Durante una conferencia de prensa celebrada el 25 de septiembre de 2015 en el Parlamento griego por el Comité para la Verdad sobre la Deuda griega, Éric Toussaint, coordinador científico de dicho Comité, respondió con precisión a la pregunta de un periodista que se puede resumir de la siguiente manera: ¿Qué habría pasado si el […]
Durante una conferencia de prensa celebrada el 25 de septiembre de 2015 en el Parlamento griego por el Comité para la Verdad sobre la Deuda griega, Éric Toussaint, coordinador científico de dicho Comité, respondió con precisión a la pregunta de un periodista que se puede resumir de la siguiente manera: ¿Qué habría pasado si el gobierno griego hubiera seguido las recomendaciones del Comité para la Verdad sobre La Deuda griega y hubiera suspendido el pago de la deuda? Éric Toussaint explicó que lejos de provocar una catástrofe, la suspensión del pago, conjuntamente con otras medidas, habría permitido a Grecia encontrar una salida mucho mejor de la crisis que lo que representará la aplicación del tercer memorando.
Muchas gracias por hacerme esa pregunta, ya que se trata, evidentemente, de la objeción central de todos aquellos y aquellas que afirman que no había otra solución. La cuestión consiste en decir: que si el gobierno hubiera tenido en cuenta las conclusiones del informe, habría debido suspender el pago de la deuda y eso habría producido una situación completamente catastrófica, caótica y desfavorable para el país.
Para responder, es necesario revisar seriamente todo lo que ha pasado. Grecia prosiguió, después de las elecciones del 25 de enero de 2015, con los reembolsos hasta la celebración del referéndum del 5 de julio, pagando un monto de cerca de 7.000 millones de euros. En contrapartida, hasta el referéndum, Grecia no había recibido ningún ingreso. Sin embargo, quedaban al menos 7.200 millones de euros correspondientes al programa que había sido prolongado hasta el 30 de junio de 2015 [1]. Y también continuaban estando disponibles otras sumas, especialmente del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y también de parte del BCE, que, además, percibe intereses elevados de los títulos griegos que posee. Pero los acreedores, que deseaban asfixiar el gobierno de Tsipras, no pagaron nada a Grecia.
Planteemos la cuestión siguiente: Si el gobierno griego, el 20 de febrero, en lugar de comprometerse a continuar con el pago de la deuda, hubiera dicho: «Se aplicará el párrafo 9 del artículo 7 del reglamento 472 adoptado por el Parlamento Europeo el 21 de mayo de 2013, por el que se ordena a los Estados miembros de la UE sometidos a un plan de ajuste estructural a realizar una auditoría integral de su deuda con el fin de explicar por qué esa deuda alcanzó un nivel insostenible y con el fin de detectar eventuales irregularidades» [2], si hubiera dicho «Aplicamos ese reglamento y porque auditamos la deuda para determinar si hubo irregularidades, suspendemos de manera provisoria el pago y no prejuzgamos la continuación. Entraremos en una negociación sobre esa base». Y si, de manera complementaria, el gobierno griego hubiera tomado medidas para resolver la crisis bancaria protegiendo siempre los depósitos de los ahorradores, ¿acaso la situación no hubiera sido mucho mejor que la que se produjo entre febrero y junio?
Continuemos con el razonamiento. Si el gobierno se hubiera apoyado realmente en los trabajos de nuestro Comité, ¿qué habría pasado? Recordemos que nuestro Comité fue creado después del 20 de febrero de 2015 y fue constituido el 4 de abril siguiente [3] teniendo en cuenta, especialmente, ese reglamento 472 que está en el acta de creación del Comité. Sobre la base de las conclusiones preliminares que hicimos públicas el 17 y 18 de junio y sobre la base del resultado del referéndum del 5 de julio, el gobierno griego podría haber dicho: «Durante seis meses hemos reembolsado nuestras deudas. Eso costó al país 7.000 millones de euros. Las cajas del Estado ahora están vacías. Hemos hecho concesiones absolutamente enormes a nuestros acreedores y estos, en contrapartida, no nos han hecho ninguna concesión. Incluso han aumentado sus exigencias».
Por consiguiente, si sobre la base del referéndum y de nuestros trabajos, el gobierno hubiera suspendido el pago de la deuda a partir del 5 de julio, eso le habría permitido evitar el reembolso de un monto suplementario extremadamente importante, de casi 7.000 millones de euros, al BCE. Efectivamente, ese reembolso se hizo entre el 5 de julio y septiembre de 2015.
Para el gobierno griego era posible apoyarse, al mismo tiempo, en el resultado del referéndum del 5 de julio (o sea, el rechazo de las propuestas de los acreedores, especialmente acerca de la deuda) y en nuestro trabajo, para suspender el pago de la deuda y tomar medidas fuertes, por supuesto, sobre los bancos, ya que estaban cerrados por orden del BCE y del Banco Central de Grecia. Era necesario tomar medidas fuertes que protegieran los depósitos de los ahorradores griegos, y, a la vez, resolvieran el problema de los bancos griegos; también era necesario instituir una moneda complementaria y tomar fuertes resoluciones en materia de impuestos para aumentar la recaudación [4]. Si se hubiera aplicado ese plan B, estoy convencido, estimado periodista, que no habría sucedido ninguna catástrofe. Estoy convencido de que los acreedores se habrían visto obligados a sentarse a la mesa de negociaciones.
El gobierno de Alexis Tsipras, bajo la presión de los acreedores, eligió otra vía. Al firmar el memorando en las condiciones que conocemos, es decir, sin que haya habido un verdadero debate con posibilidad de enmiendas en el Parlamento y sin que se haya respetado el resultado del referéndum, las autoridades griegas se comprometieron en un nuevo programa -el tercero- que implica tomar préstamos suplementarios por un monto de 86.000 millones de euros. Ese dinero servirá, principalmente, para pagar las antiguas deudas que el Comité ha identificado como ilegítimas, ilegales e insostenibles y que comprenden el monto de 25.000 millones de euros destinados a recapitalizar los bancos; que ya recibieron 48.000 millones desde 2010.
Y sabemos perfectamente que los 25.000 millones de euros no alcanzarán para sanear la situación de los bancos griegos. Y no será suficiente porque lo que llamamos los préstamos no performing, o sea préstamos que ya están en suspensión de pago, son superiores al capital de los bancos griegos. Los bancos griegos son insolventes y es una situación real. Los 25.000 millones de euros no serán suficientes. Hay que decir la verdad: es posible que en seis meses, o en nueve, los depósitos griegos superiores a 100.000 euros estén afectados por fuertes medidas en pro del rescate de los bancos griegos.
La medidas de austeridad, como explica mi colega Michel Husson (http://cadtm.org/La-dette-du-3e-memorandum-est) impedirán que Grecia pueda alcanzar los objetivos fijados por la UE. Y no será posible alcanzarlos ni en 2016, ni en 2017 ni en 2018. Por lo tanto, los acreedores europeos pedirán esfuerzos suplementarios a los ya exigidos.
Termino diciendo que es falsa la afirmación de que si Grecia hubiera suspendido el pago y hubiera seguido las conclusiones preliminares del Comité, la situación habría sido catastrófica. En resumen, consideramos que: 1) no es normal que se continúe aceptando préstamos en condiciones de ilegitimidad y de ilegalidad -puesto que el tercer memorando tiene signos de ilegalidad e ilegitimidad-; 2) como dice mi colega Michel Husson, la situación económica del país realmente no mejorará.
Pronto publicaremos un documento que adoptamos, y que está en proceso de edición sobre la situación de los bancos griegos. Mostraremos hasta qué punto, y desgraciadamente para el país, la situación de la banca griega es absolutamente preocupante. Señalaremos que los 25.000 millones de euros de deudas extras contraídas para recapitalizar a los bancos permanecen en mano de los accionistas minoritarios privados. A pesar de que el Fondo Helénico de Estabilidad Financiera y el Estado griego son accionistas mayoritarios de los bancos, no ejercen su responsabilidad de accionistas porque aceptaron las llamadas acciones preferenciales que no les dan derecho a voto, dejando en manos de los accionistas minoritarios el futuro de los bancos griegos.
Ese Fondo de Estabilidad Financiera está dirigido por Pierre Mariani [5], corresponsable del fracaso del banco Dexia, que conozco muy bien, ya que es un banco belga-francés que tuvo que ser rescatado tres veces por las autoridades belgas, francesas y luxemburguesas. El señor Mariani es corresponsable del fracaso y del desastre de Dexia. Y ese personaje es el responsable del Fondo de Estabilidad Financiera encargado de la recapitalización de los bancos griegos.
¿Encuentran normal que se confíe la dirección del organismo encargado de gestionar la recapitalización de los bancos griego a alguien que tuvo una gran responsabilidad en el desastre de un gran banco como Dexia, con efectos funestos sobre las finanzas públicas de Bélgica, Francia y Luxemburgo, y que vendió masivamente préstamos tóxicos a los ayuntamientos franceses? ¿Encuentran normal que se le continúe teniendo confianza a Pierre Mariani? Cuando Dexia fue rescatada por el Estado belga, Pierre Mariano tuvo que dejar dicho banco debido a su malísima gestión y sin embargo tuvo el derecho a cobrar una indemnización «de oro» de un millón de euros. Para el año 2012, Dexia le había pagado 1.700.000 euros [6]. Después aterrizó en Grecia para gestionar los bancos griegos. Plantéense la cuestión: ¿Es eso normal? ¿Es normal que los intereses de los ciudadanos griegos y del país se confíen a personajes de este tipo?
Si se hubieran seguido las recomendaciones del Comité para la Verdad sobre la Deuda griega, se habría comenzado por encontrar una solución al problema de Grecia. El rechazo a tener en cuenta nuestras conclusiones y continuar en el camino del tercer memorando, me obliga a decir, y lo lamento mucho, que los problemas de Grecia no se resolverán, la deuda continuará siendo una carga insoportable para el pueblo griego, ya suficientemente fragilizado por cinco años de austeridad impuesta por los acreedores. Además, el problema de los bancos no quedará resuelto.
Podría ser que los acreedores concedieran a Grecia, a cambio de su capitulación, un alivio de la deuda mediante un alargamiento del plazo de reembolso. Pero saben, como yo, que en el acuerdo firmado por Grecia no hay ningún compromiso para reducir su deuda. Hay una apertura eventual hacia una perspectiva de alguna cosa en materia de deuda, siempre y cuando el gobierno griego cumpla con lo que le piden los acreedores. No más que eso.
Saben, como yo, que el FMI dijo que la deuda griega alcanzaría el 200 % del PIB, y al mismo tiempo que no reduciría la deuda que Grecia le debe. Vemos que el FMI está por una reducción de la deuda griega excepto en la parte que le concierne. ¿Creen que el FMI convencerá a los europeos de que concedan una reducción de la deuda, si el propio FMI dice: «La deuda griega es insostenible, pero el FMI rechaza participar en una reducción de dicha deuda. Son ustedes, los europeos, los que deben hacerla»?
¿Creen que aceptando la lógica del tercer memorando se salvará la situación del país? Desgraciadamente, pensamos que ese no será el caso, que el problema de la deuda griega seguirá siendo central durante los próximos años. El trabajo de la auditoría de la deuda comenzó en 2011 cuando una serie de personas creó el comité ciudadano para la auditoría de la deuda griega (ELE); esas personas son ahora miembros del actual Comité, creado en abril de 2015. ELE tuvo una segunda vida gracias a la decisión de la Presidente del Parlamento griego, quien en esos momentos recibió el apoyo del Primer ministro y del Presidente de la República. Recuerden que, el 4 de abril, ellos estaban allí.
Desgraciadamente, el gobierno no siguió nuestras recomendaciones. No sabemos cuál será nuestro estatus dentro de diez días cuando sea elegido el nuevo presidente del Parlamento [7]. Pero poco importa el estatus, como dijo la Presidente actual del Parlamento, continuaremos nuestros trabajos. Puesto que nadie nos paga, para nosotros nada cambia. Nuestra determinación para ayudar a Grecia sigue intacta. Si tenemos que pagarnos el pasaje para llegar hasta aquí, y si tenemos que pedir a los griegos que nos alojen para reducir gastos, iremos a las casa de esos griegos que nos recibirán, como nos reciben actualmente a algunos de nosotros. Pero continuaremos con nuestro trabajo.
Espero que un día haya un gobierno griego que tendrá en cuenta, en interés del pueblo griego, los resultados de nuestros trabajos; que los hemos hecho, les garantizo, con el único objetivo de defender al pueblo griego, a todos los pueblos de Europa y del planeta, para conseguir una solución justa a la gran cuestión de la deuda ilegítima.
Notas:
[1] El programa del segundo memorando que debía normalmente acabar el 28 de febrero había sido prolongado 4 meses más durante el acuerdo del 20 de febrero entre el gobierno de Tsipras y el Eurogrupo.
[2] Reglamento (UE) nº 472/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo del 21 de mayo de 2013 relativo al refuerzo de la vigilancia económica y presupuestaria de los Estados miembros de la zona euro que tienen o tienen el riesgo de tener serias dificultades desde el punto de vista de su estabilidad financiera. http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/HTML/?uri=CELEX:32013R0472&from=FR
[7] El 4 de octubre 2015, Nikos Voutsis, ex ministro del Intérieur del gobierno de Tsipras, fue elegido presidente del Parlemento en reemplazo de Zoe Konstantopoulou. Ante los medios de comunicación, Zoe Konstantopoulou le entregó el informe del Comité sobre el 3e mémorandum (http://cadtm.org/Analyse-de-la-legalite-du ) y afirmó que continuará trabajando para el Comité.
Transcripción realizada por Mariella Caponetto y completada por Eric Toussaint.
Traducción de Griselda Piñero.