicos, si no de su aniquilación, por mucho que quieran hacernos creer que la Directiva Bolkestein nada tiene que ver con el Tratado; la supeditación militar a los designios de la OTAN.
Definir el NO como antieuropeísta es intentar engañar a la población. El No es Europeísta, es un NO por otra Europa, la Europa de los derechos sociales, laborales, la Europa de la igualdad de oportunidades, que rechaza el dumping social dentro de su territorio, la Europa de las libertades, en definitiva Otra Europa Posible y Necesaria. Un NO que es consecuencia del reflejo que estamos en los albores de un nuevo sujeto social colectivo, que se ha ido conformando a través de las múltiples y variadas movilizaciones que ha presenciado Europa en los últimos tiempos Génova, Florencia, Paris…
También ha habido sesudos pseudointelectuales que han valorado este porcentaje del NO como consecuencia del oportunismo de la extrema izquierda. Queda por definir que el caudal que derrocha la Izquierda Social Europea no lleva el mismo torrente que la Izquierda Política Europea, a pesar de la reciente creación del Partido de la Izquierda Europea que tiene una ingente actividad para canalizar políticamente a esa izquierda social antiglobalizadora que Pierre Bourdiu definió como «la izquierda de la izquierda».
Otra brecha importante que se ha abierto es la de la ciudadanía con su clase política, con los parlamentos, que ha puesto de manifiesto la crisis de la democracia liberal representativa. En todos los países es mayor el No en la calle que proporcionalmente en el sus respectivos Parlamentos. ¿Qué sucedería en Italia, Gran Bretaña si hubiese referéndum? El fin de la historia que aventuraba Fukuyama se derrumba como un castillo de naipes, y lo que toca ahora a su fin es la democracia representativa para dar paso a la democracia participativa.
Participación, debate, discusión sólo puede provocar mayor democracia. Hace unos días escribía el economista Joaquín Arriola una brillante comparación entre las lecturas más vendidas en Francia durante el proceso de refrendo y las lecturas en España por las fechas en que se celebraba el Tratado. Este estudio reflejaba como en el país galo las 5 primeras lecturas correspondían a textos sobre la Constitución Europea, mientras que en país hispano las lecturas eran del tipo El Codigo da Vinci. Huelga comentar el dato, claro indicador del concepto de democracia que separa a ambos países vecinos.
Conviene preguntarnos que sucedería si el referéndum en España se celebrara ahora, o si el PSOE hubiese cerrado filas si no hubiesen estado en el gobierno, o si no hubiese existido la complicidad de las direcciones sindicales. Es curioso comprobar, como en el Estado español ha habido mayor presencia mediática del Tratado cuando éste se ha celebrado en Francia que cuando se celebró aquí, hurtándonos entre otras cosas de defender el NO en los principales medios de comunicación.
Para finalizar, el Presidente de turno de la UE, Jean Claude Juncker ha afirmado sin ningún rubor que «el NO constata que Europa ya no hace soñar» Debíamos aclarar que lo que no hace soñar son las recetas neoliberales, las privatizaciones, autenticas pesadillas que han provocado el No a esta Biblia del capital. Europa sigue soñando con la Utopía y hacia ellas van a seguir caminando los ciudadanos que creemos que el ideal globalizado de los Derechos Humanos, la Justicia, la Igualdad, la Libertad de Otra Europa es Posible.