El día 12 de julio pasado arribó a Asunción-Paraguay el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, para la apertura de la III Reunión de ministros y altas autoridades de Desarrollo (REMDES) a celebrarse en Asunción durante los días 13 y 14 del mismo mes. Al llegar hizo una rueda de prensa en la cual […]
El día 12 de julio pasado arribó a Asunción-Paraguay el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, para la apertura de la III Reunión de ministros y altas autoridades de Desarrollo (REMDES) a celebrarse en Asunción durante los días 13 y 14 del mismo mes. Al llegar hizo una rueda de prensa en la cual se le preguntó acerca del juicio del caso Curuguaty. El Sr. Almagro dio como respuesta que no estaba al tanto del tema porque venía de Washington y no tuvo tiempo de interiorizarse, pero que si la sentencia fuera injusta, una vez transcurrido el proceso a nivel local, se podía recurrir a la CIDH.
El caso Curuguaty tiene que ver con la terrible masacre ocurrida hace cuatro años, que costó la vida de 17 paraguayos, de los cuales 11 eran campesinos, y que precedió al juicio político para destituir al Pte. Constitucional de Paraguay, Fernando Lugo, una semana después en un trámite que duró 24 horas. A esa fecha, el Sr. Almagro, siendo Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, estuvo presente con otros cancilleres de países miembros del MERCOSUR y UNASUR. De manera que como pocos conocía el hecho a partir de su constatación in situ. El juicio de Curuguaty, que tiene una duración de hace más de cuatro años, tuvo su sentencia el día 11 de julio, con penas a los campesinos de 4 a 35 años, sin que exista elemento alguno que pruebe ninguna vinculación de los mismos con delito alguno. El Sr. Almagro llegó un día después y la prensa local daba cuenta del fuerte rechazo que tuvo la sentencia por parte de la mayoría de la población.
El día 13 tuvo una reunión con referentes del Frente Guasu, que le presentaron toda la documentación e información autorizada acerca del caso que estuvo plagado de irregularidades y absoluta falta de pruebas por parte de la fiscalía, para desembocar en una sentencia que no resiste la más mínima racionalidad. Además se le presentaron denuncias de tortura de que fueron víctimas los presos y ejecuciones sumarias, sin que hasta ahora hayan sido aclaradas ni mucho menos consideradas por la justicia paraguaya… Al Sr. Almagro se le ocurrió la formación de una comisión investigadora, además de repetir acerca del derecho a recurrir, después de las instancias de la justicia local, a la CIDH.
El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, si constata que en un Estado miembro del organismo se violan derechos humanos, para ser coherente, debe tomar clara posición pública e institucional.
Si se le proveyó de toda la documentación requerida sobre el caso, este señor no puede limitarse a decir que transcurrido el proceso a nivel local, se puede recurrir a la CIDH. Eso sabemos todos. Lo que se espera -repito- es que este señor a partir de lo que puede constatar, se pronuncie. Esto es además de un deber suyo, una necesidad imperiosa y urgente, porque se sabe lo que dura tanto el proceso a nivel local, como el tratamiento en la Corte interamericana de Derechos Humanos.
No podemos olvidar que Rubén Villalba, condenado a 35 años, Luis Olmedo a 20 años, y, Arnaldo Quintana y Néstor Castro a 18 años, soportaron además de la masacre de Curuguaty, dos huelgas de hambre, quedando consecuentemente en condiciones delicadas de salud.
El día 14 de julio, en declaración a la prensa, el Sr. Almagro afirmó que «Venezuela tiene presos políticos, que son torturados»: https://www.google.com.py/url?
A mí, desde acá, no me consta que en Venezuela haya, -como dice Almagro- «presos políticos torturados». Lo que sí me consta, como a la mayoría de la población paraguaya es que en Paraguay hay presos políticos, que son tales al estar injustamente privados de su libertad por el caso Curuguaty, y además que en el contexto del hecho, hubo denuncias de torturas que hasta ahora no fueron investigadas.
Con toda la documentación que avala lo que aquí se afirma cuenta el Sr. Secretario General de la OEA. Y si desde el conocimiento pleno de lo que ocurre en Paraguay no toma posición, estaría confirmando lo que se dice, de que sólo ve presos políticos en Venezuela.
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