Ya Ricardo Martinelli Berrocal dio la orden: hay que encarcelar a Gerardo Berroa, director de La Estrella de Panamá. El motivo: por ser el único medio que no se ha cuadrado a las exigencias del presidente. Como lo podrán notar, los otros medios impresos y todas las televisoras, con el ánimo de lucro, se limitan […]
Ya Ricardo Martinelli Berrocal dio la orden: hay que encarcelar a Gerardo Berroa, director de La Estrella de Panamá. El motivo: por ser el único medio que no se ha cuadrado a las exigencias del presidente. Como lo podrán notar, los otros medios impresos y todas las televisoras, con el ánimo de lucro, se limitan a cuestionar las acciones gubernamentales en general y la de los ministros y directores de otras entidades, en particular; pero ninguno se introduce en las profundidades de la corrupción del propio presidente. La única investigación periodística que involucra directamente al presidente llevada a cabo por otro diario diferente a la Estrella, fue la que hizo el periodista Santiago Cumbrera. El diario La Prensa, férreo opositor a la dictadura militar, sucumbió ante las presiones del palacio de las garzas. Es un medio netamente comercial, como son las televisoras Medcom y TVN. Los lectores no deben caer en la ingenuidad de creer en algunas de sus críticas, las que carecen de profundidad. Los programas de opinión no son más que culebrones panameños: ni en eso tienen creatividad.
Pero a todo esto, ¿por qué van a detener a Berroa? Para dar el ejemplo del tratamiento que se le va a dar a aquellos periodistas que se portan mal con el señor presidente. Se les va a permitir el tipo de cuestionamiento «vende periódicos» y «vende programas»; se le va a conceder la libertad de la mosca que puede volar todo lo que quiera dentro del vaso, pero si se sale de él… Martinelli Berrocal no va a permitir denuncias que empeñen su camino a la reelección. Es dueño de muchos medios y tiene las manos en todos, excepto en La Estrella.
Considero que si los gremios periodísticos no se unen y exigen al gobierno que respete la libertad de expresión y a los dueños y dirigentes de todos los medios del país que se respete la libertad para expresarse, van a ir, de uno en uno, a seguir el itinerario que se le tiene programado a Berroa o bien, a tirar su diploma de periodista en el cesto de la basura y convertirse en los yes man de sus superiores, con lo que su dignidad y credibilidad se irá desflecando con el paso del tiempo. Ahora o nunca.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.