Rafael Uzcátegui, redactor y/o editor de «El Libertario», sale a la palestra a condenar a Boaventura de Sousa Santos por el intento de este último de apaciguar los ánimos, la calle, que está acercándose a un peligroso punto de ebullición social en Caracas y en Venezuela en general (posta portenia, nro. 1779, 9/6/29017). ¿Qué es […]
Rafael Uzcátegui, redactor y/o editor de «El Libertario», sale a la palestra a condenar a Boaventura de Sousa Santos por el intento de este último de apaciguar los ánimos, la calle, que está acercándose a un peligroso punto de ebullición social en Caracas y en Venezuela en general (posta portenia, nro. 1779, 9/6/29017).
¿Qué es lo que subleva a RU? Lo declara prístinamente: <En el texto de una cuartilla, firmado el 01 de junio, de Sousa afirma: «Las cosas no van bien en Venezuela debido a una intervención grosera del imperialismo norteamericano».>
Única interpretación que capto: RU no está para nada de acuerdo en que haya una intervención estadounidense o no lo está en que se la denuncie.
Si es lo primero, malo; si lo segundo, peor.
La propuesta de BSS procura ser contemporizadora, pide cierta contención y aclara que tiene muchos puntos de contacto con el bolivarianismo, con el movimiento político engendrado con el liderazgo de Chàvez. Pero advertido de las enormes y crecientes dificultades del proceso y de la vida cotidiana en el país.
Y todo eso parece molestar a RU.
Si nos encontramos con manifestaciones que se dedican a enmerdar, literal y físicamente, a «los enemigos» (siguiendo prácticas que ha ejercido el ejército sionista contra la población del país que han rebautizado Israel; palestinos); si nos encontramos con manifestantes que es tal su grado de fanatización que queman vivo a un hombre porque lo «ubican» como chavista, entiendo que la propuesta de BSS es totalmente sensata, legítima.
Pero, obviamente, no va a contar con el apoyo o el acuerdo de quienes están encendiendo la mecha.
Llama la atención que el pensamiento «rebelde» al que adscribe RU no tenga siquiera una mirada hacia los intereses estadounidenses, policía del capital transnacional que, por ejemplo, acaba de «acordar» un ejercicio de acciones militares en la Triple Frontera de Perú, Colombia y Brasil a pocos cientos de km. de Venezuela…
El gobierno de Perú, que se ha mostrado lacayo de las transnacionales mineras.
El gobierno de Colombia, que esforzándose por alcanzar el Nobel de la Paz (al mejor estilo de Menajem Begin y Arafat), se «olvida» de que los paramilitares siguen armados y matando con la impunidad habitual a luchadores sociales, desarmados (mientras algunos FARC se están desmovilizando y entregando armas,…).
El gobierno de Brasil, que desplazó a la presidenta electa, so pretexto de corrupciòn, corrupción que va apareciendo ahora decuplicada…
Estos estados cipayos «acuerdan» con el gobierno, el ejército de EE.UU., tales prácticas.
El libertarianismo de RU lo lleva a predicar el «libre albedrío democrático» de las ideas. Mucho libre albedrío verbal no descubre, sin embargo, la red de intereses, esos sí bien materiales, que parecen jugarse en la Venezuela deshecha de hoy. No los descubre ni, por lo visto, quiere descubrirlos. Por lo visto, RU se satisface con el presunto «libre albedrío».
La crítica a BSS lo lleva a emparejar todo lo que no comulga con su libre albedrío. Allì pone, sin citar siquiera, a A. Borón, J. C. Pernalete y a «la intelectualidad.»
Demasiadas veces vimos estas condenas al barrer.
Nada saludable. Al contrario, merecen no sòlo rechazo sino desconfianza.
Blog del autor: http://revistafuturos.noblogs.org
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